En Japón, los timadores se ceban en amas de casa y ancianos haciéndose pasar por funcionarios
• Les engañan telefónicamente para que les transfieran todo su dinero
La vía del delito Cajeros automáticos en una sucursal del banco Mitsubishi Tokyo UFJ, en Kioto. Foto: JORDI JUSTE
En los últimos años han aumentado en Japón los casos de personas mayores y amas de casa engañadas por timadores profesionales. Los estafadores consiguen que transfieran dinero a sus cuentas corrientes mediante el uso de teléfonos móviles para comunicarse con sus víctimas, y cajeros automáticos para realizar las transacciones. La policía calcula que entre enero y junio se defraudaron así más de 16.000 millones de yenes (unos 100 millones de euros). El aumento del número de ancianos que viven solos hace más fácil para los timadores encontrar víctimas al azar.
Una de las modalidades más frecuentes de timo la protagonizan personas que se hacen pasar por empleados de la Seguridad Social o de la oficina de recaudación de impuestos. Los falsos funcionarios comunican a sus víctimas que se les ha cobrado dinero de más y que para podérselo devolver es necesario que acudan a un cajero automático. Una vez allí, los incautos ciudadanos son guiados mediante el teléfono móvil en el uso del teclado del cajero, y los timadores consiguen que den la orden de transferir fondos a sus cuentas, pensando que lo que hacen es el trámite para recibirlos.
De manera simple
"Parece increíble que sea posible engañar a la gente de una manera tan simple, pero las víctimas cuentan que los timadores eran muy convincentes y que, una vez delante del cajero automático, seguían sus instrucciones prácticamente con la mente en blanco", explicó un agente de policía.
La magnitud del problema llevó recientemente al Ministerio de Justicia y a la Agencia Nacional de Policía a recomendar a los bancos la prohibición del uso de gafas de sol o de teléfonos móviles en las inmediaciones de los cajeros. "Los estafadores solo se dejan ver para sacar dinero en los cajeros. Así esperamos ponerles más difícil el acercarse a ellos", declaró recientemente un portavoz de la policía. Asimismo, las autoridades han hecho más estricto el control sobre los propietarios de teléfonos móviles y ya está en curso una iniciativa legal para mejorar la identificación de las personas que usan aparatos de alquiler, una de las vías preferidas por los delincuentes para evitar ser localizados.
Por su parte, las entidades financieras también están aplicando medidas para proteger a sus clientes. El Chiba Bank, una entidad regional de los alrededores de Tokio, ya ha situado junto a algunos de sus cajeros distorsionadores de la señal telefónica que se activan fuera de horas de oficina. Otra institución financiera, el Godo Bank, ha optado por instalar un mecanismo que detecta la presencia de los móviles en las inmediaciones y hace que no se pueda operar con los cajeros.
La estrategia de engaño de los timadores se ha ido modificando en los últimos años debido a las campañas de concienciación llevadas a cabo por las autoridades. Hasta hace poco, una de las más usadas era hacerse pasar por un pariente en apuros y con necesidad urgente de dinero. Era el conocido como ore, ore sagyo (el timo del soy yo, soy yo). Los timadores llamaban y simplemente decían: "Hola, soy yo" y, si la víctima caía en la trampa y decía algo así como "ah, eres tú, Akira", ya tenían el enganche necesario para colar una historia para pedir dinero, a menudo un accidente o una amenaza mafiosa.
Cambio de táctica
El esquema fue tan utilizado y se le dio tanta publicidad en los medios de comunicación que los timadores tuvieron que cambiar de táctica. Una de las alternativas es llamar a las mujeres para amenazarlas de difundir una noticia vergonzosa sobre su esposo. "A mí no me ha pasado nunca, pero si me llaman para decirme que a mi marido lo han sorprendido tocando a mujeres en el tren y que ingrese dinero en una cuenta si no quiero que lo denuncien, tal vez lo haría", dice una ama de casa de 43 años.
La policía sigue dando a conocer periódicamente los últimos datos sobre estos fraudes como modo de poner en guardia a la población. Recientemente, la televisión pública difundió las imágenes de dos presuntos timadores que habrían estafado varios millones de yenes. Por otra parte, para resarcir en parte a las víctimas, en junio entró en vigor una nueva ley que prevé distribuirles los más de 5.000 millones de yenes (30 millones de euros) que la Corporación de Garantía de Depósitos ha identificado en cuentas bancarias usadas por delincuentes para estas estafas y que han sido congeladas.
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