domingo, diciembre 31, 2006

Japón despide el año 18 de la era Heisei


CRÓNICA DESDE KIOTO// JORDI JUSTE
Jordi JUSTE
Es 25 de diciembre, Navidad, pero en Japón ya han recogido papanoeles, abetos y letreros de Merry Christmas y han reanudado los preparativos del cambio de año. Hasta 1873 el Año Nuevo llegaba a Japón, como en China, a principios de la primavera. La adopción del calendario gregoriano fue un paso en la homologación con Occidente, pero 133 años después los japoneses siguen manteniendo numerosas costumbres propias.

Durante todo diciembre, grupos de amigos, compañeros de estudio o trabajo y miembros de asociaciones se han reunido para celebrar el bonenkai (literalmente, reunión para olvidar el año), cenas regadas con abundante alcohol --que a menudo sirven para confesar que uno ha estado 12 meses aguantándose-- y terminan con varios comensales bordeando la pérdida de conciencia.

En casas, escuelas, templos y otros locales, diciembre es el mes del osoji, la limpieza en profundidad, en que se levantan tatamis, se retiran armarios y se da lustre a objetos para purificar los lugares y prepararlos para la llegada de Toshigami, el dios del Año Nuevo, que reparte felicidad. Hacia el día 25 se disponen en las entradas de las casas los kadomatsu, adornos vegetales que combinan cañas de bambú, ramas de pino y diversos arbustos. En puertas de casas y parachoques de muchos coches se cuelgan shimekazari, adornos que incluyen una cuerda sagrada y una mandarina. Y ya en el interior de las casas, en un lugar destacado, se coloca el kagamimochi, dos bollos de pasta de arroz con una mandarina encima que simbolizan el año que se va y el que llega y la dualidad de la naturaleza.

A finales de mes todos van a correos a echar los nengajo, las postales con las que se felicita el Año Nuevo y que el día 1 se encargarán de repartir cientos de miles de carteros. En los últimos años ha disminuido el número de nengajo, pero todavía rondan los 4.000 millones, o, lo que es lo mismo, más de 30 por habitante. Suelen incluir un número de lotería y una imagen del animal que corresponde según el horóscopo chino (el del 2007 es el jabalí). Además, desde hace unos años se ha generalizado la impresión, en un lugar preferente, de una fotografía familiar.Los últimos días del año los comercios están llenos de clientes que hacen acopio de los ingredientes para preparar las comidas típicas. Para despedir el año se comen fideos de trigo sarraceno toshikoshisoba (literalmente, fideos para atravesar el año) y para dar la bienvenida al nuevo se prepara lo que se conoce como osechi ryori, un conjunto de comidas artísticamente presentadas en unas preciosas cajas de madera lacada.

El fin de año es una celebración familiar. Generalmente se cena en casa, y de sobremesa se ven programas de entretenimiento por televisión. El año que termina, el 18 de la era Heisei (la del emperador Akihito), ha sido un año de cambio de liderazgo político, de inquietud por la prueba nuclear norcoreana, de consagración de Japón como campeón mundial de béisbol, de nacimiento de un heredero al trono del crisantemo, de escándalos financieros, de confirmación del declive demográfico y de un crecimiento económico esquivo para la mayoría.

sábado, diciembre 23, 2006

Cristianos consumistas durante un mes


CRÓNICA DESDE OSAKA // JORDI JUSTE
JORDI Juste
Este año muchos comercios japoneses instalaron las decoraciones de Navidad en pleno mes de noviembre, tal vez para paliar la caída de las ventas por el retraso en la llegada del frío. Lo normal es que a principios de diciembre, en la mayoría de las zonas comerciales del país, el paisaje se parezca al de muchas ciudades del mundo por la profusión de figuras de Santa Claus, árboles de Navidad y objetos deseando Merry Christmas a la clientela. Además, en galerías y grandes almacenes acompaña la música de villancicos, casi siempre en sus versiones inglesas.

Todo ello sucede a pesar de que menos del 1% de los 127 millones de japoneses se declaran cristianos. Desde la segunda guerra mundial, la Navidad se ha ido consolidando como una especie de celebración satélite de la fiesta verdaderamente importante aquí, el cambio del año.

Las familias que tienen niños pequeños han adoptado la tradición de que Santa Claus les traiga regalos la noche del 24. En muchos hogares hay árboles de navidad (artificiales casi siempre) e incluso se pueden ver bastantes casas con las fachadas iluminadas con lucecitas de colores. La televisión suele programar películas de Hollywood de tema más o menos navideño y en las noticias aparecen referencias a las celebraciones que tienen lugar en el mundo cristiano, pero para la mayoría de japoneses la Navidad no tiene ningún significado religioso o espiritual.

La estrella de la celebración es el christmas cake, un pastel de nata con fresas que cualquier familia que se tenga por normal debe comprar para comer en casa durante la Nochebuena. Lo más curioso es que la mayoría de japoneses tiene asumido que la Navidad es una tradición foránea y por eso muchos se muestran incrédulos cuando se les dice que lo del pastel es cosecha del ingenio comercial de los pasteleros del país. El pastel de Navidad es ya una parte tan sustancial de la cultura popular nipona que hasta hace unos años servía para hacer una metáfora de dudoso gusto sobre la boda de las mujeres japonesas, que se tenía que celebrar antes de los 24 años o ya era casi tan difícil como vender ese postre pasado el 24 de diciembre. Hoy en día, con las mujeres casándose alrededor de los 30 el chiste fácil ha perdido vigencia, pero no así el omnipresente pastel, que se vende en pastelerías, supermercados y tiendas de conveniencia.

Otro clásico son las cenas románticas en hoteles y restaurantes. Entre los jóvenes está tan extendida esa costumbre que muchas chicas confiesan que se emparejan durante el mes de diciembre para no pasar la vergüenza de no tener a nadie con quien vivir la experiencia. Pero lo más sorprendente de la Navidad japonesa sucede precisamente el día 25, jornada que, por supuesto, es laborable. Como por arte de magia, Santa Claus, árboles, villancicos y Merry Christmas desaparecen. El país, que se había disfrazado de cristiano consumista durante casi un mes, se quita la máscara y reaparece el viejo Japón sintoísta, con sus cañas de bambú, sus ramas de pino y sus cuerdas sagradas para preparar la llegada del Omisoka (Nochevieja) y el Shogatsu (Año Nuevo).

lunes, diciembre 18, 2006

Sayonara TV


LA TEMPORADA AZULGRANA
LA RETRANSMISIÓN DE LA TELE JAPONESA
• Los comentaristas del canal Yomiuri empezaron apoyando al Barça pero acabaron celebrando el triunfo del Internacional
JORDI JUSTE KIOTO
Nueve y media de la noche en Japón. La retransmisión de la cadena de televisión Yomiuri termina con unos protagonistas inesperados, los jugadores del Internacional de Porto Alegre celebrando el triunfo con el seleccionador brasileño, Dunga, y el brasileño, exinternacional japonés, Lopes.

Todo parecía preparado para que los espectadores japoneses se recrearan en el jogo bonito de Ronaldinho. El popular cómico Akashiya Sanma, conocido madridista pero amante del buen fútbol, había aparecido en el estudio luciendo una camiseta azulgrana. En los comentarios de otros invitados, como el ex del Valladolid, Shoji Jo, o el antiguo jugador del Palmeiras y del Génova, Kazuzoshi Miura, se notaba un claro favoritismo culé.

Nada más comenzar el partido, las cámaras de Yomiuri muestran una gran pancarta con el Més que un club en diversos idiomas. Posteriormente, el locutor glosará el significado de esas palabras y explicará a los espectadores japoneses la importancia de la cantera para el Barça. Asimismo, como en la semifinal contra el América, se refieren a la lengua catalana, en este caso para explicar que Frank Rijkaard la usa cada año para dirigirse a la afición.

De Ronaldinho destacan que en Brasil hay una controversia sobre por qué juega mejor con el Barça que con la selección. Muchos defienden que la canarinha debería jugar con el mismo sistema de juego que los azulgrana. También recuerdan que para Alexandre Pato, la joven estrella del Internacional, Ronaldinho es un ídolo. Sin embargo, también dicen que, según los expertos, en un hipotético partido entre 11 decos y 11 ronaldinhos, ganaría el equipo del internacional portugués. La intensidad del partido deja poco espacio para comentar algo más que el juego. En una de las escasas interrupciones, Jo comenta que Barcelona es una ciudad con mar y montaña donde se vive muy bien y que el Camp Nou es un estadio al que acude gente de todas las edades donde raramente se producen altercados.

Minuto 36 de la segunda parte. Marca el Inter para sorpresa de los comentaristas, a los que se les nota a la legua la decepción. Minuto 40. Todavía hay esperanza. Ronaldinho toma carrerilla para tirar una falta y los comentaristas le piden "un regalo de Navidad". La pelota no entra, pero no es cuestión de terminar en tono fúnebre así que, a medida que se va haciendo evidente que el Barça no tiene tiempo para reaccionar, el barcelonismo de la televisión japonesa se transforma en interismo y la retransmisión termina con los vencedores celebrando el triunfo en el estudio, y con Akashiya Sanma cambiando su camiseta del Barça por una del Internacional.

domingo, diciembre 17, 2006

Más ricos, más pobres


AUMENTAN LAS DIFERENCIAS DE RENTA EN EL PAÍS ASIÁTICO

• Japón lleva 57 meses de crecimiento económico pero la mayoría de la población no percibe la bonanza
• Los indigentes, casi inexistentes en los 90, son más de 40.000

JORDI JUSTE.KIOTO
Japón superó en octubre los 57 meses de crecimiento económico ininterrumpido que desde 1970 se mantenían como récord de expansión continuada y, sin embargo, la mayoría de la población sigue sin sentir los beneficios de esta racha de bonanza. Aunque el crecimiento es mucho más moderado que en los 60, el número de parados ha disminuido hasta casi el 4%. Sin embargo, al mismo tiempo, en los últimos 10 años han aumentado las diferencias de ingresos y se ha disparado el número de personas que se sitúan bajo el umbral nacional de pobreza.

Atrás quedan los años en que las nuevas cotas de riqueza alcanzadas proporcionaban una sensación de bienestar económico que invitaba a gastar alegremente. Los empleos de por vida son cada vez más escasos y mal remunerados, y los salarios que se obtienen en muchos trabajos temporales casi no alcanzan para cubrir los gastos individuales de vivienda y alimentación.

Déficit público

Todo ello ha venido acompañado de la reducción del gasto social, para recortar el descomunal déficit público, llevada a cabo durante los cinco años de Gobierno de Junichiro Koizumi. "En lugar de presionar al Gobierno para que aumente el gasto en obras públicas, las grandes empresas deberían mejorar los salarios y condiciones de trabajo de todos sus empleados para poner los cimientos de un renovado crecimiento en el gasto en consumo", afirmaba el diario Asahi Shimbun en un editorial.

La otra cara la ofrece el aumento del número de japoneses ricos. Según la consultora Merrill Lynch, los japoneses que disponían de más de un millón de dólares (750.000 euros) eran 1,34 millones en el 2004, un 10% más que el 2001.Esta situación ha conducido a algunos comentaristas sociales a afirmar que Japón se ha convertido en una nación de ganadores y perdedores. Aunque la tendencia comenzó antes de su llegada al poder, se critica la insistencia de Koizumi a favor de una sociedad en que cada uno sea recompensado según su esfuerzo, en detrimento de las ayudas a los perdedores. "Tenemos que crear un clima y tener una actitud mental en que la gente que trabaja duro vea reconocidos sus esfuerzos", declaró antes de dejar el cargo.

Aunque es cierto que Japón sigue siendo una de las sociedades más igualitarias del mundo desarrollado, el número de japoneses que viven con menos de un millón de yenes (unos 6.700 euros) al año alcanzó en el 2005 los 3,6 millones, un 16% más que cuando Koizumi llegó al poder. Asimismo, el número de personas que viven en la calle supera las 40.000, según las oenegés (25.000 según el Gobierno), una cifra muy baja comparada con otros países considerados ricos pero muy alta si se tiene en cuenta que hasta los 90 este era un fenómeno prácticamente inexistente en el país.

Durante la crisis de final de siglo se creía que se trataba de un problema pasajero, pero cinco años de crecimiento no han servido para rescatar a los que cayeron en el pozo de la indigencia.

martes, diciembre 12, 2006

Mino Monta, el presentador récord


Para Teletodo (Grupo Z)
La televisión en el mundo.
Japón. Jordi Juste
Los japoneses ya sabían que Norio Minorikawa, conocido como Mino Monta, es un presentador de televisión casi ubicuo. No hay día de la semana en que no se emita alguno de sus programas. Ahora el libro Guiness lo ha reconocido como el presentador que más tiempo trabaja en directo a la semana, 21 horas y 42 minutos, proeza que logra en 11 shows de lunes a sábado.
Su primera aparición se produce en el magazine “Asa Zuba” (A las claras por la mañana,) cada día, de lunes a viernes, de 5:30 a 8:30 de la mañana. Tras una pausa de menos de cuatro horas, vuelve a la carga en “Omoikiri terebi” (Televisión a tope) de 12, a 2 de la tarde, donde ofrece consejos prácticos y de salud a la audiencia, mayoritariamente amas de casa y jubilados. Entre los diversos programas grabados que presenta por la tarde destacan la versión japonesa de “¿Quién quiere ser millonario” y “Dobutsu kiso tengai”, un espacio sobre animales sorprendentes.
Mino Monta, de 62 años, tiene un estilo muy personal -enfático, seductor y decidido sin llegar a ser autoritario-, que le reporta, además de una audiencia fiel y muchos imitadores, unos ingresos anuales de más de 500 millones de yenes (unos tres millones y medio de euros).

lunes, diciembre 11, 2006

Un templo para el club de la comedia japonés


CRÓNICA DESDE OSAKA // JORDI JUSTE

Por primera vez en 60 años, Osaka cuenta con un teatro dedicado exclusivamente al arte del rakugo. La inauguración del nuevo centro supone la confirmación de la vigencia de este género de humor tradicional. El término rakugo (literalmente, palabra caída) parece tener su origen a finales del siglo XIX, pero el arte del monólogo cómico japonés se remonta como mínimo al siglo XVII, cuando los profesionales que lo practicaban eran contratados por los señores de la guerra de entonces para distraerlos en los momentos de asueto de las campañas militares.

Antes de la segunda guerra mundial, Osaka y Tokio contaban con numerosos teatros de rakugo, que ofrecían entretenimiento a precios moderados al pueblo llano. Pero los bombardeos aéreos acabaron con la mayoría. Sin embargo, el género sobrevivió en otros teatros cómicos o en la radio y la televisión, medios a los que se adapta con gran facilidad. En la actualidad hay diversos programas televisivos de rakugo seguidos por un público de edades diversas, sobre todo los fines de semana.

La gente de Osaka tiene fama de ser la más salada de Japón. Además, la capital del oeste japonés es la sede de la agencia Yoshimoto, proveedora de gran parte de los cómicos que pueblan los numerosísimos programas de humor de la televisión nipona, así como muchos de los teatros de la ciudad y también de Tokio. Pero el rakugo no es una forma más del humor nipón, es una demostración de la compatibilidad del arte, la tradición y la risa.

La gracia del rakugo no está tanto en la historia como en la manera de contarla. El artista, vestido con un quimono sobrio y sentado sobre un almohadón cuadrado, cuenta con un abanico y un pañuelo por todo atrezo. Sus únicas armas son su lenguaje corporal y su voz, que usa para representar los diversos personajes y los sonidos de acompañamiento. El cuento tiene un final cómico, la llamada palabra caída o rakugo. La entrada y salida del artista se subrayan con el sonido del shamisen (instrumento de cuerda tradicional) y la flauta shakuhachi.

Hay un repertorio clásico de historias a las que los diferentes actores hacen aportaciones personales, pero el rakugo, especialmente en sus versiones mediáticas, también hace chanza de la actualidad. Por estas fechas, una fuente de inspiración son las cenas de empresa para despedir el año, en las que muchos japoneses se exceden con el alcohol y rompen el protocolo y el habitual respeto a los superiores jerárquicos, lo que genera numerosas situaciones embarazosas que los contadores de historias convierten en arte.

El nuevo teatro de rakugo se llama Tenjin Hanjo Tei, tiene capacidad para 250 personas y está situado junto al santuario sintoísta Temmangu, en el popular barrio de Temma, en el centro de Osaka. Para su construcción se hizo una campaña de donativos que recogió 200 millones de yenes (más de un millón de euros) entre los comerciantes locales y entre los miembros de la asociación de rakugokas. El edificio está construido con madera de ciprés, la preferida en muchas construcciones sintoístas, con la esperanza de que dure por lo menos cien años.

domingo, diciembre 10, 2006

Voracidad atunera


PREOCUPACIÓN DE LOS CONSUMIDORES NIPONES POR LA MERMA DE PESCADO
• Los organismos internacionales intentan frenar la disminución de la población mundial de atunes
• Las medidas pueden cambiar los hábitos alimentarios de los japoneses
JORDI JUSTE KIOTO
Es muy improbable que los japoneses renuncien voluntariamente a una de las delicias de su gastronomía, los filetes crudos de toro, el vientre graso de los atunes. Sin embargo, las noticias que llegan sobre los mercados pesqueros y sobre la población mundial de atunes rojos apuntan a que cada vez son menos los peces y más los humanos ávidos de comérselos. El problema ha llevado a diversos organismos internacionales a dar la voz de alarma, y ya se han tomado medidas que pueden afectar a corto y medio plazo los hábitos alimenticios de los japoneses.
Reducción de capturas
En octubre, la cuota de atunes que Japón puede pescar en el Pacífico sur fue reducida a la mitad, y el pasado 26 de noviembre la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) decidió en Dubrovnik (Croacia) reducir un 20% las capturas totales en la zona, que incluye el este del océano Atlántico y el Mediterráneo; una medida ridícula según los conservacionistas. "Es un plan de hundimiento, no de recuperación, y una burla al trabajo de los científicos. La UE ha traicionado su obligación de gestionar de manera sostenible las pesquerías a favor de los intereses a corto plazo de su propia industria atunera", declaró Sergi Tudela, representante de la asociación de defensa de la naturaleza WWF-Adena.
Aproximadamente la mitad del atún que se pesca en el área se exporta a Japón, que consume una cuarta parte de las capturas mundiales de este pez. A pesar de la voracidad atunera de los japoneses, sus autoridades adoptaron en Dubrovnik una actitud mucho más proteccionista que la de la UE. "Tenemos que llegar a un acuerdo sin falta. Los recursos mermarán si la situación se mantiene", reconoció el representante nipón, Katsumasa Hanafusa, frente a la oposición comunitaria a reducir cuotas.
Una porción sustancial del atún que se come en Japón (un 20% de las importaciones) proviene de las costas españolas, donde los peces capturados en el Mediterráneo oriental son engordados en jaulas hasta alcanzar el tamaño ideal. WWF-Adena ha denunciado que este método escapa a los límites de capturas. Sin embargo, tener a los atunes encerrados es ideal para que desarrollen desproporcionadamente sus grasientos vientres y hagan así las delicias de los sibaritas nipones.
La presión comercial sobre el mar no es nueva ni limitada a los atunes, pero estos son la imagen de unos recursos menguantes que hay que repartir entre un número creciente de consumidores. La crisis en el consumo de la carne, provocada entre otros motivos por la enfermedad de las vacas locas y la gripe aviaria, ha disparado el consumo mundial de pescado. A esto hay que añadir el crecimiento económico chino, que ha generado una población con poder adquisitivo para emular a sus vecinos.
Grandes consumidores
Los japoneses son grandes consumidores de pescado desde tiempos ancestrales. No solo son una nación isleña, sino que durante siglos vivieron siguiendo el precepto budista de evitar comer carne. Desde el siglo XIX su consumo no ha dejado de aumentar, pero el pescado sigue aportando más de un tercio de las proteínas de los japoneses. Uno de cada diez pescados capturados en el mundo se come en el archipiélago y la media de consumo por persona es de casi 70 kilos al año (menos de 40 en España).
Las recientes noticias sobre el atún han sorprendido a muchos japoneses, que ignoraban que uno de sus manjares favoritos pudiera estar en peligro de extinción a medio plazo. En cualquier ciudad de Japón se pueden encontrar numerosos restaurantes de sushi donde dos generosas porciones de atún crudo con arroz en vinagre cuestan menos de un euro. Los precios de los productos del mar en las pescaderías han subido moderadamente en los últimos años, pero, a pesar de la dramática situación en los océanos, la oferta sigue siendo abundante y no se percibe en los consumidores una urgencia por moderar su apetito.

lunes, diciembre 04, 2006

Roppongi Hills, la colina de las vanidades japonesas


Crónica desde Tokio
Jordi Juste
Si en 1972 a la torre Eiffel le salió la competencia de la Tour Montparnasse como principal atalaya sobre París, en 2003 la finalización de la Mori Tower supuso el fin de la supremacía de la torre de Tokio como mirador de la capital de Japón. Sin embargo, a diferencia del rascacielos parasino, el tokiota no es el edificio más alto del país, a pesar de sus 238 metros. Ese honor le corresponde todavía a la Yokohama Landmark Tower, de 295 metros de altura.
En sus tres años de vida, la Mori Tower se ha convertido en un símbolo de la nueva economía. Las principales empresas de Internet y muchos de los inversores que se han enriquecido con la recuperación de la alegría en la bolsa de Tokio compitieron desde la inauguración para ocupar alguno de sus 54 pisos. El rascacielos es el centro del complejo inmobiliario Roppongi Hills, de 109.000 metros cuadrados, en el que también se encuentran los estudios centrales de la cadena de televisión TV Asahi, así como el hotel de lujo Grand Hyatt, un centro comercial y recreativo, un museo de arte y casi 800 apartamentos de súper lujo.
Según la empresa promotora, el año pasado 44 millones de personas visitaron Roppongi Hills, que se ha convertido en uno de los lugares que hay visitar en Tokio, especialmente el observatorio de la planta 52. Para muchos japoneses, hasta hace poco, el barrio de Roppongi no era más que un conocido centro de ocio nocturno que aparecía frecuentemente en las noticias por escándalos relacionados con el tráfico de drogas o el empleo de camareras extranjeras ilegales. Ahora es mucho más, es sobre todo el lugar donde hay que estar para mostrar que se ha llegado a la cúspide del mundo de los negocios, para entrar en el selecto grupo conocido como Hills zoku (la tribu de los Hills).
Pero Roppongi también es la colina desde donde se producen algunas de las caídas más sonadas, como la de Takafumi Horie, el propietario del portal de Internet Livedoor, que en 2005, con sólo 33 años, era uno de los hombres más ricos del país y llegó a presentarse a las elecciones al parlamento con el apoyo del primer ministro Koizumi. En enero de 2006 Horie, que se hizo especialmente famoso por su atuendo informal y su fracasado intento de hacerse con el control de la cadena de televisión Fuji TV, fue acusado de fraude y tuvo que cambiar Roppongi Hills por una celda en la carcel, de donde salió en abril tras depositar una fianza de 300 millones de yenes (unos dos millones de euros). Poco tiempo después, le siguió Yoshiaki Murakami, de 46 años, fundador de un agresivo fondo de inversiones que generó en pocos años tanta riqueza como odios en el conservador mundo de las grandes empresas japonesas. Murakami, acusado entre otras cosas de usar información privilegiada, facilitada precisamente por su vecino Horie, tuvo que depositar 500 millones de yenes (más de tres millones de euros) para poder regresar a su vivienda en los Hills.
A los gestores de Roppongi Hills no parecen preocuparles ni los escándalos ni la finalización, en 2007, a menos de un kiómetro de distancia, del proyecto Tokyo Midtown cuya torre principal tendrá 10 metros más que la Mori Tower y albergará en sus plantas superiores las habitaciones del hotel Ritz Carlton. Algunos inquilinos, como Yahoo Japan, ya han anunciado su futuro traslado a Tokyo Midtown, però en la Mori Tower dicen que cuentan con una larga lista de espera.

viernes, diciembre 01, 2006

Japón comienza a perder población


El censo confirma que en 2005 se inició el declive
Una de cada cinco personas tiene más de 65 años
Jordi Juste. Kioto
Los datos del censo recientemente publicados han confirmado que el año pasado la población de Japón se redujo por primera vez desde 1945. A primeros de octubre de 2005 el país tenía 127.767.994 habitantes, 22.000 menos que un año antes. La noticia no ha causado ninguna sopresa, ya que todos los expertos la venían anunciando hacía tiempo, debido a la baja natalidad y a la política restrictiva en materia de inmigración. El descenso de población ha coincidido con el anuncio de que entre enero y julio de este año han nacido 645.000 niños, 14.000 más que el año pasado.
Más ancianos y extranjeros, pero menos niños
La realidad es que Japón ya tiene un veinte por ciento de habitantes mayores de 65 años, mientras los menores de 15 no pasan del trece por ciento, una pirámide invertida que seguirá ensanchándose en la cúspide y estrechándose en la base con el envejecimiento de los nacidos durante el gran crecimiento demográfico. Descartada una gran catástrofe, la situación sólo cambiaría si entrara al país un gran número de inmigrantes o aumentara sustancialmente la natalidad, que fue de 1,25 niños por mujer en 2005 (1,3 niños por mujer en España), lejos del 2,1 por ciento necesario para mantener la población.
El inicio del declive se produjo a pesar de que el número de extranjeros aumentó respecto al censo del año 2000, en poco más de 200.000, casi la mitad de ellos chinos. Con las nuevas incoprporaciones, Japón tiene algo más de un millón y medio de residentes extranjeros, aunque más de la mitad son coreanos y chinos nacidos en Japón, por lo que la población realmente inmigrante no llega al uno por ciento del total ni añadiendo los casi 300.000 que residen ilegalmente. Es muy probable que el número de extranjeros siga aumentando, pero a un ritmo lento, dada la resistencia japonesa a renunciar a la homogeneidad social.
Aumentar la natalidad
La única solución realista parece ser aumentar la natalidad, una tarea difícil a juzgar por la situación de las mujeres. La edad media de las japonesas para casarse hoy en día es de 28 años, comparada con los 24 años de 1964, pero casi un 50 por ciento siguen solteras y sin descendencia a los 30 años, algo impensable en el Japón tradicional, donde era común recurrir al omiai (o cita concertada por la familia) para conocer al pretendiente.
El matrimonio por enamoramiento no es el único responsable de la baja natalidad. Otros factores son el difícil acceso y permanencia de la mujer en el mercado de trabajo y la conciliación entre vida laboral y familiar. Un 70 por ciento de las japonesas deja de trabajar al tener el primer hijo, y pocas se reincorporan posteriormente, casi siempre en peores condiciones. Su media salarial es del 67 por ciento del salario masculino y un 40 por ciento trabaja con contratos a tiempo parcial, cuatro veces más que los hombres.
Natalidad costosa
Los países del norte de Europa han demostrado que una mejor situación laboral de la mujer puede traducirse en una mayor natalidad, al aumentar la sensación de seguridad y las posibilidades económicas. En Japón el coste económico de la crianza es una de las principales razones citadas por las mujeres para justificar su poca proclividad a dar a luz. Otra es la falta de guarderías y de pediatras.
Las políticas públicas van muy por detrás de las necesidades, pero los políticos no dejan de hacer promesas. “Mi gobierno hará todos los esfuerzos para avanzar medidas de solución del descenso de la tasa de natalidad y construir una sociedad donde sea fácil criar hijos”, dijo el primer ministro Shinzo Abe en septiembre, en su toma de posesión.
Con todo, tampoco es indiscutible que a Japón le convenga mantener la población actual, tres veces la española con sólo el 75 por ciento del territorio de España. El problema es que el sistema de seguridad social, en que la población activa mantiene a la pasiva, es insostenible si ésta no deja de crecer y la primera de menguar, por lo que parece inevitable aumentar la edad de jubilación.

miércoles, noviembre 29, 2006

Shichi-go-san, la “primera comunión” sintoísta


Crónica desde Kioto
Jordi Juste
El 15 de noviembre es el día de Shichi-go-san (literalmente, siete-cinco-tres), la fecha en que las familias japonesas llevan a sus hijas de 3 o 7 años y a sus hijos de 5 al santuario sintoísta para celebrar un rito en que se ruega a los kami (dioses) por la salud de los niños. La costumbre es acudir al santuario más próximo al domicilio, pero en los últimos tiempos muchas familias escogen otros más famosos, como Meiji o Yasukuni, en Tokio, y Heian o Yasaka, en Kioto. Como no es día festivo, la celebración se prolonga durante todo el mes, especialmente durante los fines de semana.
La ceremonia dura menos de media hora, pero sirve para que los niños tengan su primer contacto importante con el shinto (camino de los dioses), la religión autóctona de Japón, a excepción del Omiyamairi, que se celebra cuando todavía son bebés. Hoy en día los familiares acuden normalmente al santuario elegantemente vestidos, al estilo occidental casi todos los hombres y la mayoría de mujeres. Los protagonistas, en cambio, suelen ir con quimono (haori y hakama en el caso de los niños), aunque es posible también ver a algunos vestidos como si fueran a hacer la primera comunión en una iglesia católica.
En realidad, el carácter religioso de Shichigosan es muy relativo. El papel de la religión en la vida de la mayoría de japoneses es escaso. Su rol primordial es el de facilitar los ritos de paso que marcan las etapas importantes de la existencia. Por eso los japoneses eligen la religión que ofrece el ceremonial más adecuado para cada caso, de modo que se dice a menudo que son sintoístas al nacer, cristianos al casarse y budistas al morir.
La celebración de Shichi-go-san es una tradición originada en la corte hace más de mil años, que posteriormente pasó a la clase samurái y de esta al pueblo llano. Los números 3, 5 y 7 son consistentes con la numerología japonesa, que considera de buena suerte los impares y evita a toda costa el 4 porque en japonés se pronuncia shi, que también significa “muerte”.
El rito se celebra en el honden, el edificio principal, donde un sacerdote procede a purificar a los asistentes y luego lee una pregaria en la que se incluye el nombre del niño para desearle salud. A la salida del honden el santuario obsequia a los niños con chitoseame (caramelos de los mil años), para asegurar su longevidad, y con diversos omamori (amuletos). La celebración posterior depende de cada familia, aunque es habitual comer con los más allegados.
Shichi-go-san es también una fiesta importante para los fotógrafos, que prestan sus servicios en estudios o en el recinto del santuario para inmortalizar uno de los momentos importantes en la vida de cualquier japonés. Las cámaras digitales han puesto las cosas fáciles a las familias para ahorrarse el gasto del fotógrafo, pero todavía son muchas las que contratan los servicios de profesionales.
La vida urbana moderna ha eliminado, también aquí, muchas de las celebraciones ligadas a los ciclos de la naturaleza y la vida humana, pero algunas como Shichi-go-san permanecen. En Japón cada vez hay menos niños y menos adultos creyentes, pero parece que los padres siguen sintiendo la inclinación de ir al santuario a rogar a los kami por la salud de sus hijos.

viernes, noviembre 17, 2006

Japón legisla el patriotismo en la escuela


Kioto. Jordi Juste
El pleno de la Cámara Baja del Parlamento nipón aprobó ayer la reforma de la Ley Básica de Educación, que insta a los profesores a enseñar a sus alumnos a “respetar la tradición y la cultura y amar la nación y la patria”. La aprobación se hizo con los votos de los gubernamentales Partido Liberal Democrático (PLD) y Nuevo Komeito, y con los escaños de los partidos de la oposición vacíos en señal de protesta. Ahora el proyecto pasará al Senado, donde PLD y Komeito también cuentan con la mayoría absoluta.
El proyecto ha generado numerosas críticas y dudas entre los profesores sobre la posibilidad de enseñar el amor a la patria, lo que ha llevado al gobierno a intentar rebajar el tono en sus explicaciones sobre los objetivos de la nueva ley. “No se evaluará si los niños tienen o no sentimiento patriótico, pero sí si han estudiado e investigado suficientemente sobre las tradiciones y la cultura del país” declaró el primer ministro, Shinzo Abe.
Con su ausencia durante la votación, el Partido Democrático de Japón (PDJ) y los partidos Comunista y Socialista protestan por lo que consideran una actitud prepotente de la mayoría al no querer alargar las deliberaciones para discutir los diversos problemas que aquejan las escuelas japonesas, como la plaga de suicidios por acoso escolar.
La oposición también denuncia el irregular proceso de información del proyecto. En los últimos días se ha sabido que las reuniones públicas de miembros del gobierno con ciudadanos, supuestamente para conocer sus inquietudes sobre la educación, habían sido minuciosamente ensayadas, con individuos pagados preparados para hacer justamente las preguntas y comentarios que interesaban a las autoridades.
El asunto más polémico de la nueva ley, que supone la reforma de la aprobada en 1947, todavía bajo la ocupación aliada que siguió a la segunda guerra mundial, es el uso de la escuela para la promoción del patriotismo. Los críticos ven en ello un nuevo paso en el camino de retorno al nacionalismo de Estado que tanto sufrimiento causó en Asia en la primera mitad del siglo XX. En la misma línea de promoción del amor a la patria estarían las leyes aprobadas durante el gobierno de Junichiro Koizumi para legalizar el hinomaru y kimigayo como bandera e himno nacionales y el proyecto del nuevo primer ministro, Shinzo Abe, de una nueva consitución que elimine la declaración pacifista y convierta las Fuerzas de Autodefensa en un ejército normal.
Comunistas y socialistas se oponen tanto al patriotismo en la escuela como a la reforma constitucional y al uso de símbolos que recuerdan el nefasto pasado imperialista del país. Sin embargo, el PDJ proponía un proyecto de ley alternativo que, en lo tocante al patriotismo, distaba poco del aprobado ayer por la mayoría, lo que ha llevado a algunos críticos a relacionar la actitud del principal partido de la oposición con la elección este fin de semana del gobernador de Okinawa, donde su candidato tiene posibilidades de vencer sobre el del PLD.

lunes, noviembre 13, 2006

Gueisas en la calle, el escenario y la red


CRÓNICA DESDE KIOTO // JORDI JUSTE

JORDI Juste
Del 3 al 12 de noviembre, cualquier persona puede ver bailar a las gueisas de Kioto (o geiko) por el módico precio de 3.500 yenes (25 euros). La oportunidad la brindan las representaciones de las Gion Odori (danzas de Gion), una de las cinco ocasiones al año en las que salen al escenario. Las otras cuatro son en primavera, así que si alguien desea ver en otoño a estas reliquias vivientes en acción, y no es una persona con buenas conexiones y billetero abultado, tiene que ir al teatro Gion Kaikan o cenar en uno de los hoteles que ofrecen breves actuaciones.

Ahora bien, si de lo que se trata es de ver de cerca y fotografiar a una maiko (aprendiz de geiko), le bastará con pasearse por el barrio de Gion poco antes del atardecer, eso sí, con la atención de un cazador que espera a que salte la liebre. Y es que, aunque saben que son un reclamo turístico, las maikos no se ofrecen a posar, que para eso ya están las sesiones organizadas, en que los interesados pagan por el derecho a retratarlas junto a los arces enrojecidos o bajo los cerezos en flor. Cuando uno menos lo espera, ellas aparecen en la calle, enfundadas en sus costosos quimonos y con las caras cubiertas de maquillaje blanco, saliendo o entrando de su okiya (casa para la que trabajan y donde viven) o en apresurados desplazamientos entre los locales donde han sido contratadas. Así que si uno quiere inmortalizarlas debe tener la cámara bien preparada.

Sus apariciones fugaces contribuyen a mantener el misterio que envuelve todavía la vida de estas mujeres. Se sabe quiénes son, dónde están y hasta qué hacen y qué no hacen, pero siempre queda esa duda, ese morbo que solo pueden satisfacer unos pocos privilegiados. A los demás les queda el mito que han contribuido a fomentar el cine y la literatura, unas veces con más acierto que otras. Según la fundación que agrupa los cinco hanamachi (distritos de geiko) de Kioto, el filme Memorias de una Geisha (basado en la novela de Arthur Golden), ha sido la última contribución al equivoco de que las gueisas son prostitutas víctimas del tráfico de mujeres. Ellas insisten en que son expertas en el arte de entretener a base de su sofisticada apariencia física, su conversación y sus dotes como músicas y bailarinas.

Hacerse gueisa supone iniciar una vida basada en la abnegación y en códigos de conducta todavía más estrictos que los que rigen para el resto de los japoneses. Por eso, la modernización de Japón ha supuesto un constante declive del número de geiko, que si en 1965 eran 500 en Kioto, ahora no pasan de 200.

Ahora, para promover su negocio y deshacer malentendidos, las okiya se han decidido a usar internet y son ya varias las que tienen página en la red para explicar su sistema de contratación. Pero la gran sensación la ha causado la bitácora de Ichimame, una maiko de 18 años que explica sus experiencias y que dice haber atraído una media diaria de 1.000 visitantes desde que empezó a escribirlo, en diciembre. Varias veces por semana, Ichimame relata, en el elegante dialecto de Kioto, su trabajo, y revela aspectos de su vida privada que la acercan a cualquier chica japonesa de su edad, como que dedica los días libres a ir al cine.

jueves, noviembre 09, 2006

Emergencia en Japón: faltan médicos


La medicina japonesa está al borde del colapso
Jordi Juste. Kioto
El 8 de agosto Mika Takahashi, de 32 años, murió después de ser rechazada en 18 hospitales. La mujer entró en coma tras sufrir convulsiones mientras se preparaba para dar a luz en el hospital de Oyodo, en la provincia de Nara. Los doctores que la atendían, tras darse cuenta de que la situación superaba su capacidad, contactaron con el hospital provincial, pero su personal declinó hacerse cargo de la paciente alegando falta de camas libres. Tras esta negativa, se pusieron en contacto con 17 hospitales más, pero todos se negaron, también por problemas de capacidad. Finalmente, seis horas después de perder la consciencia, un hospital de la provincia de Osaka aceptó a Mika, que fue intervenida de urgencia por una hemorragia cerebral y para practicarle una cesárea. Los médicos lograron extraer sano y salvo al hijo de Mika, pero ella murió ocho días después sin haber recobrado el conocimiento.

Un sistema indigno de un país rico
Este trágico caso ha puesto más de manifiesto las deficiencias de un sistema de salud a todas luces impropio de la segunda potencia económica mundial. Japón cuenta con médicos y enfermeras excelentes y buenos hospitales dotados con lo último en tecnología médica, pero el sistema de salud se sustenta en pequeños hospitales y clínicas, la mayor parte privados, gestionados a veces a base de escatimar al máximo los recursos humanos. La calidad de la atención varía enormemente según se trate de un centro asociado a una de las facultades de medicina públicas (las mejores) o a una de las privadas, donde muchas veces el dinero y el apellido abren las puertas que cierra la falta de vocación y de estudio.
Lo paradójico del caso es que la situación de emergencia se ha visto exacerbada por la introducción en 2004 del sistema de residencia obligatoria en centros de libre elección para mejorar la formación de los facultativos. El resultado ha sido que las facultades de medicina no han podido competir y se han quedado sin licenciados, es decir, sin el personal que mandaban a los hospitales que se encontraban en situación de apuro por falta de personal.
La situación es muy grave en las zonas rurales y en especialidades como la obstetricia o la pediatría. En muchos lugares del país, las mujeres embarazadas tienen que recorrer grandes distancias para ser recononcidas o para dar a luz. Igualmente, los servicios urgentes de pediatría son cada vez más escasos, incluso en las grandes ciudades, y como consecuencia los pocos que van quedando están cada vez más colapsados.
Aunque existan causas circunstanciales para explicar la actual escasez y mala distribución de los médicos, es incuestionable que el número de médicos por habitante es desde hace tiempo muy bajo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Japón cuenta con menos de dos médicos por cada mil habitantes, mientras que la proporción en España es de más de 3 por mil. Para agravar la situación, Japón es un país con una esperanza de vida muy alta, por lo que las necesidades de atención sanitaria crecen sin parar.

Número de médicos limitado por ley
Por su parte, el gobierno ha venido limitando desde los años 80 el número de alumnos admitidos en las facultades universitarias de medicina, aduciendo la necesidad de reducir el gasto sanitario. Este año, como medida de urgencia ha autorizado a diez provincias a aumentar en 10 estudiantes cada una el número de aspirantes a médico en los próximos diez años, una cifra que parece claramente insuficiente pero que satisface los intereses corporativos. “En cuanto a la Asociación Médica Japonesa, representa a médicos en ejercicio que no quieren que la competencia se intensifique”, explica Yoshihiro Kumasaka, alcalde de una ciudad de 60.000 habitantes en el norte de Japón y médico de profesión.
Para paliar el défict se han propuesto varias soluciones, como aumentar los salarios en las zonas más abandonadas, obligar a los médicos a ocupar un puesto en una zona rural antes de poder establecerse libremente o crear consorcios hopitalarios. Pero el alcalde de Miyako insiste en algo más obvio y esencial: “El gobierno tiene que dejar de lado su idea de que existe una saturación de médicos”.

lunes, noviembre 06, 2006

La torre del milagro cumple 50 años


Crónica desde Osaka
Jordi Juste
En el sur de Osaka, en el centro del barrio llamado Shinsekai (nuevo mundo), se alza desde hace cincuenta años Tsutenkaku (la torre que llega al cielo), una estructura metálica de 103 metros de altura en la que destacan los neones publicitarios de una famosa marca de productos electrónicos. No es especialmente bonita ni alta, pero para la gente de Osaka tiene un gran valor simbólico. Tsutenkaku representa el afán de superación japonés y el espíritu comercial de la región de Kansai. Las bodas de plata han servido para sacarle lustre a la torre y para recordar el llamado “milagro” que convirtió un país vencido y debastado en la segunda potencia económica mundial.


Hace medio siglo Japón salía de las ruinas en las que lo habían dejado convertido los bombardeos aéreos al final de la segunda guerra mundial. En 1945 los ataques de los B-29 se habían cebado especialmente en las zonas industriales del país, entre ellas Osaka. Japón fue derrotado y la mayoría de sus ciudades arrasadas, pero en pocos años sus factorías volvían a echar humo y sus industriales se preparaban para el asalto a los mercados internacionales. Al mismo tiempo, en el sur de Osaka, los comerciantes de Shinsekai se unían para levantar de nuevo Tsutenkaku en el lugar donde había estado desde 1912 hasta 1943, cuando el gobierno decidió desmantelarla para negarle a la aviación americana un valiosos punto de referencia.


Regreso al pasado
Como tantas cosas en Japón, el nombre del barrio que rodea Tsutenkaku se presta a engaño. Más que un nuevo mundo, Shinsekai parece una máquina del tiempo que nos acerca a ese 28 de octubre de 1956 en que se inauguró la nueva torre. En sus callejuelas encontramos vetustos locales para jugar al shogi, al go o al mahjong , bares para beber y comer de pie donde suenan viejas canciones, barberías como las de antes, tiendas de ropa anticuada, bicicletas oxidadas y muchos hombres solitarios. “La mayoría de la gente que va a divertirse a Shinsekai quiere disfrutar de la soledad”, explica el novelista Toshizo Namba. Otro rasgo que define el barrio son los olores: a sudor, a sake, a cerveza, a kushikatsu (pinchos de carne asada), a sopa de fideos, a polvo, a ropa vieja y a óxido.


Además de la torre, Shinsekai tiene dos símbolos, el enorme fugu (pez globo) que cuelga de la fachada del restaurante Tsuboraya y Biliken, un muñeco con aspecto de duende que tiene su origen en los Estados Unidos de principios de siglo XX y que es venerado aquí como dios de la felicidad y de “las cosas como deben ser”.


El fugu y Biliken son como los dos guardianes deformes que vigilan la entrada a un mundo masculino, hortera, kitsch y ramplón, pero con sabor, que sigue conviviendo con el Japón de las sutilezas artísticas, de los grandes rascacielos y del tren bala. En un mundo dominado por la experiencia virtual y donde las ciudades parecen cada vez más parques temáticos para turistas, Tsutenkaku es como un faro para los aventureros que buscan sensaciones auténticas.

domingo, octubre 29, 2006

Los prestamistas japoneses cobran hasta de los muertos

Jordi Juste
A primeros de octubre se supo que las empresas de crédito no bancario de Japón cobraron el año pasado 30.000 millones de yenes (200 millones de euros) de casi 52.000 seguros de vida que tenían suscritos para sus clientes. Aunque sólo se conoce la causa de la muerte para la mitad de las polizas afectadas, se sabe con certeza que casi 5.000 fueron suicidios.

Las polizas se suscriben a veces sin el consentimiento de los asegurados y se han usado en diversos casos para presionar a los clientes diciéndoles que si no podían pagar sería mejor que se suicidaran para saldar sus deudas. La japonesa es una cultura donde el sentido del deber y la responsabilidad colectiva tienen todavía una gran importancia, por lo que es común el suicidio para lavar la honra o para liberar a la familia de una carga.

Prestamistas a la defensiva
A pesar de los ingresos obtenidos por este sistema, en las últimas semanas las compañías más importantes han anunciado que dejarán de asegurar a sus clientes, debido a la publicidad negativa que ha generado el caso que se une a los escándalos por las presiones para recuperar los impagados. En mayo, la Agencia de Servicios Financieros sancionó a Aiful, la tercera compañía más grande del sector, con una suspensión de sus actividades durante 25 días.

En muchos casos los préstamos al consumo, originariamente concedidos por bancos, van a parar a las carteras de las compañías de crédito, que figuran como avaladoras, por lo que los asumen cuando los clientes dejan de pagar sus cuotas y se encargan de cobrarlos con unos recargos de usura y con técnicas de presión claramente ilegales. En la actualidad el límite máximo de los tipos de interés llega casi al 30 por ciento, a pesar de que el tipo oficial del Banco de Japón no llega al uno por ciento. El gubernamental Partido Liberal Democrático (PLD) aprobó este més rebajar el tope al 20 por ciento. En un principio, el proyecto contemplaba un período de transición de cinco años durante los cuales los prestamistas podrían seguir cobrando el 25 por ciento de interés, pero la presión de la opinión pública ha obligado a eliminar la provisión, vista como una concesión a la industria.

Un importante grupo de presión
Por su parte, dentro de su campaña de lavado de imagen, siete de las empresas de crédito más importantes anunciaron en marzo su idea de dedicar 25.000 millones de yenes (166 millones de euros) a “ayudar” a sus clientes más endeudados, pero el primero de octubre anunciaron que suspendían el proyecto por los planes del gobierno para controlar el sector.
Los prestamistas son un grupo de presión muy importante, que contribuye a campañas de partidos políticos y gasta al año unos 70.000 millones de yenes (466 millones de euros) en publicidad agresiva para incitar al consumo fácil. Dentro de sus prácticas comerciales está la concesión de créditos de hasta medio millón de yenes (más de 3.000 euros) en sus miles de cajeros automáticos, sin ningún tipo de garantía y con solo identificarse mediante el carnet de conducir o la tarjeta de la seguridad social. Algunas compañías destacan en su publicidad que el tipo de interés es cero si el dinero se devuelve antes de una semana. "Muchos que toman prestado de las compañías de crédito al consumo no piensan sobre lo altos que son los tipos de interés, y los prestamistas no dan explicaciones suficientes”, declaró recientemente el abogado Kenji Utsunomiya, especializado en el tema.

Estas prácticas captan a muchos clientes de nivel de ingresos bajos que luego se ven atrapados en una bola de créditos nuevos para poder pagar deudas anteriores. Las empresas se defienden diciendo que si introducen sistemas de escrutinio más estrictos antes de conceder los créditos, muchas solicitudes serán rechazadas, empujando a los consumidores a los “verdaderos tiburones” del mercado ilegal de préstamos.

jueves, octubre 26, 2006

Jidai Matsuri: 1200 años de historia en procesión


Crónica des de Kioto.
Jordi Juste
Una de las imágenes más curiosas de la fiesta es la del alcalde y el gobernador de la provincia actuales montados en un carruaje de principios de siglo XX, vistiendo coloridos kimonos y llevando tocados de cortesano medieval, algo así como si el presidente de la Generalitat y el alcalde de Barcelona fueran un día al año del Saló del Tinell a la basílica de la Mercè disfrazados de miembros del Consell de Cent.


El 22 de octubre es Jidai Matsuri (el festival de las épocas) una de las tres grandes fiestas de Kioto, junto con Aoi Matsuri, en mayo, y Gion Matsuri, en julio. Este día se celebra la fundación de Heian Kyo (la actual Kioto) hace más de 1.200 años, concretamente el 22 de octubre del año 794, día en que el emperador Kammu escogió el lugar conocido como Yamashiro para establecer su corte. La efeméride se conmemora desde 1895, es decir casi treinta años después de perder la capitalidad a favor de la antigua Edo, rebautizada como Tokio.


El acto central de la celebración es una procesión entre el palacio imperial y el gran santuario sintoísta de Heian, que se abre con los dos omikoshi (santuarios portátiles) del primer y el último emperadores que tuvieron su corte en Kioto. Tras ellos desfilan unas dos mil personas ataviadas con trajes de las distintas épocas que marcan la historia de Kioto como capital. Esta vez Jidai Matsuri ha caído en domingo, por lo que el caos circulatorio ha sido menor que otros años. De todos modos, las más de 300.000 personas apostadas en los dos kilómetros de recorrido han colapsado durante unas seis horas buena parte de la ciudad.


Kioto es una ciudad moderna que tiene una población de aproximadamente un millón y medio de habitantes y forma parte de la gran área metropolitana de Kansai, centrada en Osaka y con más de diez millones de personas. Sin embargo, el alma de la ciudad es su historia y por eso sus ciudadanos e instituciones se vuelcan en celebrarla constantemente, y con especial ahinco en sus tres grandes festivales.


Los habitantes de Kioto saben que la capital política, económica y cultural está en Tokio y Osaka tiene una potencia industrial y comercial con la que Kioto no puede competir. Pero ellos tiene el orgullo de la historia, de saber que muchos de los momentos claves del pasado se produjeron aquí, y de que su ciudad acumula más monumentos arquitectónicos que ningún otro lugar del país. Es algo que reconocen también los cientos de miles de japoneses que acuden a visitarla en masa cada año en otoño y en primavera.


Ahora Kioto es conocida en muchos lugares del mundo gracias al protocolo para frenar la emisión de gases de efecto invernadero, que se firmó aquí en 1997, otra efeméride que tal vez en el futuro se añadirá a la lista de conmemoraciones del pasado de la ciudad. De momento, este año, la temperatura máxima el día de Jidai Matsuri ha sido de más de 20 grados, un dato que invita a la preocupación sobre el cambio climático.


Los japoneses miran atentamente estos días la información meteorológica, que dedica siempre en otoño una parte importante al avance del koyo zensen, el frente que se desplaza de norte a sur pintando el país de amarillo, ocre y rojo. En el sector turísitico de Kioto se comenta que el calor ha retrasado en varias semanas la llegada del frente y puede provocar cancelaciones de reservas hoteleras.

lunes, octubre 23, 2006

El inglés, una golosina para el cerebro de los niños japoneses


Jordi Juste
Bunmei Ibuki, ministro de Educación desde septiembre, se ha estrenado explicando con una metáfora su oposición a que se generalice la enseñanza del inglés en la escuela primaria. Según Ibuki, hay asignaturas, como la lengua japonesa, que contienen las proteínas e hidratos de carbono necesarios para el cerebro de los niños. En cambio, otras, como el inglés, son golosinas que pueden comer sólo después de ingerir el alimento necesario.


Su opinión era esperada porque en marzo un comité oficial recomendó que se imparta una hora semanal de inglés en quinto y sexto de primaria, es decir entre los 10 y 12 años. En la actualidad es obligatorio en la secundaria, desde los 13 años, y en el bachillerato, y normalmente se sigue estudiando en la Universidad. Los tres ciclos suman ocho años, a pesar de los cuales la mayoría se confiesa incapaz de usarlo hábilmente y los que lo necesitan se muestran frustrados por tener que invertir más tiempo y dinero.


Con la larguísima crisis de los noventa y la aceleración de la globalización, muchos japoneses tomaron consciencia de la importancia de saber inglés y hubo un boom de escuelas de conversación, hasta el punto de que es difícil encontrar una estación de tren transitada que no tenga enfrente alguna de las más de 600 delegaciones de Nova, el gran coloso del sector.


Hoy en día el inglés es omnipresente: Infinidad de palabras inglesas se cuelan cada día en los medios de comunicación, en alfabeto o en silabario katakana; en las grandes ciudades muchísimas indicaciones están en inglés; hay tres diarios nacionales con edición inglesa; los principales informativos de la televisión pública se emiten en dual; todos los equipos de béisbol cuentan con jugadores estadounidenses que sólo hablan en esa lengua...


Con todo, todavía quedan intelectuales que ponen en duda la necesidad de abrazar el inglés en detrimento de lenguas más cercanas como el chino, pero en general es un debate superado. Sin embargo, desde que el anterior primer ministro, Junichiro Koizumi, impulsó la creación del comité para estudiar la enseñanza precoz del idioma, surgieron opiniones a favor y en contra . En 2005 un estudio del Ministerio de Educación mostraba que un 71 por ciento de los padres apoyaba la medida, mientras que un 54 por ciento de profesores se oponía.


Koizumi habla inglés con fluidez y es un fan confeso de aspectos de la cultura popular estadounidense, como la música de Elvis Presley, lo que centró buena parte de la atención pública durante su mandato en la enseñanza de la lengua extranjera. En cambio, el nuevo primer ministro, Shinzo Abe, ha enfocado sus prioridades educativas en el patriotismo y en la necesidad de aumentar las habilidades escolásticas de los niños japoneses, por lo que es de preveer que los esfuerzos de su gobierno en materia lingüística se dirijan al japonés.


El estadounidense Michael Parrish, profesor de inglés en la universidad Ritsumeikan, de Kioto, y con experiencia en la primaria, se muestra comprensivo con los partidarios y los detractores de la enseñanza temprana del inglés: “No es tan importante el comenzar antes como el método. Si no dejan de lado la gramática y enseñan con profesores preparados, lo único que conseguirán es que los niños odien el inglés antes”.


Es cierto que un motivo de las dificultades de los japoneses con el inglés es que sufren todavía el método de gramática y traducción y estudian para aprobar exámenes sin uso práctico de la lengua. Pero hay otros, como la gran diferencia fonética con el japonés, que sólo tiene cinco vocales, idénticas a las del castellano, y donde todas las consonantes menos la ene van seguidas de una vocal. A esta razón, Mitsumasa Taniyama, jubilado residente en Nara, añade dos más, una psicológica y otra cultural: “Los japoneses somos tímidos. Además, hay un refrán que dice que el silencio es oro”.


Lo cierto es que las empresas importantes exigen ya el inglés a sus nuevos empleados y que las familias con consciencia y dinero suplementan con cursos, viajes o caros sistemas de aprendizaje doméstico las carencias de la educación pública. Dicho de otra forma: las golosinas del ministro Ibuki son sólo para los niños de familias con proteínas e hidratos de carbono en abundancia.

viernes, octubre 20, 2006

Cables en la ciudad de los mil templos


Crónica des de Kioto.
Jordi Juste

El nuevo primer ministro, Shinzo Abe, llegó al cargo hace tres semanas con un programa titulado “Hacia un país bello”, es decir, “que valora la cultura, la tradición, la historia y la naturaleza”. Es un objetivo encomiable y una tarea árdua y costosa para un Japón que ha subordinado demasiado su belleza al crecimiento y la eficiencia económica.


Una medida deseable en la buena dirección sería acelerar los planes de la Administración para enterrar los omnipresentes cables, una de las visiones que más sorprende a los extranjeros cuando llegan a Japón. No importa si entran por Tokio, Nagoya u Osaka. Cuando salen del aeropuerto empiezan a ver cables y más cables, sostenidos por aparatosas columnas de hormigón. Muchos sienten una primera decepción ante esa electrificante visión, pero piensan que tal vez es sólo la cara fea del Japón moderno y mantienen la esperanza de llegar a Kioto y encontrar una bella ciudad libre de las servidumbres del progreso.


Cuando avanzan por el caos urbanístico de la megalópolis de 600 kilómetros, que habitan unos 60 millones de personas entre las regiones de Kanto y Kansai, sueñan con llegar a la antigua capital, la ciudad de los mil templos budistas y santuarios sintoístas, la villa del jardín de piedras, del templo dorado, de Kyomizudera, del río Kamo, de las geishas de Gion, de la madera laqueada, de la cocina kaiseki...


Todas esas maravillas existen, pero hay que buscarlas por detrás de edificios modernos anodinos y de líneas eléctricas que cruzan las calles en paralelo y en perpendicular a menos de diez metros del suelo. En no pocas vías urbanas la cantidad de tendido es tan grande que uno tiene la sensación de encontrarse debajo de una red, una especie de trampa para pájaros que en cualquier momento se le va a caer encima. Y muchísimas veces las columnas de hormigón se han instalado delante de la entrada de un edificio antiquísimo o de un bello toriique da entrada a un santuario sintoísta.


A pesar de ello, a los habitantes de Kioto, orgullosos de su historia y celosos de la belleza que acumula, no les parece importar demasiado. Shikataganai (qué le vamos a hacer) dicen como buenos japoneses resignados. Lo cierto es que muchos confiesan que ya no ven ni cables ni postes y alguno llega a decir que si no los hubiera le daría la sensación de estar en el campo, es decir lejos de ese progreso económico y tecnológico que hoy los identifica como pueblo.


Lo cierto es que Kioto, además de edificios preciosos y escenarios naturales que dejan sin aliento, con los cerezos en flor en primavera o los arces enrojecidos en otoño, es también la sede de prestigiosas universidades, de empresas de tecnología punta como Kyocera, Omron o Shimadzu, de gigantes financieros como Aiful y de factorías como la de Mitsubishi Motors.


El turismo es importante para la economía de la ciudad, pero es mayoritariamente nacional y los japoneses parecen haber desarrollado una prodigiosa habilidad para especializar la mirada y ver lo bello sin dejarse estorbar por lo zafio. Además, dicen que tener los cables al aire es más barato y facilita su reparación en caso de terremotos o tifones.


Por el momento, hasta ver en qué quedan las buenas intenciones de Shinzo Abe, habrá que aconsejar a los viajeros que llegan de fuera que, si quieren tener fotos de Kioto sin cables ni postes de hormigón, se instalen un buen programa para retocarlas en el ordenador.

jueves, octubre 19, 2006

Las dos coreas en Japón


Jordi Juste
Kioto
Japón tiene 127 millones de habitantes, de los que unos dos millones somos extranjeros. De estos, casi una tercera parte son coreanos nacidos en Japón, hijos, nietos o bisnietos de los cientos de miles de trabajadores que cruzaron el mar de Japón entre principios del siglo XX y 1945. Muchos fueron llevados por la fuerza, aunque algunos estudiosos sostienen que los que se quedaron fueron mayoritariamente los que habían llegado voluntariamente. Desde el fin de la segunda guerra mundial hasta la década de los ochenta se produjeron repatriaciones masivas.

Existen todavía concentraciones importantes de coreanos, como el barrio de Tsuruhashi, en el sur de Osaka, famoso por su mercado rico en especialidades culinarias del país vecino, como el kimuchi, y por sus numerosos restaurantes de carne asada. Paseando por sus callejuelas es fácil todavía oir hablar en coreano a dependientes y clientes. Sin embargo, en la mayoría de los casos los coreanos residentes en Japón pasan desapercibidos para la mayoría de la población. Muchos han adoptado nombres japoneses para su vida pública y reservan los coreanos para la intimidad o para sus relaciones con otros miembros de la comunidad, aunque últimamente también se han dado casos como el del Masayoshi Son, uno de los hombres más ricos de Japón, que adoptó la nacionalidad japonesa sin renunciar a su apellido coreano.

Dos comunidades
Hablar de “comunidad” en singular para referirse a los coreanos residentes en Japón es difícil, porque están tan divididos aquí como en la península de Corea. Con el fin de la ocupación aliada, en 1949, dejaron de tener la nacionalidad japonesa y recuperaron la coreana, igual que habían hecho antes el resto de sus compatriotas en Corea. Sin embargo, la división del país en dos estados afectó también a los residentes en Japón, que siguen hasta hoy organizados entorno a dos asociaciones, una pro Seúl, Mindan, y otra pro Pyongyang, Chongryon. Los miembros de la primera tienen la nacionalidad de la República de Corea, el único estado coreano reconocido oficialmente por Japón. Los de la segunda retienen la del estado que dejó de existir con la guerra de Corea. Actualmente, los partidarios del norte son una cuarta parte del total. Su número se ha visto reducido en los últimos años, especialmente tras reconocer Pyongyang el secuestro de japoneses durante los años 70 y 80 y saberse que miembros de la organización podrían estar implicados en varios casos.

A pesar de ser minoritarios, los coreanos fieles a Pyongyang son en muchos aspectos los más activos. Gestionan sesenta escuelas y numerosos locales de reunión, embajadas y consulados de facto ya que Japón no mantiene relaciones diplomáticas con la República Popular Democrática de Corea. Además, organizan viajes a Corea del Norte y tienen empresas especializadas en comerciar con su país, al que igualmente contribuyen económicamente con el envío de remesas a familiares. Frecuentemente se les ha acusado de exportar a Corea del Norte piezas y materiales que pueden haber sido usados en el programa de armamento nuclear.

También son, obviamente, los que más sufren los avatares de las relaciones internacionales. Más allá del impacto económico de las sanciones económicas impuestas por Japón en esta ocasión, cada paso de Pyongyang para dotarse de un arsenal nuclear supone una nueva oleada de amenazas teléfonicas, postales y directas. Sin ir más lejos, la semana pasada un ultraderechista nipón de 27 años fue detenido por la policía tras mandar a una de las sedes de Chongryon un trozo de uno de sus dedos junto con comentarios amenazantes.

Integrarse en Japón
Por su parte, los partidarios de Corea del Sur mantienen un perfil más bajo. Defienden los derechos de sus asociados y organizan actividades culturales dedicadas a conservar su identidad y a promover lo coreano entre los japoneses, pero, a diferencia de sus compatriotas del norte, son partidarios de integrarse en la sociedad japonesa. Por ejemplo, Mindan reclama el derecho de los coreanos a ser funcionarios y a votar en las elecciones locales, algo que rechaza Chongryon.

Posiblemente, esa voluntad de integrarse en la sociedad japonesa es la responsable de que cada año unos 10.000 coreanos adopten la nacionalidad japonesa, de que más del ochenta por ciento de los matrimonios se haga con japoneses y de que muchos ni siquiera hablen el idioma de su país de origen. Saheja, una coreana de 25 años que además de japonés habla español con fluidez, confiesa que cuando viajó a Corea por primera vez hace algunos años se sintió frustrada por no poderse comunicar en coreano. “En Japón los coreanos hablamos en japonés, también entre nosotros. En mi casa, por ejemplo, sólo usamos algunas palabras coreanas mezcladas con el japonés. Mis abuelos sí lo hablaban, pero mis padres ya no. Pero yo ahora lo estudio”, afirma mientras luce orgullosa su vestido tradicional en un festival multicultural de Kioto.

viernes, octubre 06, 2006

Las amenazas de Corea del Norte ponen a prueba a Shinzo Abe

Japón podría imponer sanciones económicas
Abe quiere reformar la Constitución pacifista

Jordi Juste. Kyoto
El anuncio, el pasado martes, por Corea del Norte de que realizará pruebas nucleares ha servido para que el nuevo primer ministro japonés, Shinzo Abe, muestre su anunciada política de firmeza respecto al regimen comunista. Abe incia el próximo domingo un viaje a Pekín y Seúl para reunirse con los presidentes de China, Hu Jintao, y de Corea del Sur, Roh Moo-hyun, con los que intentará concertar una respuesta a Pyongyang. Ayer el mandatario nipón afirmó en el Parlamento su intención de imponer sanciones económicas en solitario si es necesario, aunque por el momento parece que Tokio prefiere jugar la carta de la diplomacia.

“Tiene que haber una discusión en Naciones Unidas que permita decirle a Corea del Norte que si sigue así su situación se agravará”, respondió Abe ayer a la pregunta de un parlamentario. Mientras, en Nueva York, Japón y Estados Unidos presionaron para que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas emitiera un mensaje firme, a lo que Rusia y China se mostraron reticentes.

La presente crisis es un nuevo capítulo en el enfrentamiento entre Corea del Norte y la comunidad internacional por los planes del regimen comunista de desarrollar su arsenal nuclear. Se cree que en la actualidad Pyongyang posee ya varias bombas y misiles para alcanzar como mínimo todo el territorio de Japón, país en el que Estados Unidos cuenta, además de con numerosos intereses económicos, con más de 30.000 soldados permanentemente estacionados.

El primer ministro japonés defendió repetidamente antes de llegar al cargo la necesidad de adoptar una postura firme respecto a Corea del Norte, tanto por los japoneses secuestrados en los años 80, como por los planes nucleares. Tras los ensayos balísticos fallidos de julio pasado, Abe, que era el portavoz del gobierno de Junichiro Koizumi, llegó a declarar que Japón debería pensar en dotarse de la capacidad militar para realizar ataques preventivos.

Se trata de uno de los motivos por los que el nuevo líder defiende la necesidad de reformar la Constitución pacifista impuesta en 1947 por Estados Unidos, para dar cabida a las Fuerzas de Autodefensa y darles un rol equiparable al del ejercito de cualquier otro país, algo que se ve con especial preocupación en Corea y en China, país con el que Japón mantiene litigios fronterizos y disputas tanto por el apoyo de Tokio a Taiwán como por el liderazgo político y económico en la región.

Abe, el primer mandatario japonés nacido tras la segunda guerra mundial, se estrena en el cargo con el sambenito de “halcón” debido a sus planes de dotar a Japón de una mayor capacidad de intervención en asuntos militares, así como por su actitud respecto al pasado, ya que se ha mostrado repetidamente partidario de que la historia que se enseña a los niños japoneses ponga más énfasis en los aspectos positivos, algo que se interpreta como un intento de esconder las atrocidades cometidas por Japón en el resto de Asia en la primera mitad del siglo XX.


La Carta Magna
El artículo 9 de la Constitución japonesa dice: “Aspirando sinceramente a una paz internacional basada en la justicia y el orden, el pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra como derecho soberano de la nación y al uso de la fuerza como medio de resolver disputas internacionales.
Para cumplir el objetivo del párrafo precedente, las fuerzas de tierra, mar y aire, así como cualquier otro potencial bélico, no será mantenido jamás. El derecho a la beligerancia del Estado no será reconocido”.
A pesar de la claridad de la prohibición constitucional, la guerra fría, y en particular la guerra de Corea, convirtieron a Japón en una pieza básica de la estrategia de seguridad de los Estados Unidos, que no sólo permitió sino que impulsó la creación de las llamadas Fuerzas de Autodefensa, que son en realidad unas de las fuerzas armadas más bien dotadas de la zona, aunque no poseen el armamento nuclear con que sí cuentan China, Rusia, Estados Unidos y, probablemente, Corea del Norte.

miércoles, septiembre 27, 2006

Abe sustituye a Koizumi como primer ministro

Jordi Juste. Kioto
Como estaba previsto, el nacionalista conservador Shinzo Abe, de 52 años, fue elegido ayer nuevo primer ministro por el parlamento japonés, con 339 votos de los 475 posibles. Abe ya fue designado el pasado miércoles presidente del Partido Liberal Democrático (PLD) cargo que ha tenido aparejada la jefatura del gobierno de forma casi ininterrumpida desde 1955, gracias a la mayoría parlamentaria de esta formación, que agrupa el espectro político desde el centro a la extrema derecha y que en la actualidad gobierna en coalición con el partido budista Nuevo Komeito.

“Quiero ser el primer ministro de la gente normal que cree en el futuro de Japón”, declaró ayer Abe en su primera conferencia de prensa en el cargo. Para este trabajo Shinzo Abe ha escogido un gabinete eminentemente conservador, en el que destacan la economista Hiroko Ota, que se estrena en el ministerio de Economía, y Taro Aso, que repite en Asuntos Exteriores.

Precisamente, una de las áreas sobre las que el nuevo gobierno ha generado más expectación es la diplomacia, especialmente las relaciones con China, país con el que Japón mantiene unas relaciones cada vez más importantes desde el punto de vista económico al tiempo que conflictivas, tanto por la disputa del lidearzgo político en la región como por el apoyo de Tokio a Taiwán y por lo que Pekín considera intentos de olvidar las atrocidades cometidas por el Ejército imperial nipón en el resto de Asia durante la primera mitad del siglo XX.

Ayer, tanto Abe como su ministro de Exteriores se mostraron dispuestos a reanudar la cumbres entre líderes de China y Japón, suspendidas por el presidente chino Hu Jintao como reacción a las visitas del primer ministro Koizumi al santuario de Yasukuni, donde se rinde homenaje a catorce criminales de guerra junto a millones de japoneses muertos en contiendas desde el siglo XIX.

Abe ha declarado repetidas veces su deseo de reformar la constitución pacifista impuesta en 1947 por Estados Unidos para legalizar las fuerzas de autodefensa y convertirlas en un ejército normal, algo que se ve con especial recelo en los países que en el pasado sufrieron el imperialismo japonés. Asimismo, es conocida su opinión de que la enseñanza de la historia japonesa a los niños debe poner mayor acento en sus aspectos positivos. Abe también es partidario de seguir dando prioridad a la relación con Estados Unidos y de mantener una posición de firmeza frente a Corea del Norte.

En la estela de Koizumi
El nuevo líder sustituye a Junichiro Koizumi, uno de los políticos más populares de la historia reciente de Japón, a la rueda del cual su carrera ha experimentado un ascenso fulgurante. Abe era un desconocido para la mayoría de los japoneses hasta que en 2002 recibió el encargo de ocuparse del contencioso de los ciudadanos nipones secuestrados y trasladados a Corea del Norte en los años 80. Su intervención en el asunto, que se saldó con la repatriación de cinco compatriotas, lo puso en primer plano político y en octubre de 2005 Koizumi lo nombró portavoz y jefe de gabinete, movimiento que se interpretó como una promoción para su futura candidatura al liderazgo.

A pesar de su escasa experiencia en puestos de gobierno, Abe no es exactamente un recién llegado a la política ya que es diputado desde 1993, cuando ganó el escaño por la provincia de Yamaguchi que había venido ocupando su padre, el ministro de Exteriores Shintaro Abe, hasta el momento de fallecer. Hasta entonces Shinzo Abe había trabajado como secretario político de su progenitor. Pero sus lazos familiares con la política van más allá, ya que es nieto y sobrino nieto, respectivamente, de los también primeros ministros Nobusuke Kishi y Eisaku Sato.

viernes, septiembre 22, 2006

Japón se debate entre el nacionalismo y la libertad de pensamiento

Jordi Juste. Kioto
Ayer, el mismo día en que el nuevo líder de Japón, el nacionalista Shinzo Abe, estrenaba su cargo como presidente del gubernamental Partido Liberal Democrático (PLD), un tribunal de la capital hacía pública la sentencia en que se condena al gobierno provincial de Tokio a indemnizar a un grupo de profesores y otros empleados que fueron repetidamente sancionados por negarse a ponerse en pie en el hizado de la bandera y cantar el himno nacional durante las ceremonias de inauguración y clausura del curso escolar. En anteriores ocasiones, otros tribunales habían fallado contra la severidad de las multas impuestas por algunas provincias en casos similares, pero la de ayer es la primera en que el juez valora que la obligación de levantarse ante la bandera y entonar el himno constituye una violación de la libertad de pensamiento reconocida por la Constitución.

El fallo judicial se produce en medio de las expectativas creadas por el perfil del nuevo presidente del PLD. Abe, que el próximo martes sustituirá a Junichiro Koizumi como Primer Ministro de Japón, ha ganado las elecciones internas de su partido proclamando la necesidad de forjar un Japón más decisivo. “Quiero hacer de Japón un país amado y respetado por los países del mundo, un país que ejerce el liderazgo”, declaró el miércoles tras confirmarse su victoria.

Estas palabras despiertan recelos tanto dentro de Japón como en el resto de Asia por venir de quien vienen. Abe es el primer jefe de gobierno nacido después de la Segunda Guerra Mundial y (con 52 años cumplidos ayer mismo) la persona más joven en ocupar el cargo desde la contienda. Su juventud puede parecer una ventaja para dejar atrás el lastre de la historia en las relaciones entre Japón y sus vecinos, especialmente China y Corea, pero no hay que olvidar sus repetidos posicionamientos en asuntos sensibles referentes al pasado y al presente.

Abe defiende la necesidad de reformar la Constitución pacifista impuesta por Estados Unidos para legalizar la existencia de las Fuerzas de Autodefensa y darles un rol equiparable al del ejercito de cualquier otro país, algo que se ve con especial preocupación en China, país con el que Japón mantiene litigios sobre lindes en zonas con potencial estratégico, por el apoyo de Tokio a Taiwán y, más generalmente, por el liderazgo político y económico en la zona.

Asimismo, entre los proyectos del nuevo líder está la reforma de la Ley de Educación para promover el patriotismo desde las escuelas. Abe se ha mostrado partidario de que los libros de texto enfaticen los aspectos positivos de la historia del país, algo que los vecinos de Japón interpretan como un intento de borrar las atrocidades cometidas por el Ejército Imperial en Asia durante la primera mitad del siglo XX.

Recientemente, Abe ha afirmado que la interpretación de la historia es algo que corresponde a los historiadores, no a los políticos, respuesta que puede interpretarse como una declinación de responsibilidad o como una muestra de que por encima del Abe ideológicamente nacionalista y conservador se encuentra el político pragmático. Tampoco se ha definido claramente acerca de la posibilidad de seguir la costumbre de su predecesor de visitar anualmente el santuario tokiota de Yasukuni, donde se rinde homenaje a los japoneses muertos en guerra desde el siglo XIX y a 14 condenados como criminales de guerra de clase A tras la Segunda Guerra Mundial, aunque en el pasado ha acudido en diversas ocasiones.

En cuanto a la política a seguir con Corea del Norte, Abe defiende la línea dura tanto respecto a su programa de armamento nuclear como a los ciudadanos nipones secuestrados en los años 80, sobre algunos de los cuales Pyongyang no ha conseguido dar una respuesta satisfactoria. Tras los últimos ensayos balísticos de Corea del Norte, Abe llegó a declarar que Japón debería pensar en dotarse de la capacidad militar para realizar ataques preventivos.

jueves, septiembre 21, 2006

Abe es el elegido para sustituir a Koizumi

Jordi Juste. Kioto
Shinzo Abe, hasta ahora portavoz y hombre fuerte del gobierno de Junichiro Koizumi, fue elegido ayer por el Partido Liberal Democrático (PLD) como presidente de la formación. El cargo le garantiza prácticamente su elección como Primer Ministro de Japón el próximo martes 26, fecha en que el Congreso y el Senado se reunirán por separado para la ocasión, ya que el PLD cuenta con una holgada mayoría en ambas cámaras.

“Quiero hacer de Japón un país amado y respetado por los países del mundo, un país que ejerce el liderazgo”, declaró ayer Abe tras confirmarse su elección.

Abe, que precisamente hoy cumple 52 años y será el primer jefe de gobierno nipón nacido después de la Segunda Guerra Mundial, es hijo del ministro de Exteriores Shintaro Abe y nieto del Primer Ministro Nobusuke Kishi. Su carrera ha experimentado un ascenso fulgurante bajo la estela de Koizumi, al que en las últimas encuestas ya supera en popularidad entre el electorado gracias a su gran capacidad como comunicador y a su postura firme y clara en asuntos como las relaciones con Corea del Norte o el cambio en la Constitución para legalizar y ampliar el rol de las Fuerzas de Autodefensa. Ambos asuntos, así como su propuesta de potenciar el patriotismo desde la escuela, le han granjeado fama de halcón. Sin embargo, su posición en estos asuntos no dista en exceso de la de su predecesor y de la expresada por la mayoría de ciudadanos japoneses en repetidas encuestas.

Entre los asuntos que deberá afrontar el nuevo gobierno Abe están la consolidación de la tímida recuperación económica iniciada bajo el mandato de Koizumi y la mejora de las relaciones con China y Corea, tensadas por la disputa entre Pekín y Tokio por el liderazgo político y económico de la región y gravemente dañadas por las visitas anuales de Koizumi al santuario de Yasukuni, donde se rinde homenaje a los japoneses muertos en las contiendas de los últimos dos siglos y a catorce condenados como criminales de clase A tras la Segunda Guerra Mundial.

Abe se impuso con 464 votos a los otros dos candidatos, los ministros de Exteriores, Taro Aso, y de Finanzas Sadakazu Tanizaki, que obtuvieron 136 y 102 respectivamente. En las elecciones internas tienen derecho a voto los delegados de las 47 provincias y los miembros del Parlamento.

jueves, septiembre 07, 2006

La princesa Kiko da luz a un niño

La princesa Kiko, de 39 años, esposa del príncipe Fumihito, segundo hijo del emperador de Japón, dio a luz ayer en Tokio, mediante cesárea, a un niño, poniendo así punto y a parte al debate sobre la conveniencia de permitir el acceso al trono a una mujer. El recién nacido, que pesó 2 kilos y casi seiscientos gramos, se convierte en el tercero en la línea de sucesión, por detrás de su tío, el príncipe heredero Naruhito, y de su padre.

Tras la operación, los emperadores Akihito y Michiko, que se encuentran en el norte de Japón, mostraron su satisfacción. "Nos sentimos aliviados al conocer las noticias del nacimiento exitoso. Esperamos enviarles nuestras más sinceras felicitaciones", dijo el emperador. Como manda la tradición, ayer mismo Akihito mandó al príncipe Fumihito una espada japonesa para felicitar el nacimiento de su hijo.

Durante el día de ayer los periódicos japoneses sacaron ediciones especiales con la noticia y todas las cadenas de televisión le dedicaron buena parte de su programación. Por todo el país se produjeron muestras de alegría, como bailes populares o publicación de mensajes de felicitación.

Aunque la buena nueva no elimina la conveniencia de adaptar el trono a los tiempos modernos, el sentido práctico de los japoneses hace preveer que la desaparición de la urgencia histórica pospondrá la discusión como mínimo una generación. En el pasado Japón ha contado con hasta siete emperatrices regentes, pero que en ningún caso legaron posteriormente a sus hijos el trono, que según la tradición se transmite sólo por la línea masculina.

Ayer el primer ministro, Junichiro Koizumi, durante cuyo mandato tomó fuerza la idea de permitir el acceso de las mujeres al trono, se mostró convencido de que el debate sobre el asunto no hará más que aplazarse. “El futuro dependerá en gran parte del próximo primer ministro. De momento el próximo año no se presentará al Parlamento”, declaró Koizumi en referencia a la reforma de la Ley de la Casa Imperial.

Precisamente, Shinzo Abe, el hombre que probablemente sucederá a Kizumi a finales de este mes, es uno de los partidarios de que la decisión se retrase. “Es un alivio que nos recuerda a todos la sensación de un claro cielo de otoño”, declaró Abe ayer.

Quien también se habrá sentido aliviada con la noticia es la princesa Masako, de 42 años, esposa del príncipe heredero Naruhito. Desde su boda en 1993, Masako ha sufrido las presiones de su entorno para que diera un heredero al Trono del Crisantemo. La situación se agravó después de que hace cuatro años diera a luz a una niña, la princesa Aiko, llegando a sufrir varias depresiones que la han mantenido largos períodos alejada de la vida pública.

El nuevo príncipe, que tiene dos hermanas, las princesas Mako, de 14 años, y Kako, de 11, recibirá su nombre dentro de siete días y cuarenta y tres después será presentado a los dioses en la ceremonia sintoísta omiamaeri.

miércoles, julio 12, 2006

Los samuráis azules

El Mundial de Alemania
Los samuráis azules
Los japoneses viven con pasión la participación de su equipo en Alemania "Hay una opción entre 10.000 de que ganemos el campeonato", dice el presidente Kawabuchi.
JORDI JUSTE (13/06/2006)

Cuatro años después de ver a Brasil proclamarse pentacampeona del mundo en Yokohama, Japón vuelve a vivir la fiebre del Mundial, esta vez acompañada de ojeras de insomnio, ya que los partidos se celebran cuando en estas latitudes ya es de madrugada. Tanto que el pasado sábado por la mañana ya se notaba una afluencia de público menor a los centros de grandes ciudades como Tokio y Osaka, debida a la ausencia de los que recuperaban las horas de sueño perdidas en la jornada inaugural.
El fútbol profesional llegó a Japón hace poco más de una década y tuvo su momento estelar con la Copa del Mundo de Corea-Japón 2002. Contra las previsiones de muchos augures, no se trataba de una de tantas modas que sacuden con regularidad el país del sol naciente. La Japan League convoca cada vez a más aficionados y es fácil ver asistencias de más de 50.000 espectadores en partidos de clubs como los Reds de Urawa, Gamba de Osaka o Marinos de Yokohama.
Empujón al béisbol
El béisbol sigue siendo el deporte rey y, en marzo pasado, recibió un balón de oxígeno cuando Japón se proclamó campeón de la World Baseball Classic, pero pierde cada año adeptos, especialmente entre los niños, en favor del sakka, que es como llaman al fútbol. "Después de ver los primeros partidos, estoy convencido de que Japón tiene posibilidades de llegar muy lejos", afirmaba ayer convencido Masaki Kuroda, de 41 años, entrenador de alevines del Nishiyama, de Kyoto, minutos después de que Japón cayera ante Australia (1-3).
Quien no parecía tan convencido recientemente era el presidente de la Federación Japonesa de Fútbol, Saburo Kawabuchi, que afirmó, que "las posibilidades de que Japón gane el Mundial son de una entre 10.000". Tal vez ese realismo fue lo que le llevó a desplazarse el sábado a la concentración de los samuráis azules en Bonn para repetirles las palabras de Johan Cruyff a sus hombres antes de la final de Wembley: "Salid y disfrutad".
Algo más espera su seleccionador, el mítico Zico, cuyos hombres jugaron a un alto nivel en un partido amistoso contra Alemania que terminó finalmente con empate (2-2), a tan solo 10 días del inicio de la Copa del Mundo. "Tenemos que luchar en cada partido como si fuera el último, como si fuera la final. Ya no importa cómo jugamos. Lo único que cuenta son los puntos que seamos capaces de sumar", declaró el técnico brasileño.
Para lograr su objetivo, Japón cuenta con un equipo basado en jugadores que militan en la Liga nacional, como Miyamoto, Álex (Santos) o el hijo pródigo de los Urawa Reds, Shinji Ono, a los que se suma la llamada legión extranjera, encabezada por el creativo Nakata (actualmente en el Bolton), el malabarista Nakamura (Celtic de Glasgow) y el incisivo Takahara (Hamburgo alemán).