domingo, junio 10, 2007

Taxis con caja negra




10/6/2007 NUEVA MEDIDA DE SEGURIDAD VIAL EN JAPÓN
• Las empresas japonesas del sector afirman que la instalación de cámaras en los parabrisas ha reducido un 20% los accidentes
• Las grabaciones son muy útiles en caso de siniestro
JORDI JUSTE.KIOTO
La mayoría de los taxis de las grandes flotas en las principales ciudades y áreas metropolitanas de Japón llevan ya instaladas unas cámaras de vídeo que desempeñan un papel parecido al de las cajas negras de los aviones. Si estas registran las conversaciones de los pilotos y los parámetros de vuelo y permiten aclarar las causas de los accidentes aéreos, las cajas negras de los taxis consisten en una pequeña cámara adosada a la parte superior del cristal delantero y un grabador con una tarjeta de memoria que almacena los 5 segundos previos y los 10 posteriores a un impacto o frenazo brusco.


Este artilugio viene a sumarse al teletac, al navegador, a la radio y al teléfono en coches con un tablero cada vez más sofisticado, generalmente pertenecientes a flotas de grandes compañías, que comparten las calles con modelos más sencillos. Estos últimos, casi siempre conducidos por taxistas independientes y de edad avanzada, solo cuentan con el taxímetro, la emisora de radio y el obligado mecanismo de apertura automática de la puerta del pasajero.


Un país seguro


Japón es, comparativamente, un país con pocos accidentes de tráfico. Se producen unos 6.000 al año, con una población que supera los 127 millones de habitantes, mientras que en España, donde viven 45 millones de personas, se registran 4.000. Sin embargo, en los últimos años en Japón han aumentado los siniestros de taxis. Algunos opinan que ello se debe a la desregulación del sector, que ha eliminado las zonas de trabajo y ha hecho aumentar la competencia, con lo que muchos conductores se han visto obligados a incrementar sus horas al volante, en zonas que no conocen bien, para compensar la pérdida de ingresos.


"El nivel salarial de los taxistas es un asunto grave. A menos que se resuelva el problema, los conductores van a causar más accidentes, van a sufrir fatiga extrema y van a ser incapaces de llevar una vida confortable", ha declarado el ministro de Transportes, Tetsuzo Fuyushiba, partidario del aumento de las tarifas en el área de Tokio.


Puede que el problema de la siniestralidad en la capital tenga un origen esencialmente humano. No obstante, las compañías de taxis afirman que la instalación de las cámaras ha servido para aumentar la atención de sus conductores y reducir así el número de accidentes en casi un 20%. La opinión de los profesionales parece dividirse entre el escepticismo de la mayoría de los independientes, que aún no han adoptado el sistema, y la satisfacción de los empleados en compañías que sí lo usan.


De momento, a estas imágenes no se les confiere validez de prueba judicial, pero están demostrando que son de gran utilidad para determinar las circunstancias en las que se producen los siniestros. "Sí, la cámara es útil cuando hay un accidente. Por ejemplo, en caso de discusión sobre si un semáforo estaba en rojo o no, se mira el vídeo y ya está. Pero la policía no le hace caso al 100%, porque dice que las imágenes se pueden manipular", explica Naoki Nishitani, conductor de la compañía MK Taxi, una de las mayores de Kioto.


Esto es importante en un país como Japón, donde el recurso al juicio es muy raro y los litigios se resuelven muy a menudo de forma privada. Y eso a pesar de que en el caso de cualquier accidente de tráfico, aunque sea un pequeño roce que resulte en un casi inapreciable golpe en un parachoques, no se usa el parte amistoso sino que hay que avisar a la policía, que acude para levantar el atestado.


Elemento del atestado


La seguridad ciudadana es un aspecto destacado de la sociedad japonesa, por lo que la policía dispone de tiempo suficiente para tareas como informar sobre accidentes menores. Sin embargo, el altísimo coste de los seguros y la obsesión de los japoneses por circular con coches inmaculados hacen que la tarea testifical de los agentes de la ley no sea una manera de rellenar sus horas de servicio, sino una de sus tareas importantes. Por eso las autoridades admiten las imágenes registradas por las cámaras como un elemento importante de los atestados.


Ahora los fabricantes están intentando que se generalice el uso de estos aparatos no solo entre los conductores profesionales, sino también entre el resto de los automovilistas. Para ello están adoptando diversas estrategias, como intentar abaratar el coste de los equipos y presionar para que las compañías aseguradoras se comprometan a hacer rebajas en las pólizas de los vehículos que adopten el dispositivo. De momento, las aseguradoras se muestran prudentes, a la espera de estadísticas que confirmen que su generalización sirve realmente para reducir el número de accidentes.

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