El Periódico de Catalunya. 24 de marzo de 2005
Japón propone al mundo un futuro más ecológico
Expo 2005 Aichi abre con el tema “La sabiduría de la naturaleza”
Jordi Juste. Nagakute
La primera exposición universal del siglo XXI abrirá sus puertas este viernes en Nagakute, cerca de Nagoya, la tercera ciudad en importancia de Japón. Durante los próximos seis meses, los 120 países participantes deberán tratar de ofrecer a los 15 millones de visitantes previstos sus respuestas al reto de un futuro que haga compatible el bienestar económico con el respeto al medio ambiente.
De momento, la respuesta del país organizador es la tecnologia. Tanto el concepto general de la sede como los contenidos de los pabellones de las instituciones públicas y de las empresas, presentan soluciones que van desde el uso de nuevos materiales hasta el reciclaje, pasando por la creación de nuevos robots y vehículos que obtimicen el trabajo y ahorren energia. Todo con el fin declarado de preservar a la vez la riqueza económica y la natural.
Recibimiento futurista
Antes de llegar a Nagakute, muchos visitantes habrán pasado por Centrair, el nuevo aeropuerto de Chubu, la región central de Japón, construido sobre el mar. Posteriormente, se acercarán a la Expo gracias a Linimo, el primer tren comercial japonés que en lugar de rodar levita sobre la vía gracias al magnetismo. Y, ya dentro del recinto, se podrán mover en los vehículos IMTS (siglas en inglés de Sistema de Tráfico Multimodo Inteligente), que pueden ser operados a distancia o con conductor y servir tanto en vías exclusivas como en calles y carreteras convencionales, o usar la flota de autobuses híbridos con células de combustible.
Pero dentro de la Expo la mayoría de desplazamientos tendrá lugar a pie siguiendo el Global Loop, una pasarela elevada de más de dos kilómetros que conecta las distintas áreas: los seis grandes módulos en que se han agrupado los países participantes por áreas geográficas, los pabellones de las instituciones y empresas japonesas, la zona experimental de bosque, la zona recreativa interactiva, el Global Village, donde están las ONG, y la Expo Plaza, frente al pabellón central, Expo House, donde se celebrarán muchos de los espectáculos al aire libre...
Japón verde
Japón concentra su población en menos del 20 por ciento de su territorio, por lo que combina grandes áreas boscosas con ciudades que parecen un alegato a la insostenibilidad del crecimiento económico. Pero el discurso oficial de la Expo es más propagandístico que crítico, así que la participación institucional nipona pasa de puntillas por esa realidad y se concentra en mostrar los atractivos naturales de la Tierra y las posibilidades de protegerlos gracias a los avances científicos.
Destaca el edificio del gobierno de Japón, un gran domo de bambú, que aloja un “cine” con pantalla de 360 grados donde se proyectan imágenes de ecosistemas salvajes, una galería que narra la evolución material de la vida cotidiana durante el siglo XX y un bosque, también de bambú, con pequeñas muestras escondidas de tecnologías para preservar el entorno natural. A su lado se encuentra la Torre de la Tierra, de la ciudad de Nagoya, por cuya fachada de 40 metros se desliza un flujo de agua que ofrece efectos ópticos cambiantes según la luz del día.
¿Robots ecologistas?
La industria ha sufrido una pérdida de protagonismo en las exposiciones universales, pero en Japón no podía dejar de tener una presencia destacada. Toyota, el gigante industrial que mueve la región de Aichi, ha apostado por un edificio hecho a base de materiales reciclados, reciclables y reutilizables, algo que el secretario general adjunto del grupo, Toshimitsu Suzuki, admite que les ha supuesto un alto sobrecoste. Pero las estrellas de Toyota en la exposición son, naturalmente, los vehículos y los robots. Además de encargarse de los IMTS y de los autobuses ecológicos, Toyota presenta un show amenizado por robots músicos donde la estrella es el i-unit, un “coche” individual a medio camino entre la silla de ruedas de lujo y el quad futurista.
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