Jordi Juste
Dos niños frente al cenotafio del Parque de la Paz. Foto Jordi Juste
El seis de agosto de 1945, a las ocho y cuarto de la mañana, la bomba atómica explotaba a 520 metros sobre el centro de Hiroshima, asolando gran parte de la ciudad y matando inmediatamente a unas setenta mil personas. Muchas más siguieron muriendo y sufriendo enfermedades en las décadas siguientes por las quemaduras y la radiación, y sirvieron para recordar al mundo el potencial destructivo del armamento nuclear.
Sesenta y cinco años después, la ciudad sigue volcada en su papel de testimonio del poder letal del átomo. El llamado milagro japonés también llegó a la capital de la región de Chugoku, en el oeste del país, y hoy en día en Hiroshima viven más de un millón de personas. Tiene industria y modernos edificios comerciales y de oficinas, pero su corazón sigue estando en el Parque Memorial de la Paz, a escasos metros del epicentro de la explosión. Ahí están el Domo de la Bomba Atómica, el cenotafio con la llama de la paz, el monumento a las víctimas infantiles y el Museo Memorial de la Paz, además de otros elementos que invitan a la reflexión.
El domo es el resto de un edificio público cuyo esqueleto quedó parcialmente en pie y que hoy en día se sostiene apuntalado junto al río, ofreciendo una estampa estremecedora. A pocos metros se encuentra el monumento construido por iniciativa de los compañeros de Sadako Suzuki, la niña que sobrevivió al bombardeo con dos años, pero murió una década después víctima de la leucemia que le había provocado. Es una de las paradas obligadas en las frecuentes visitas de los escolares de Hiroshima que, además, cada año, a finales de julio, antes de empezar las vacaciones, participan en sus colegios en actividades conmemorativas e interrumpen por un día el descanso estival para dedicar todo el seis de agosto a recordar la masacre.
El elemento central del parque es el cenotafio, un arco diseñado por Kenzo Tange que simboliza un techo para acoger las almas de las víctimas. A través se ven la llama de la paz y, al fondo, el domo. Frente al cenotafio se hacen las ofrendas florales durante todo el año, y los actos conmemorativos cada 6 de agosto. Ahí es donde muchos visitantes rezan, meditan o simplemente leen una inscripción simple y clara: “Descansad en paz, pues el error no se repetirá”.
Para que así sea, la ciudad ha asumido el liderazgo en la lucha contra las armas nucleares. Queda claro cada seis de agosto en el discurso de su alcalde, y el resto del año en el mensaje que ofrece, en el extremo del parque, el Museo. No es una visión demagógica, no esconde la responsabilidad japonesa en la guerra ni elude las preguntas claves para entender la matanza: ¿Por qué Estados Unidos fabricó la bomba? ¿Por qué la tiró ese día? ¿Por qué sobre Hiroshima? El centro da respuestas a esas preguntas, ayuda a hacerse una idea de la magnitud de la tragedia y termina invitando a unirse al movimiento para conseguir que nunca se repita.
Sesenta y cinco años después, la ciudad sigue volcada en su papel de testimonio del poder letal del átomo. El llamado milagro japonés también llegó a la capital de la región de Chugoku, en el oeste del país, y hoy en día en Hiroshima viven más de un millón de personas. Tiene industria y modernos edificios comerciales y de oficinas, pero su corazón sigue estando en el Parque Memorial de la Paz, a escasos metros del epicentro de la explosión. Ahí están el Domo de la Bomba Atómica, el cenotafio con la llama de la paz, el monumento a las víctimas infantiles y el Museo Memorial de la Paz, además de otros elementos que invitan a la reflexión.
El domo es el resto de un edificio público cuyo esqueleto quedó parcialmente en pie y que hoy en día se sostiene apuntalado junto al río, ofreciendo una estampa estremecedora. A pocos metros se encuentra el monumento construido por iniciativa de los compañeros de Sadako Suzuki, la niña que sobrevivió al bombardeo con dos años, pero murió una década después víctima de la leucemia que le había provocado. Es una de las paradas obligadas en las frecuentes visitas de los escolares de Hiroshima que, además, cada año, a finales de julio, antes de empezar las vacaciones, participan en sus colegios en actividades conmemorativas e interrumpen por un día el descanso estival para dedicar todo el seis de agosto a recordar la masacre.
El elemento central del parque es el cenotafio, un arco diseñado por Kenzo Tange que simboliza un techo para acoger las almas de las víctimas. A través se ven la llama de la paz y, al fondo, el domo. Frente al cenotafio se hacen las ofrendas florales durante todo el año, y los actos conmemorativos cada 6 de agosto. Ahí es donde muchos visitantes rezan, meditan o simplemente leen una inscripción simple y clara: “Descansad en paz, pues el error no se repetirá”.
Para que así sea, la ciudad ha asumido el liderazgo en la lucha contra las armas nucleares. Queda claro cada seis de agosto en el discurso de su alcalde, y el resto del año en el mensaje que ofrece, en el extremo del parque, el Museo. No es una visión demagógica, no esconde la responsabilidad japonesa en la guerra ni elude las preguntas claves para entender la matanza: ¿Por qué Estados Unidos fabricó la bomba? ¿Por qué la tiró ese día? ¿Por qué sobre Hiroshima? El centro da respuestas a esas preguntas, ayuda a hacerse una idea de la magnitud de la tragedia y termina invitando a unirse al movimiento para conseguir que nunca se repita.
COMO SABRÁS JAPON TIENE MUCHISIMOS REACTORES NUCLEARES EN FUNCIONAMIENTO ASI QUE NO APRENDIÓ NADA DE SU EXPERIENCIA COMO VÍCTIMA DE LA ENERGÍA NUCLEAR,
ResponderEliminarAHORA ESTAN FALLANDO Y EXPLOTANDO POR EL TERREMOTO
ACASO NO SABEN QUE ES PELIGROSA LA ENERGÍA NUCLEAR ?
NO TIENEN NI RESPONSABILIDAD NI MEMORIA?
SI NO LES IMPORTA DE SU GENTE, DEBERÍAN USAR OTRA ENERGÍA POR LA SEGURIDAD DEL PLANETA, PERO SON DEMASIADO SOBERBIOS Y EGOISTAS PARA ESO NO?
EN LUGAR DE MIRAR HACIA IRAN , LAS POTENCIAS DEBERÍAN PROHIBIR A PAISES COMO JAPON QUE SE CONSIDEREN COMO LOS ÚNICOS HABITANTES DEL PLANETA, PARA HACER LO QUESE LES ANTOJA CON LA SEGURIDAD DE TODOS
COMO SABRÁS JAPON TIENE MUCHISIMOS REACTORES NUCLEARES EN FUNCIONAMIENTO ASI QUE NO APRENDIÓ NADA DE SU EXPERIENCIA COMO VÍCTIMA DE LA ENERGÍA NUCLEAR,
ResponderEliminarAHORA ESTAN FALLANDO Y EXPLOTANDO POR EL TERREMOTO
ACASO NO SABEN QUE ES PELIGROSA LA ENERGÍA NUCLEAR ?
NO TIENEN NI RESPONSABILIDAD NI MEMORIA?
SI NO LES IMPORTA DE SU GENTE, DEBERÍAN USAR OTRA ENERGÍA POR LA SEGURIDAD DEL PLANETA, PERO SON DEMASIADO SOBERBIOS Y EGOISTAS PARA ESO NO?
EN LUGAR DE MIRAR HACIA IRAN , LAS POTENCIAS DEBERÍAN PROHIBIR A PAISES COMO JAPON QUE SE CONSIDEREN COMO LOS ÚNICOS HABITANTES DEL PLANETA, PARA HACER LO QUESE LES ANTOJA CON LA SEGURIDAD DE TODOS