viernes, septiembre 26, 2008

Rezos y agua para el buda inamovible

En un recóndito callejón del centro de Osaka, entre Namba y Shinsaibashi, está el templo budista Hozenji, uno de los lugares más entrañables de la ciudad. Pasar por ahí a echarle agua a sus estatuas antes de volver a casa es una práctica que reconforta cada noche a muchos habitantes de la antigua Naniwa. Especialmente a los que buscan ayuda para sus comercios de entretenimiento nocturno relacionado con el sexo o para sus relaciones de pareja, los dos campos en que la leyenda dice que las pregarias en el lugar surten más efecto, a pesar de que los responsables insisten en su capacidad multiusos.
Como en otros templos budistas, el devoto puede escoger en Hozenji entre diversas formas de introducir sus rezos, como encender barras de incienso, escribir pregarias sobre tabletas de madera o simplemente juntar las manos, cerrar los ojos e inclinar la cabeza. Pero la originalidad de Hozenji es la costumbre de arrojar agua, con un cazo metálico asido por un largo mango de madera, sobre la imagen en piedra de Fudo Myo-o, una de las personificaciones del buda Amithaba, y sobre los dos pequeños budas que la flanquean, sus ayudantes Seitakadoji y Kongaradoji. Originalmente, el agua era sólo una más de las ofrendas que los feligreses dejaban frente a las estatuas pero, según la leyenda, un día a una mujer se le ocurrió mojarlas y dio así comienzo a una tradición que ha hecho que hoy en día estén recubiertas de una capa verde de musgo.
Precisamente, el agua que se arroja es el nexo que sirvió para que el pueblo de Osaka creyera que los rezos en Hozenji tienen la capacidad de impulsar los negocios nocturnos relacionados con el sexo, ya que en Japón estos se conocen eufemísticamente, y de forma general, como mizushobai (comercio del agua). En cuanto a la atribución popular al templo de poderes para mejorar las relaciones de pareja, se dice que proviene de la creencia que de los dos pequeños budas que están a ambos lados del principal uno es masculino y el otro femenino, aunque no está nada claro a cuál de los dos corresponde cada sexo.
En junio, uno de los dos, Seitakadoji, apareció de madrugada en el suelo con la cabeza y una mano rotas. Posteriormente, un hombre de 64 fue arrestado y reconoció haber robado un par de bombillas del recinto y haber bajado de su pedestal al pequeño buda, aunque no ofreció ninguna justificación para su acción. El incidente sirvió para recordar que el templo, como la mayoría de construcciones japonesas antiguas, ha sido reconstruido en diversas ocasiones después de haber sido pasto de las llamas. En 2003 un incendio arrasó buena parte de los edificios de madera del callejón que conduce a Hozenji, pero en aquella ocasión el templo se salvó.
Curiosamente, Fudo Myo-o, considerado destructor de las falsas ilusiones y guardián del budismo, se suele representar con un aureola de fuego y una espada en alto. Su equivalente en sánscrito es Acala, nombre que significa “inamovible” y se refiere a su capacidad para resistir las tentaciones de la carne.

miércoles, septiembre 24, 2008

Aso se hace con las riendas de Japón

23/9/2008 ELECCIÓN INTERNA EN EL PARTIDO GUBERNAMENTAL JAPONÉS
• Los comicios anticipados se perfilan como solución al bloqueo político

El exministro de Asuntos Exteriores japonés Taro Aso es desde ayer el presidente del Partido Liberal Democrático (PLD), lo que le garantiza la elección mañana en el Parlamento como primer ministro, gracias a la mayoría con que cuenta la formación conservadora en la decisiva Cámara baja.Aso, que obtuvo los votos de 352 de los 525 parlamentarios y representantes provinciales del PLD, sustituye a Yasuo Fukuda, que dimitió el pasado día 1, tras menos de un año en el cargo, por las dificultades para superar el bloqueo de sus políticas en el Senado, donde la oposición, encabezada por el Partido Democrático de Japón (PDJ), tiene la mayoría.

CAMINO A LAS URNAS

"El PLD, como partido de Gobierno, tiene que enfrentarse con determinación al Partido Democrático en las próximas elecciones, y solo cuando hayamos ganado esas elecciones habré cumplido con mi destino", dijo Aso en su discurso de aceptación del cargo. Todavía queda un año para completar la actual legislatura, pero se espera que Aso aproveche el tirón de popularidad que le supondrá su toma de posesión para disolver la Cámara baja y convocar elecciones antes de fin de año.

Aso tiene 68 años, es católico, está casado y pertenece a una dinastía política en la que destaca su abuelo, el primer ministro Shigeru Yoshida, recordado como el forjador de la política según la cual Japón confía su seguridad a EEUU a cambio de servir como centro de las operaciones militares estadounidenses en Asia.

El nuevo líder japonés participó en los Juegos Olímpicos de Montreal (1976) en la modalidad de tiro y es conocido por su gran afición al manga, su carácter extrovertido y su propensión a las salidas de tono. Algunas de sus declaraciones le han hecho ganar fama de ultranacionalista, aunque sus posiciones en materia de relaciones internacionales y seguridad no se alejan de la línea principal de su partido, que defiende la necesidad de tener buenas relaciones con China pero manteniendo a EEUU como principal aliado.

Para reactivar la economía japonesa, que muchos expertos consideran al borde de la recesión, Taro Aso defiende la necesidad de aumentar el gasto público sin subir los impuestos. El sistema financiero nipón ha quedado relativamente a salvo de la crisis generada por las hipotecas basura estadounidenses, pero el frenazo del consumo en EEUU es un duro golpe a las exportaciones de la industria nacional.

viernes, septiembre 19, 2008

Japón ya tiene más de 36.000 centenarios

Ejercicios de gimnasia durante la celebración del Día de Respeto a los Ancianos, en Kioto. JJuste

El envejecimiento pone en jaque el sistema de asistencia médica
Las japonesas tienen una tasa de natalidad bajísima
El tercer lunes de septiembre es festivo nacional en Japón desde que en 1965 se instauró el Día del Respeto a los Ancianos. Durante la jornada, por todo el país se celebran actos dedicados a mostrar la gratitud de la sociedad a sus mayores. “El respeto a los ancianos es algo típico de la cultura japonesa, y está muy bien que sea oficial. Especialmente ahora que en muchas familias los abuelos y los nietos viven separados.”, explica Shinobu Yuasa, presidente de una asociación local de gente mayor.
Como todos los años, en la escuela primaria Sakaidani, en Kioto, la Asociación de Bienestar Social del barrio ha organizado un acto al que acuden casi 100 personas de más de setenta años, algunos en coches eléctricos o en sillas de ruedas empujadas por sus familiares. Durante más de dos horas, se suceden discursos de políticos locales alabando la contribución de las generaciones pasadas al desarrollo del país, actuaciones musicales de niños de diversas edades y una sesión de gimnasia especial para mayores. “Está todo muy bien, es una buena ocasión para reunir al barrio, aunque sólo viene una parte de los 700 ancianos que hay”, dice uno de los organizadores, de 77 años, que se ha pasado parte de la mañana acarreando mesas para acomodar a los invitados.
Es una situación cada vez más habitual en muchas comunidades, donde una gran parte de los residentes están jubilados o les falta muy poco y las fiestas a menudo se convierten en eventos organizados por ciudadanos mayores con buena salud para los más enfermos o ancianos. Aunque existen grandes diferencias regionales, el fenómeno afecta a todo Japón.
Más ancianos
Según un informe oficial, a finales de septiembre, 28 millones de ciudadanos tendrán más de 65 años, con lo que serán ya un 22% del total, y 36.276 de ellos tendrán más de cien años. La provincia más envejecida, Okinawa, en el extremo sur del país, cuenta con 61 centenarios por cada 100.000 habitantes, mientras en la más joven, Saitama, en la región de Tokio, son sólo 14. Para todo el país la media es de 28 por 100.000, de los cuales un 86% son mujeres.
Con ocasión del Día del Respeto a los Ancianos, el Ministerio de Sanidad informó de que el japonés más viejo es una mujer de 113 años que vive en Okinawa. En cuanto a los varones, en el libro Guiness de los récords aparece Tomoji Tanabe, de 112 años, residente en la provincia de Miyazaki, en el sur de la isla de Kyushu, como el hombre más viejo del mundo.
Más muertes que nacimientos
Japón cuenta con una de las mayores esperanzas de vida al nacer entre los países desarrolados, 86 años para las mujeres y 79 para los hombres. Este hecho, combinado con una de las tasas de natalidad más bajas (1,25 hijos por mujer) y el mantenimiento de la inmigración en niveles muy moderados, está convirtiendo a Japón en una sociedad envejecida. Las muertes ya superan a los nacimientos, con lo que los expertos calculan que la población japonesa alcanzó su techo en 2006 al superar los 128 millones. A partir de ahora, Japón perderá población y en 2050 un 32% de los japoneses serán personas de más de 65 años.
El envejecimiento está planteando serias dudas sobre la posibilidad de garantizar el futuro pago de las pensiones y mantener el sistema sanitario. Por el momento, ya se ha ampliado el copago de la asistencia médica de los pensionistas y se ha creado un nuevo seguro obligatorio para hacer frente a los gastos de hospitalización de larga duración. En cuanto a las pensiones, según el gobierno, los pagos pueden alcanzar en 2025 los 141 billones de yenes (más de un billón de euros), por lo que la necesidad de aumentar el impuesto sobre el consumo, que ahora está en el 5%, es uno de los principales asuntos de debate político y social.
“Tenemos que asegurar la sostenibilidad de los sistemas médico y de pensiones. Aunque hay problemas técnicos, el impuesto sobre el consumo es la única solución para tener una fuente estable de financiación”, explicó recientemente Kaoru Yosano, ministro de economía y uno de los cinco aspirantes a suceder a Yasuo Fukuda como primer ministro.
Un reto político
Las proyecciones demográficas aseguran que los temas que afectan a los ancianos aumentarán su peso político, algo de lo que muchos de ellos son plenamente conscientes. “A partir de ahora, muchos electores seremos gente mayor, que además tenemos un nivel de participación electoral alto, así que los políticos, si quieren ganar las elecciones, tendrán que pensar en nuestros problemas y plantear planes para solucionarlos”, opina Natsushi Ono, ejecutivo jubilado de 73 años.
Natsushi ha pasado el Día del Respeto a los Ancianos desarrollando su agenda habitual de actividades. “A mí no me gusta ir a encuentros sólo para viejos, me parece que no sé de qué hablar, no tengo nada en común con la mayoría. Pero me parece muy bien que se celebre este día para que el país muestre su agradecimiento a los mayores”, se justifica el señor Ono.

martes, septiembre 16, 2008

Japón basa su seguridad en las comisarías de barrio

Dos policías salen a patrullar desde el koban del puente de Shijo, Kioto. JJuste
Un 20% de los policías nipones están en estos pequeños destacamentos
Vecinos y entidades colaboran con los agentes
Jordi Juste
Según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en Japón sólo se producen 0,05 robos anuales por cada 1.000 habitantes, mientras en España superan los 2. Igualmente bajo es el número de crímenes violentos, que no alcanza los 0,5 por 1.000 (en España son más de tres y en el Reino Unido, líder de la OCDE, más de 10). En cuanto al número de homicidios, Japón registra, igual que España, un número relativamente bajo, alrededor de 1,1 cada año por 100.000 habitantes, una quinta parte de los que se producen en Estados Unidos.
La forma de despliegue policial en comisarías de barrio es citada a menudo para explicar el bajo índice de criminalidad japonés. “La segura y pacífica vida comunitaria japonesa la mantiene el sistema de koban”, declara la Agencia Nacional de Polícia de Japón en su valoración del funcionamiento de las aproximadamente 14.000 minicomisarías que tiene repartidas por todo el territorio.
En Japón hay un sólo cuerpo de policía, aunque con distintas ramas y unidades y una estructura adaptada a sus 47 provincias. A pesar de contar con sólo 181 agentes por cada 100.000 habitantes (280 en España), la presencia policial es notoria, gracias a los koban, donde un mínimo de tres agentes desarrollan básicamente funciones de vigilancia. Los policías destacados en las minicomisarías (un 20% del total) salen a patrullar por el barrio en coche, moto, a pie o en bicicleta y también se ocupan de mantener el contacto con las entidades locales y recabar su colaboración.
Recientemente, en un encuentro con entidades vecinales, el jefe de una comisaría de barrio de Kioto informaba de la disminución del número de delitos. “Tal vez se han reducido porque ahora la gente se atreve más a llamar la atención a los jóvenes cuando hacen algo que no está bien”, explicaba el responsable policial.
A parte del trabajo de vigilancia que hacen los policías del barrio, periódicamente se hacen rondas de ciudadanos para llamar la atención a los causantes de problemas. Para los representantes vecinales, las reuniones de jóvenes en parques o delante de los supermercados abiertos por la noche son una preocupación, ya que las consideran viveros del delito. Otro punto que provoca la atención de las asociaciones es la iluminación: “Para la seguridad, la luz es fundamental. Las patrullas también son útiles, pero la iluminación es muy efectiva”, justifica un representante vecinal.
Preocupación por los exhibicionistas
En Japón se producen pocas violaciones (0,1 por cada 10.000 habitantes por 1,4 en España), pero existe una gran sensibilidad hacia los exhibicionistas. “En el barrio, de vez en cuando, se produce alguna denuncia. Por las descripciones de las víctimas creemos que hay cuatro, pero hasta el momento no hemos podido obtener una descripción detallada de la cara”, explica el jefe de policía.
Además de concienciar y coordinar a los vecinos, las comisarías de barrio mantienen un registro de todas sus casas, donde constan todos los habitantes y sus ocupaciones. Los policías pasan periódicamente por los domicilios a preguntar si ha habido cambios o bien hacen la consulta por teléfono. El registro es voluntario, pero normalmente los vecinos colaboran. “El problema es que el 50% de la gente no está en casa y el 20% es gente muy mayor que tiene como política no coger el teléfono. De hecho, se produce la ironía de que nosotros llamamos para avisar a la gente de que tenga cuidado con los que llaman haciéndose pasar por funcionarios”, explica un policía destinado en un koban.
Otro problema que encuentra esta forma de vigilancia comunitaria es que en Japón los lazos sociales son cada vez más frágiles y existe más gente que trabaja lejos de su hogar, sólo regresa para dormir y no conoce a sus vecinos. Los policías de barrio explican que últimamente reciben denuncias de niños que han visto a gente rara que les ha dicho algo sospechoso, aunque a veces se trata simplemente de hombres mayores del vecindario que actúan sin mala voluntad y a los que los niños desconocen.

Una mujer aspira a dirigir Japón

La ex ministra de defensa Yuriko Koike es uno de los cinco candidatos que se presentan a las elecciones a la presidencia del Partido Liberal Democrático (PLD) que se celebrarán el próximo día 22 para sustituir a Yasuo Fukuda, que presentó su dimisión el uno de septiembre. El cargo de presidente del PLD lleva aparejado casi automáticamente el de primer ministro gracias a la mayoría con que cuenta el partido en la decisiva Cámara Baja del parlamento japonés.
De triunfar, Koike se convertiría en la primera mujer que asume el máximo liderazgo político en Japón, país que ocupa el lugar número 54 en el ránking de la ONU según el poder político y económico que ostentan sus mujeres. “Quiero afrontar los asuntos de la mujer desde una perspectiva no partidista. Eso hará que se liberen las energías potenciales de la mujer y convertirá Japón en un país con fuerza”, declaró Koike.
La candidata a liderar el PLD tiene 56 años, está soltera y llegó a la política después de trabajar como intérprete de árabe y como presentadora en la televisión. En 2005 se convirtió en ministra de Medio Ambiente del gobierno de Junichiro Koizumi, y se la considera responsable de la política coolbiz, consistente en abandonar el uso de la corbata en verano para ahorrar la energía que se gasta en aire acondicionado. Posteriormente, en el gobierno de Shinzo Abe se convirtió en la primera mujer ministra de Defensa, pero dimitió al cabo de 54 días para responsabilizarse por un caso de filtración de información reservada.
Koike no lo tendrá fácil para lograr su objetivo. Sus rivales son el ex-ministro de Asuntos Exteriores, Taro Aso, el actual titular de Economía, Kaoru Yosano, el ex ministro de Defensa Shigeru Ishiba y Nobuteru Ishihara, hijo del gobernador de Tokio. Por el momento las encuestas indican que Aso es el favorito entre la población, deseosa de un liderazgo fuerte después de los fracasos de Abe y Fukuda.

El Primer Ministro japonés dimite por sorpresa

2/9/2008 ANUNCIO POR SORPRESA DEL JEFE DEL GOBIERNO EN TOKIO
Jordi Juste
El Primer Ministro japonés, Yasuo Fukuda, anunció ayer su renuncia al cargo y a la jefatura del Partido Liberal Democrático (PLD). “He escogido el momento, antes del inicio de la sesión extraordinaria del parlamento, para causar el mínimo de molestias a los ciudadanos”, anunció Fukuda en una breve rueda de prensa transmitida en directo por las principales cadenas de televisión. La popularidad de Fukuda no ha parado de bajar en las últimas semanas por su incapacidad de implementar políticas decididas para hacer frente a la crisis económica y apenas ha podido aprovechar el efecto propagandístico de actuar como anfitrión de la cumbre del G-8, celebrada en julio en Hokkaido, norte de Japón.
En los próximos días el PLD tiene que determinar las fechas para la elección de su próximo líder, quien debería formar gobierno, ya que el partido cuenta con la mayoría en la determinante Cámara Baja de la Dieta, el parlamento bicameral nipón. El Senado está dominado desde hace medio año por la oposición encabezada por el Partido Democrático de Japón (PDJ) de Ichiro Ozawa, que en los últimos meses ha reiterado su petición de que Fukuda convoque elecciones.
Ayer el Primer Ministro se refirió al bloqueo ejercido por el PDJ como una de las causas de su renuncia al cargo. “El Partido Democrático ha intentado bloquear todas las leyes, por lo que nos ha llevado mucho tiempo poner en práctica todas las políticas. Por el bien del pueblo japonés, esto no se puede repetir”, declaró el Primer Ministro.
Ahora habrá que ver cómo reaccionan las diferentes facciones del PLD, así como su partido coaligado, el budista Komeito. A juzgar por los precedentes, lo más probable es que aparezca un líder de consenso que intente aprovechar el año que queda de legislatura para recuperar algo de popularidad y poder así afrontar unas elecciones con posibilidades. De todos modos, tampoco se puede descartar la formación de un gobierno encargado de convocar elecciones antes de que el apoyo popular al PLD toque fondo.

Fukuda fue elegido hace once meses por el PLD para suceder a Shinzo Abe que dimitió por problemas de salud tras sólo un año en el cargo. Abe, a su vez, había sustituido un año antes a Junichiro Koizumi, quien fue reelegido hace tres años como Primer Ministro después de que su partido arrasara en unas elecciones que plateó como un plebiscito sobre su plan de privatizar el sistema de correos.
Tras conocer la decisión de Fukuda todos los partidos de la oposición se apresuraron a acusarlo de irresponsable y exigieron la disolución de la Cámara Baja y la convocatoria de elecciones. Si el PLD desoye esta llamada y escoge una vez más por su cuenta al próximo Primer Ministro, este será el cuarto líder que tiene el país desde que sus ciudadanos fueran convocados a unas elecciones generales en septiembre de 2005.

Belleza bajo las sombrillas

Dos mujeres portando sombrillas. JJuste
El ideal de belleza femenina japonesa comporta una piel lo más blanca posible. No se trata de una moda pasajera, sino de un concepto muy enraizado en la cultura. “En la mujer de piel blanca, un punto de fealdad no se nota”, dice un refrán japonés. La piel morena en las mujeres se considera algo sucio y por eso la industria cosmética nipona obtiene gran parte de sus beneficios vendiendo productos que conservan o restauran la palidez natural del cutis. Prácticamente las únicas japonesas que escapan al deseo de tener una tez blanca son las ganguro, mujeres jóvenes que desde los años 90 siguen exactamente la tendencia contraria, es decir se caracterizan por lucir un moreno extremo, a menudo realzado gracias a la química.
Para la mayoría de japonesas la palidez de la piel, especialmente la de la cara, es una parte importantísima de su imagen. Para protegerla no se fían sólo de las cremas sino que también evitan exponerse al sol más de lo necesario. Para ello se valen de guantes larguísimos, gorras y sombreros con grandes alas y, sobre todo, de sombrillas. En la segunda mitad del siglo 20 estos objetos parecían condenados a la desaparición, relegados al uso por parte de mujeres de edad avanzada o poco conscientes de las últimas modas en el vestir. Sin embargo, en las últimas décadas la sombrilla ha vuelto y hoy en día las mujeres jóvenes no tienen reparos en usarla.
Al resurgir del parasol portátil ha contribuido sin duda el gran esfuerzo hecho por la industria japonesa para comercializar diseños adaptados a todas las modas y estilos. Pero otro factor determinante de la recuperación de su popularidad a finales de siglo 20 fue la aparición de los alarmantes informes sobre el agujero en la capa de ozono de la atmósfera y las noticias sobre el aumento del número de enfermos de cáncer de piel. Los fabricantes respondieron rápidamente con productos que filtran los rayos ultravioletas y por lo tanto protegen mejor la piel.
El fin del mes de las lluvias y la llegada del verano suponen la multiplicación de las sombrillas en las calles japonesas, pero estas se pueden ver durante todo el año. En días nublados, la visión de una mujer japonesa caminando bajo una de ellas confunde a algún viajero extranjero despistado, que se pregunta si ya han empezado a caer gotas y él todavía no se ha dado cuenta.
Esta obsesión por protegerse de la luz solar suele ser más fuerte entre las mujeres mayores, más preocupadas por la fragilidad del cutis y más convencidas desde niñas de la fealdad de su morenez. Las campesinas o las que trabajan en los jardines suelen cubrirse con enormes pañuelos y grandes sombreros de paja que casi no dejan ni un milímetro de piel al descubierto.
El uso de la sombrilla es algo tan normal en Japón que muchas mujeres se sorprenden cuando se les explica que en Europa o en América es casi inexistente. “Pero lo he visto en un cuadro de Goya”, se extrañaba recientemente una joven universitaria japonesa. Ella misma, una vez informada de que la protagonista de El quitasol es una dama del pasado, insistía en preguntar si en España no hay noticias sobre la proliferación del cáncer o si a las españolas no les importa quemarse la piel.

Quimonos para todo el año

El verano es, con toda seguridad, la mejor estación para ver por la calle a personas ataviadas con vestidos japoneses tradicionales. Especialmente si se acude a una localidad en fiestas. Entonces algunos hombres y muchísimas mujeres salen a la calle luciendo sus yukata, unos quimonos de algodón mucho más simples y baratos que los de seda, que se suelen reservar para ocasiones más formales.
Desde que Japón se abrió a Occidente en 1868 la indumentaria cotidiana de los japoneses se fue adaptando a las costumbres europeas y americanas. Primero fueron los militares y los políticos los que imitaron las formas extranjeras de vestir y poco a poco les siguió el resto de la población. La tendencia se aceleró tras la derrota en la segunda guerra mundial y la ocupación americana. En el caso de las mujeres, su acceso masivo al mercado laboral en las últimas décadas les ha hecho adoptar definitivamente la ropa occidental. Sin embargo, los vestidos tradicionales no se abandonaron nunca totalmente y hoy son diversas las ocasiones en que se pueden ver usados con toda naturalidad.
A niños y niñas se les viste un suntuoso quimono en el shichigosan, una ceremonia sintoísta equiparable a la primera comunión, y la mayoria de chicas visten quimonos en la ceremonia en que celebran su mayoría de edad y en su graduación en la Universidad. A parte de estas ocasiones, es fácil ver a mujeres vistiendo quimonos en bodas, independientemente de si estas se celebran al estilo tradicional japonés o con la novia vestida de emperatriz Sisí en alguna de las capillas de cartón piedra con que cuentan casi todos los grandes hoteles. También es relativamente normal que aparezcan en programas de televisión celebridades vistiendo quimonos en programas que no siempre tienen contenido folclórico.
Lo escrito vale para todo Japón, pero en Kioto no es necesario que ocurra nada muy especial para ver a mujeres vistiendo quimonos. Una exposición de cerámica o un concierto son excusas suficientes para muchas mujeres para ponerse el vestido tradicional. Casi nunca dejan de ser una minoría, pero se hacen ver.
Hasta hace unas décadas los carísismos quimonos de seda eran la parte más importante del ajuar de una novia. Hoy en día, en cambio, muchas mujeres japonesas no tienen ninguno de esos vestidos en propiedad, así que no les queda más remedio que alquilarlos cuando se les presenta una ocasión para usarlos. En Kioto, además, hay tiendas a las que acuden turistas nacionales que quieren experimentar su visita a la antigua capital imperial vestidos a la antigua.
Los yukata se usan en todo el país en verano para ir a las fiestas, pero también durante el resto del año en los balnearios para cubrirse entre baño y baño. Además, la mayoría de hoteles japoneses ponen cada día en las habitaciones uno de estos quimonos de algodón para cada huesped como pijama. Para muchos turistas extranjeros la tentanción de llevárselos como recuerdo es tan fuerte que en algunos casos hay avisos para que no se haga o invitaciones a hacer una solicitud formal en la recepción.