Jordi Juste
Yasuo Fukuda es desde ayer el primer ministro de Japón gracias a la amplia mayoría con que cuentan el Partido Liberal Democrático (PLD) y el Nuevo Komeito en la Cámara baja del Parlamento. Como estaba previsto, el Senado, donde el PLD está en minoría desde julio, eligió para el cargo a Ichiro Ozawa, líder de la principal fuerza de la oposición, el Partido Democrático de Japón, sin embargo la Constitución prevé que en caso de discrepancia prevalezca la decisión de los diputados sobre la de los senadores.
“Lo primero es la credibilidad de los políticos, recuperarla es lo más importante”, declaró ayer Fukuda, horas después de nombrar a los miembros de su gobierno. En el nuevo gabinete destaca la permanencia de 15 de los 17 ministros nombrados por su antecesor, Shinzo Abe, y la presencia como pesos pesados de Nobutaka Machimura como secretario y de Masahiko Komura en Asuntos Exteriores.
Fukuda, de 71 años, fue elegido el domingo presidente del PLD para sustituir a Abe, que el día 12 presentó repentinamente su dimisión pocas horas antes de enfrentarse a la oposición en el Parlamento. El nuevo líder nombró el lunes la comisión ejecutiva del partido, plagada por pesos pesados de las distintas facciones que le apoyaron en su pugna con el ex ministro de Exteriores, Taro Aso, para tomar las riendas de la formación que ha gobernado Japón casi ininterrumpidamente desde los años 50.
En busca del consenso
Tras un año de gobierno caracterizado por los escándalos y las meteduras de pata de los ministros y por la insistencia del primer ministro en dejar atrás el pacifismo surgido de la segunda guerra mundial y adoptar políticas más nacionalistas, se espera que el gabinete de Fukuda adopte una posición menos ideológica e intente llegar a acuerdos con la oposición tanto en materias de seguridad y relaciones exteriores como en la reorganización del caótico sistema público de pensiones. “La colaboración con la oposición es uno de nuestros principales retos”, destacó ayer el nuevo líder.
Fukuda no está obligado a convocar elecciones para antes de septiembre de 2009, pero será difícil que resista dos años a los intentos de la oposición de aprovechar el momento de debilidad del PLD para arrebatarle el gobierno. “Independientemente de quién sea su líder, este no deja de ser un gobierno del PLD y el Nuevo Komeito”, declaró ayer Ichiro Ozawa, quien sigue pidiendo elecciones anticipadas para que los japoneses decidan quién quieren que gobierne su país.
Abe se disculpa
Por otra parte, Shinzo Abe se desplazó brevemente ayer por la mañana desde el hospital donde se encuentra ingresado desde el pasado día 12 a la cercana residencia oficial del primer ministro para presidir la última reunión de su gobierno. El lunes Abe ofreció una rueda de prensa en el hospital en que pidió perdón por no haber informado de los motivos de salud que le impulsaron a dimitir. “Escogí no tocar el asunto. Siento mucho que el público no pudiera conocer la verdad por mi decisión de no hablar de mi principal motivo”, declaró un Abe cuyo aspecto físico mostraba claramente que todavía no ha recuperado plenamente su salud.
En el momento de anunciar su dimisión Abe citó como motivo principal la incapacidad de convencer a la oposición para que apoyara la prórroga de la misión de la marina japonesa en el Océano Índico, donde abastece de combustible a barcos estadounidenses que participan en operaciones bélicas en Afganistán.
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