JORDI JUSTE.TOKIO
El Instituto Cervantes tiene en Japón la sede más grande del mundo.
El éxito ha superado las previsiones.
Desde abril impartirá también clases de catalán
En los cinco meses que lleva en Tokio, el Instituto Cervantes ha superado con creces las expectativas que tenía. Antes de abrir, esperaba captar de entrada a unos 300 alumnos, atrajo a 800 para su primera prematrícula y ahora ya va por el millar. A pesar de tener en pleno funcionamiento sus actividades principales, la sede del Cervantes en Tokio no ha sido aún inaugurada oficialmente. La ceremonia está prevista para noviembre, como parte de la visita de Estado que realizarán los Reyes a Japón.
La sede japonesa es la más grande del Cervantes en el mundo y está situada en una zona céntrica de la capital, donde además de dar clases de castellano se ofrecen otras actividades de difusión de la cultura española e hispanoamericana, como conferencias, cine y exposiciones. En estos momentos se puede ver la exposición Extraños en el paraíso. Fotografía contemporánea en el País Vasco. Desde abril se ofrecerán también clases de catalán y, si hay demanda, de gallego y vasco.
Ir a lo fácil
"De momento, hemos ido a lo fácil, a lo que ya hay, a la gente que ya tiene interés en lo español. Ahora intentaremos incorporar a gente que no ha tenido contacto. Ese es el objetivo. Queremos contextualizar el español y que los japoneses puedan enriquecer su vida cultural", explica el director del centro, Víctor Ugarte.
La sede japonesa es la más grande del Cervantes en el mundo y está situada en una zona céntrica de la capital, donde además de dar clases de castellano se ofrecen otras actividades de difusión de la cultura española e hispanoamericana, como conferencias, cine y exposiciones. En estos momentos se puede ver la exposición Extraños en el paraíso. Fotografía contemporánea en el País Vasco. Desde abril se ofrecerán también clases de catalán y, si hay demanda, de gallego y vasco.
Ir a lo fácil
"De momento, hemos ido a lo fácil, a lo que ya hay, a la gente que ya tiene interés en lo español. Ahora intentaremos incorporar a gente que no ha tenido contacto. Ese es el objetivo. Queremos contextualizar el español y que los japoneses puedan enriquecer su vida cultural", explica el director del centro, Víctor Ugarte.
La llegada del Instituto Cervantes a Tokio se produjo en septiembre del 2007, tras una década de repetidos rumores que anunciaban su inminente apertura y que finalmente quedaban siempre en nada.Espacio adecuadoUna de las principales dificultades fue encontrar un espacio adecuado a un precio asequible en el centro de Tokio, ciudad que cuenta con los alquileres más caros del mundo. Incluso se llegó a pensar en ubicar la sede del Instituto Cervantes en la Embajada de España, pero se tuvo que desechar la idea por la imposibilidad de llevar a cabo actividades remuneradas, como los cursos de idiomas, en sedes diplomáticas.
Japón es un país donde una gran parte de la población dispone de una importante cantidad de dinero para gastar en actividades culturales. Además, la mayoría de los japoneses prefieren tener organizadas sus horas de ocio y no cuentan con segundas residencias donde pasar los fines de semana o los períodos de vacaciones largos.
A todo eso se añade una gran curiosidad por lo extranjero, que alcanza también a lo español. Sin embargo, contra lo que alguna gente cree, el castellano no está de moda en Japón, aunque sí es cierto que su estatus ha aumentado con respecto al de otras lenguas europeas, como el alemán o el francés, hasta hace poco las preferidas de buena parte de los intelectuales nipones.
Al mayor interés por lo español contribuyeron decisivamente los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Liga del fútbol profesional, pero también el descubrimiento del modernismo, el flamenco, el cine y la cocina. El castellano se estudia en unas 40 universidades, aunque en la mayoría de los casos como una segunda lengua extranjera que los alumnos tienen que cursar obligatoriamente. Además, numerosas academias privadas y la radio y televisión públicas ofrecen semanalmente cursos de español.
Una clase en la sede del IC en Tokio. JJuste
Sobre todo, mujeres
El Instituto Cervantes ha logrado atraer a estudiantes de diversas edades y condiciones, pero el 70% son mujeres de entre 20 y 45 años. La mayoría de ellas estudian castellano porque les interesa algún aspecto de la cultura española o hispanoamericana, aunque también hay una minoría que espera usarlo en el trabajo."Mi marido es empresario y a veces trabaja con clientes de España. Yo le ayudo y por eso a veces tengo que hablar en español", explica Keiko, una mujer de unos 40 años que lleva cinco meses estudiando, dos días por semana, en el Cervantes. En cambio, su compañera Junko explica que estudia en ese centro, junto a su esposo, por pura afición: "Me interesa la música de España desde que conocí a Vicente Amigo. Y también la comida y la gente".
El Instituto Cervantes cuenta en Tokio con 28 profesores nativos a tiempo parcial provenientes de diversos países hispanohablantes, que en su mayoría ejercen también en alguna de las universidades de la capital. Todos aplican la metodología comunicativa contemplada en el plan curricular para todo el mundo, pero a veces se topan con la idiosincrasia local y tienen que convencer a alumnos poco acostumbrados a hablar con sus compañeros en una lengua extranjera.
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