lunes, diciembre 03, 2007

Pensiones en el aire

3/12/2007 CRISIS EN EL SISTEMA DE PROTECCIÓN SOCIAL NIPÓN
• El Gobierno japonés no sabe a qué contribuyentes corresponden 50 millones de cuotas pagadas a la Seguridad Social
• El país tiene 30 millones de jubilados
JORDI JUSTE.KIOTO
El Gobierno japonés tiene como uno de sus objetivos más inmediatos la reorganización del sistema de pensiones y la solución del caos que llevó a que se perdieran los datos de 50 millones de cotizaciones. Un informe oficial indica que será imposible averiguar la identidad de los cotizantes en un 40% de los casos. La salud del sistema preocupa especialmente a los japoneses, ya que en el país, casi uno de cada cuatro ciudadanos es pensionista.
La incapacidad del exprimer ministro Shinzo Abe para hacer frente al problema fue la causa de la derrota de su partido en las elecciones al Senado de julio, y acabó costándole el puesto. Poco antes de abandonar, Abe nombró como ministro de Seguridad Social a Yoichi Masuzoe, un comentarista convertido en político crítico con el Gobierno. "Antes de ser ministro, recibí muchas cartas de votantes cuyas vidas se han visto gravemente afectadas porque no están recibiendo aquello por lo que pagaron con un dinero que les costó mucho ganar", dijo Masuzoe.
El sucesor de Abe, Yasuo Fukuda, ha decidido mantener a Masuzoe en el cargo y confiarle gran parte de su futuro político. "Entiendo que los problemas sobre las pensiones han erosionado la autoridad del Gobierno. Me gustaría hacer lo posible para devolverle la dignidad", explicó Fukuda.
En el sistema de pensiones japonés existe un programa básico común al que tienen que contribuir todos los mayores de 20 años, y planes complementarios para grupos de profesionales, como los empleados de las empresas privadas, los funcionarios y los enseñantes. Las cotizaciones actuales pagan las pensiones presentes, por lo que preocupa la viabilidad en el futuro, cuando más de la mitad de los japoneses estén jubilados.
Reforma del 2004
En el 2004 se aprobó una reforma que aumentó las cotizaciones y la parte que se financia con aportaciones del Estado. Además, en esa ocasión se descubrió que muchos personajes públicos, entre ellos el primer ministro, Junichiro Koizumi, y su entonces jefe de Gabinete, el propio Yasuo Fukuda, habían dejado de pagar varias cuotas por descuido.Un caso más embarazoso fue el de la actriz Esumi Makiko, protagonista de la campaña con la que la Seguridad Social quería convencer a los ciudadanos para que contribuyeran, pese a que no había pagado.
En los últimos años no han dejado de aparecer escándalos relacionados con las pensiones. Sin embargo, lo que encendió los ánimos de muchos ciudadanos fue la noticia de que se habían perdido los registros de 50 millones de cotizaciones. A la Seguridad Social le consta que dichos pagos se han hecho, pero no sabe a quién corresponden. El caso salió a la luz a partir de una denuncia de un grupo de ciudadanos que reclamaban porque no se les reconocían cotizaciones realizadas.
En julio, cuando el Gobierno reconoció el desastre, el director general de la Seguridad Social, Kiyoshi Murase, salió con su equipo a la calle a repartir octavillas en que se leía Pedimos sinceramente perdón y se daban los teléfonos para consultas. Además, Murase pidió a los 17.000 funcionarios de la agencia y a directivos jubilados que devolvieran parte de sus salarios para pagar por su ineptitud. Él mismo reembolsó los 2,7 millones de yenes (16.000 euros) que le correspondían como paga de verano.
Según el Gobierno, el problema tiene su origen en la unificación, en 1997, de los sistemas de identificación de los ciudadanos. Sin embargo, nadie ha sabido dar una explicación convincente de cómo pueden desaparecer los registros de 50 millones de cotizaciones.

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