viernes, enero 23, 2009

Los primeros adultos de la era de Heisei

Un instante de la ceremonia. JORDI Juste
El año 2009 es en Japón el año 21 de la era de Heisei; es decir, del reinado del emperador Ahi Hito. Esto significa que en el 2008 cumplió los 20 años y alcanzó la mayoría de edad, la primera generación de japoneses nacidos en la era actual. En concreto fueron 1.330.000 nuevos adultos, la cifra más baja de las dos décadas, un dato que recuerda la tendencia al envejecimiento de la sociedad japonesa, debido a la combinación de una altísima esperanza de vida con un bajísimo índice de natalidad.
La entrada en la edad adulta se celebra en todo el país con ceremonias organizadas por los ayuntamientos el segundo lunes de enero, seijin no hi (día de los nuevos adultos), que es festivo nacional. Los jóvenes acuden a los actos, presididos por las autoridades locales, vestidos formalmente. Una gran mayoría de chicas van con quimono y los chicos, normalmente, con traje occidental. Se trata de eventos muy serios, con discursos de los alcaldes y de los representantes de los jóvenes, que muchos soportan estoicamente esperando que terminen rápido para poder reunirse con sus antiguos compañeros de escuela, sacarse infinidad de fotos e irse a beber. Sin embargo, ya casi forma parte de la tradición que, en muchas de las ceremonias, los más alborotadores de cada generación lleguen borrachos y saboteen los discursos de las autoridades.
En Kioto, ciudad de más de un millón de habitantes, la ceremonia reunió este año a 10.000 nuevos adultos en dos sesiones marcadas, como siempre, por el afán local de resaltar su condición de antigua capital y custodia de las tradiciones. El alcalde, vestido con hakama (quimono de dos piezas) lo recordó en su discurso, y los actos se abrieron con la actuación de un grupo de wadaiko (tambores japoneses). Las medidas de seguridad hicieron que los jóvenes con ganas de armar jaleo se tuvieran que conformar con exhibirse frente al pabellón donde se celebraban los actos.
A los actos, organizados por el Ayuntamiento, solo se puede asistir con invitación, pero mucha gente acude a la puerta para ver a los jóvenes. Como en casi todas las celebraciones japonesas, no falta una considerable cantidad de fotógrafos, aficionados locales con equipos que son la envidia de muchos profesionales extranjeros, a la caza de las chicas con aspecto más espectacular. Un gran número luce peinados sofisticados y la mayoría lleva un quimono conocido como furisode, cuyas mangas son tan anchas que casi tocan al suelo y que solo pueden vestir las solteras, por lo que muchas mujeres no se lo ponen más que ese día y para su graduación universitaria. También se pueden ver a jóvenes pertenecientes a la minoría coreana con su vestido tradicional, el chima jeogori.
Tampoco pierden la ocasión los partidos políticos, que acuden con camiones con la parte superior convertida en estrado a ganarse a los nuevos votantes. De vez en cuando resurge en Japón el debate sobre si hay que rebajar la edad mínima para votar a los 18 años pero, a juzgar por el poco interés que muestran los nuevos adultos, no parece que se trate de una demanda urgente de los supuestos interesados.
Un grupo de chicas tra la ceremonia. La segunda por la derecha lleva el vestido tradicional coreano. Jordi Juste

jueves, enero 15, 2009

¿El carácter está escrito en la sangre?

El manual del tipo O. JORDI Juste
15/1/2009 CRÓNICA DESDE KIOTO

En Japón existen muchos sistemas acientíficos de predecir el futuro de alguien y de conocer su personalidad. Algunos están ligados a sus tradiciones, como los omikuji, unos papelitos que se obtienen tras sacar un palito de una caja en los santuarios sintoístas, o el número de trazos que suman los caracteres chinos con los que se escriben el nombre y el apellido. Otros son de introducción más reciente, como el horóscopo occidental o el tipo de sangre.
Este último método está tan arraigado que muchos japoneses ignoran que su origen se encuentra en los años 20 del siglo pasado, ligado a las teorías racistas que asociaban el carácter de los pueblos al predominio de un determinado grupo sanguíneo. Entonces adquirió gran popularidad y los militares nipones intentaron usarlo para seleccionar a los soldados mejor dotados. Sin embargo, vista su escasa eficacia, en los años 30 pasó de moda y no volvió a estar en boga hasta los 70, cuando lo revitalizó el abogado y personaje televisivo Masahiko Nomi.
Desde entonces, muchos japoneses se han dejado seducir por esta forma de clasificar a las personas, según la cual los que tienen la sangre de tipo A son gente ordenada y sensible pero fastidiosa, los del grupo B son activos y sociables pero egoístas, los AB son fríos y racionales pero indecisos y los O son agradables y optimistas pero vanidosos.
Este asunto se ha convertido en una fuente de ingresos para la industria editorial. Uno de los éxitos de ventas de este año en las librerías japonesas ha sido la colección Jibun no setsumeisho (Tu propio manual de instrucciones), que han situado los volúmenes de los tipos A y O, los más abundantes, en los primeros puestos de las listas de ventas y se ha convertido en tema de conversación, especialmente entre los jóvenes.
"Me compré el libro de mi tipo y lo acierta todo sobre mí", explica Haruno, una joven universitaria. Ayae, su compañera de clase, también se muestra convencida de la fiabilidad del método: "Muchas veces, cuando he conocido a una persona he imaginado, por su forma de actuar, cual era su grupo sanguíneo, y siempre he acertado". En cambio, Yuuta, un chico de 19 años, confiesa que su afición por el método es más bien recreativa: "No sé si acierta o no, pero la vida es más divertida si crees en estas cosas", confiesa.
Recientemente, el actor de kabuki (teatro tradicional japonés) Ichikawa Danjuro explicó que su tipo sanguíneo ha cambiado de A a O debido a un trasplante de células madre procedentes de su hermana, como parte de un tratamiento para curar la leucemia. Conocedor de la popularidad del sistema de definir la personalidad a partir del tipo de sangre, Ichikawa planteó un reto al público que asista a su reaparición en la escena: "Quiero que venga y vea si la forma de actuar es distinta entre las personas de tipo A y las de tipo O". Es de esperar que haya bastantes espectadores que vean en los gestos y en la entonación de Ichikawa la prueba de la transformación de su carácter, ya que, según una encuesta, el 63% de las mujeres y el 47% de los hombres japoneses afirman que creen en la relación entre tipo de sangre y personalidad.

domingo, enero 04, 2009

Navidades a la americana

4/1/2009 CRÓNICA DESDE OSAKA
Bajo el tiburón de la película. J. Juste
La Navidad es una de las celebraciones que ponen más de manifiesto el eclecticismo y el sincretismo de los japoneses. A pesar de que solo un 1% de los 128 millones de habitantes del archipiélago son cristianos, durante el mes de diciembre las ciudades japonesas se engalanan con motivos navideños, adoptados sobre todo de su versión estadounidense. Decoraciones luminosas, árboles de Navidad y, sobre todo, muchos papanoeles pueblan los centros comerciales de Japón, donde además suenan villancicos clásicos en versión inglesa.
La Navidad es --también aquí-- sobre todo una fiesta comercial. En las casas, además, se come el kurismasu keiki, un pastel normalmente cubierto de nata y decorado con fresas. Las parejas jóvenes se reúnen en Nochebuena en cenas románticas que a menudo terminan en alguno de los abundantes rabu hoteru, hoteles en que las habitaciones se pagan por horas. La madrugada del 25 hay cola para entrar a rematar la fiesta.Para muchas chicas resulta un trauma llegar a la fecha sin novio. "Lo dejamos en octubre. Soy tonta, ¿verdad? Justo dos meses antes de la Navidad. Qué momento más inoportuno", comentaba recientemente Ai, una joven de 19 años. Por su parte Nanako, de 20, explicaba que ella y su novio habían decidido posponer la celebración hasta el fin de semana, ya que el día de Navidad en Japón es laborable y este año caía en jueves.
Posiblemente por eso muchas de las decoraciones de Navidad se han mantenido este año unos días más de lo habitual. Casualmente, el día 23 de diciembre es festivo porque se celebra el cumpleaños del emperador, pero, a diferencia de lo que pasaría en otros países, aquí casi nadie hace puente y la mayoría de los trabajadores solo disfrutan de cuatro o cinco días festivos alrededor del Año Nuevo.
Donde más se aprovecha la Navidad en Japón, en su vertiente decorativa, es en los dos principales parques de atracciones del país: el complejo formado por Disney World y Disney Sea, en los alrededores de Tokio, y Universal Studios Japan, en Osaka. Ambos están estos días llenos de jóvenes japoneses que aprovechan las dos semanas de vacaciones escolares de invierno.
La Navidad, que en Japón es al fin y al cabo algo importado gracias al cine de Walt Disney y Hollywood, sirve para conectar la realidad del calendario occidental con el Occidente de fantasía que recrean los parques de atracciones americanos.La Navidad en Disney World Tokyo o en Universal Studios Japan es propicia para observar la relación cultural que mantiene el país con su principal aliado. Japón ha adoptado desde la segunda guerra mundial una gran cantidad de manifestaciones de la cultura popular estadounidense, pero siempre de manera superflua y sin que estas hayan llegado a suprimir las autóctonas.
Una vez guardado Santa Claus en el armario aparecen en Japón las decoraciones sintoístas para recibir el nuevo año; muchos japoneses cumplen como siempre con los ritos de su religión ancestral, pero encuentran también tiempo para acudir a alguna count down party con sabor americano.