martes, marzo 06, 2007

'Setsubun': gueisas en un invierno primaveral


6/3/2007 CRÓNICA DESDE KIOTO // JORDI JUSTE
JORDI Juste
Este invierno está siendo, también en Japón, inusualmente templado. Tanto que las predicciones de almanaques y calendarios están quedando desfasadas y las conversaciones de ascensor y los comentarios de información meteorológica en la televisión son lamentos monotemáticos por la ausencia del invierno frío y la preocupación por el posible adelanto del florecimiento de los cerezos.

La víspera del 3 de febrero fue el setsubun, el día que marca el cambio de estación con el fin del daikan (gran frío) y la entrada en la primavera, según el antiguo calendario solar chino. Justo ese día entró en el país una fugaz ola de aire frío procedente de Siberia, como para permitir que su marcha coincidiera con el fin del gran frío. Pero el problema es que ya estamos en marzo y este año el invierno de verdad está todavía por llegar. Hasta en Sapporo tuvieron que sudar para evitar que se derritieran las obras del festival de figuras de hielo, que cada año congrega a más de dos millones de personas en la capital de Hokkaido.

Desde 1873 Japón usa el calendario gregoriano, pero anteriormente usaba uno lunar, para asuntos civiles, y el solar chino (con 24 divisiones) para ritos y labores del campo. De las fechas relacionadas con el antiguo calendario, el setsubun es la que sigue teniendo más importancia en el Japón contemporáneo. Es un día laborable, pero con sabor festivo, que siempre da lugar a comentarios sobre el tiempo.

En escuelas, templos budistas, santuarios sintoístas, empresas y domicilios particulares se celebran rituales para exorcizar personas y lugares y hacer que entren limpios de malos espíritus en el nuevo ciclo de la naturaleza. El más popular es el conocido como mamemaki, consistente en lanzar granos tostados de soja al grito de "oni ga soto, fuku ga uchi" (demonios afuera, suerte adentro). En las casas, la tradición marca que el lanzamiento lo haga el toshiotoko, el varón nacido en un año del mismo signo que el presente, según el zodiaco chino, o en su defecto el jefe de familia. En muchos lugares públicos se encarga de ello a practicantes de profesiones tradicionales, como luchadores de sumo o gueisas. Es el caso del gran santuario de Yasaka, en Gion (Kioto), donde gueisas de diferentes distritos se turnan para lanzar sobres con soja a la multitud.

Mientras en Kioto las gueisas lanzaban soja y en Sapporo los hoteleros y esquiadores se quejaban por la falta de nieve, llegaba a Tokio el exvicepresidente de EEUU, Al Gore, para presentar su película sobre el cambio climático y recordar el simbolismo de este país para la lucha contra el problema medioambiental. "Kioto será honrada en la historia porque acogió una reunión crucial, cuando la humanidad comenzó a reconducir la crisis", dijo Al Gore.

El exvicepresidente animó a los empresarios a influir en sus colegas estadounidenses usando su experiencia en eficiencia energética . "Ustedes pueden tener una gran influencia en moldear opiniones en la comunidad de negocios de EEUU", dijo Al Gore, que se refirió a la lengua japonesa para transmitir optimismo: "En japonés, la palabra para crisis está formada por dos caracteres: peligro y oportunidad".

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