Derrota de Koizumi en las elecciones al Senado
Jordi Juste
El gobierno de Junichiro Koizumi sufrió ayer una reprimenda por parte de los japoneses que relegaron a los dos partidos que lo apoyan, el Liberal Demócrata (PLD) y el budista Komeito, y dieron la victoria al principal partido de la oposición, el Partido Demócrata de Japón (PDJ) en las elecciones parciales de ayer al Senado. De los 121 escaños en liza (la Cámara Alta se renueva por mitades cada tres años) el PDJ obtuvo 52, el PLD 49, el Komeito 9, el Partido Comunista 3, el Partido Socialista 2 y los 5 restantes fueron para candidatos de pequeñas formaciones.
A pesar de los llamamientos a su dimisión desde las filas de la oposición y de los diversos sectores críticos de su propio partido, Koizumi se mostró ayer firme en su disposición a seguir en el cargo. El primer ministro admitió el mensaje crítico del electorado a sus políticas, principalmente al recientemente aprobado plan de reforma del sistema de pensiones y el envío de tropas a Irak, pero se negó a interpretarlo como una petición de renuncia. “No tiene relación, si fueran unas elecciones generales sí lo interpretaría de ese modo, pero siendo al Senado no”, declaró Koizumi, que pese a la derrota de ayer seguirá contando con la mayoría absoluta en las dos cámaras del Parlamento.
En cuanto a la oposición, el resultado supone un espaldarazo al nuevo liderazgo de Katsuya Okada, que se convirtió en líder de los demócratas hace tan sólo un mes, tras la dimisión de Naoto Kan al conocerse que durante algunos meses había dejado de cotizar al sistema público de pensiones. Okada es un líder austero, de un estilo totalmente distinto al de Kan o al del propio Koizumi, quienes han venido jugando a fondo la carta de su carisma personal. Ayer su mensaje fue claro: “Ante la política de pensiones de Koizumi y el envío de tropas, el pueblo ha dicho “no””.
Otra lectura clara de los comicios de ayer es el avance de Japón hacia un sistema bipartidista, ya que tanto el Komeito en las filas del gobierno como los comunistas y socialistas en la oposición, ceden terreno ante los dos grandes partidos, una tendencia que ya se manifestó en las elecciones al congreso del pasado noviembre
PLD El partido liderado por Koizumi ha venido gobernando Japón de forma casi ininterrumpida desde su formación a principios de los años 50. Se trata de una amalgama de grupos de interés a menudo contradictorios, que incluyen a las cooperativas de agricultores, los empleados de Correos, la gran patronal o los grupos de veteranos de la Segunda Guerra Mundial.
PDJ:El principal partido de la oposición se ha fomado a partir de escisiones de sectores reformistas tanto del PLD como del antiguo partido socialista. La última gran transformación se produjo hacia medio año con la absorción del Partido Liberal de Ichiro Ozawa.
Komeito: El brazo político de la secta budista Soka Gakkai cuenta con una importante base de militantes y votantes fieles, que en los últimos tiempos sirven para apoyar a los candidatos del PLD en las circunscripciones donde el Komeito no tiene opciones.
Partido Comunista: a pesar de los intentos por ofrecer una imagen más moderna y de ejercer una oposición radical en el Parlamento, se ha convertido en víctima del voto útil al PDJ.
Partido Socialista: el actual Partido Socialista es el resto del otrora principal partido de la oposición, la fuerza que empezó su declive en 1994 cuando su líder Tomiichi Murayama se convirtió en primer ministro del gobierno de coalición con su eterno rival, el PLD.