jueves, febrero 08, 2007

La vieja 'machiya' vuelve a estar de moda


8/2/2007 CRÒNICA DESDE KIOTO// JORDI JUSTE
Últimamente, los edificios que destacan en las revistas de tendencias de Kioto son casas viejas de madera. Se trata de algunas de las machiya (casas de ciudad) supervivientes de la modernización que amenaza a un tipo de edificación que hasta los años 60 ocupaba gran parte del casco urbano. Tras décadas siendo consideradas incómodas reliquias, ahora reciben la atención de instituciones y creadores de moda, que han descubierto su encanto como locales comerciales y viviendas. Entre las machiya renovadas se cuenta incluso, desde febrero del 2006, un restaurante español, El Fogón.

Las machiya no son solo casas viejas de madera; son testigos de una estética y un estilo de vida que mucha gente, cansada del hormigón y el estrés, quiere recuperar. Además, como dice Yuki Nakamura, del Centro para la Preservación del Paisaje Urbano, "son importantes para conservar el Kioto con sabor a Kioto".

Aunque existen variaciones, las machiya se caracterizan por su estructura alargada, de dos pisos, con una fachada estrecha. Primero se encuentra un espacio para ser utilizado como tienda o taller, desde donde se accede a la vivienda, a menudo precedida por un patio y con un almacén en la parte posterior. Los suelos son de tatami o madera, y muchas paredes son puertas correderas que permiten dar distintos usos al espacio.

Las machiya surgieron hace unos 500 años como alojamiento de artesanos y comerciantes, y los terremotos e incendios que ha sufrido la ciudad sirvieron para hacerlas evolucionar. Ya en el siglo XX, sobrevivieron a la segunda guerra mundial gracias a que Kioto fue preservada de los bombardeos. Los norteamericanos entendieron que la ciudad no era un objetivo militar valioso y renunciaron a destruirla para minar la moral nipona.

Recuperada la soberanía, Japón se dedicó a conservar sus palacios, santuarios y templos. Sin embargo, se olvidó de la arquitectura popular y decenas de miles de machiya fueron demolidas para dejar espacio a bloques de apartamentos y oficinas de estética anodina. Hoy en día se calcula que quedan en Kioto poco más de 20.000 machiya, y es ya difícil encontrar zonas en las que se mantengan en pie varias de forma contigua. La mayoría de las veces están encajonadas entre edificios de cinco o más pisos.

Según la portavoz del Centro de Preservación, pese a la moda de habilitarlas como comercios, la destrucción de las machiya prosigue. Además, muchas veces la adaptación comercial no es la solución ideal. "Cuando se usan para restaurantes y tiendas, a veces se hacen reformas, como quitar columnas, que debilitan el edificio y hacen difícil recuperarlo posteriormente como vivienda", explica Nakamura, quien añade que "para garantizar su futuro, hay que hacerlas resistentes a los terremotos y compatibles con un estilo de vida moderno", es decir, dotarlas de comodidades. Pero eso cuesta mucho dinero y, además, la mayoría de las machiya están en los distritos centrales de Kioto, por lo que su valor económico es muy inferior a los precios de los terrenos donde se encuentran.

1 comentario:

  1. Es un verdadero crimen que tiraran todo ese bloque de casas para construir Omotesando Hills en Tokyo...

    Al ritmo de construir y demoler que tienen se van a quedar sin historia.

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