miércoles, julio 18, 2007

Japón recela de su seguridad nuclear tras dos fugas radiactivas


18/7/2007 CONSECUENCIAS DEL TERREMOTO EN EL ARCHIPIÉLAGO NIPÓN
• Unos 1.200 litros de agua contaminada se vertieron al mar durante el seísmo
JORDI JUSTE.KIOTO
Japón se inquieta por su seguridad nuclear. Por el momento, el Gobierno ha ordenado el apagado de la central nuclear de Kashiwazaki-Kariwade, en el centro del país y una de las mayores del mundo, después de que registrara dos escapes radiactivos y otros 50 problemas de funcionamiento durante el fuerte terremoto del lunes. La empresa Tokyo Electric Power (Tepco) admitió las fugas, pero aseguró que no representaron peligro para la población.

Uno de los escapes radiactivos se registro en el filtro de un reactor que se paró por el movimiento telúrico, aunque la empresa aseguró que no se llegaron a niveles de radiación peligrosos. El otro escape consistió en el vertido de 1.200 litros de de agua con material radiactivo que llegó al Mar de Japón. Además, Tepco reconoció que la central nuclear no está diseñada para soportar terremotos tan fuertes.

FIRMEZA DE ABE

El primer ministro, Shinzo Abe, que se enfrenta muy debilitado a las elecciones al Senado del próximo día 29, hizo ayer grandes esfuerzos para dar una imagen de firmeza. "Creo que las plantas nucleares solo pueden funcionar con la confianza de los ciudadanos", dijo. Abe reprochó a Tepco haber informado del incidente con "demasiada lentitud". Según el Gobierno, la compañía también falló a la hora de tomar las medidas apropiadas tras el terremoto.

Japón ha experimentado en los últimos años un sinfín de incidentes que han puesto en duda la seguridad de estas instalaciones nucleares, especialmente teniendo en cuenta que aquí los temblores de tierra son muy frecuentes.Según el último cómputo provisional del Gobierno, el terremoto provocó nueve muertos y al menos 1.060 heridos. Además, unos 340 edificios quedaron completamente destruidos y otros 500 sufrieron daños en Niigata y Nagano.

Los ciudadanos de la provincia de Niigata, a unos 200 kilómetros de Tokio, vivieron la jornada de ayer bajo una fuerte lluvia que dificultó las tareas de rescate y con temor a las réplicas. Anoche, 12.000 personas continuaban sin poder regresar a sus casas. "Se están llevando a cabo intensas operaciones de desescombro. No tenemos tiempo que perder, ante la hipótesis de que todavía haya víctimas", declaró Masahito Sato, portavoz de los socorristas en Kashiwazaki, la ciudad más afectada.

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