Jordi Juste. Kioto
El Partido Liberal Democrático (PLD) del primer ministro, Junichiro Koizumi, consiguió ayer una victoria histórica en las elecciones a la Cámara baja del parlamento japonés. El PLD consiguió 296 de los 480 diputados en liza, a los que hay que sumar los 31 de su socio de gobierno, el partido budista Komeito, mientras que la principal fuerza de la oposición, el Partido Democrático de Japón (PDJ) sólo consiguió 113 escaños.
Estos resultados suponen un espaldarazo al plan de privatización de Correos del primer ministro, que encontró en su trámite parlamentario el rechazo de todos los partidos de la oposición y de los sectores del propio PLD más conectados al voto rural y tradicional. La derrota de la ley de privatización en el Senado llevó a Koizumi a disolver el Congreso y plantear las elecciones como un plebiscito, comprometiéndose a dimitir en caso de no conseguir la mayoría absoluta.
“Hemos destruido el viejo PLD, ha nacido un partido nuevo. Sin duda ahora el proyecto de ley se aprobará, afirmó ayer Koizumi, que se mostró sorprendido por lo holgado de su victoria.
Está todavía por ver la reacción de los senadores del PLD que votaron contra el plan de Koizumi, pero es difícil que se arriesguen a ignorar el claro mensaje de los electores, ya que faltan sólo dos años para las próximas elecciones a la Cámara alta, que se renueva por mitades cada tres años.
Correos, además de ocuparse de la distribución postal, funciona como banco y aseguradora. Tiene unos 300.000 empleados en todo el país y es la primera entidad financiera del mundo por depósitos, unos 3 billones de euros, que el gobierno ha venido usando para financiar obras de infraestructura de dudosa rentabilidad económica pero muy provechosas políticamente. En muchas zonas rurales Correos es la única institución financiera y ha venido actuando como instrumento de apoyo a los candidatos del PLD. El actual plan de Koizumi incluye la segregación de los negocios postal, bancario y de seguros y su privatización definitiva en 2017.
Una de las incógnitas que se abren con la victoria de ayer es el futuro político de Koizumi a medio plazo: Durante la campaña, el primer ministro repitió su intención de agotar el año que le resta de mandato como presidente del PLD y no volverse a presentar. El cargo de presidente del partido ha supuesto automáticamente la elección como jefe de gobierno durante los aproximadamente 50 años del PLD en el poder. Por su parte, el líder del PDJ, Kazuya Okada, anunció ayer que cumplirá su promesa de dejar el puesto si no lograba formar gobierno.
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