Jordi Juste. Kioto
El gobierno de Japón anunció recientemente un plan destinado a reducir en un 20 por ciento el número de suicidios en los próximos diez años. Según los últimos datos, en 2006 se quitaron la vida 32.155 japoneses, cifra que mantiene al país como el segundo desarrollado con más suicidios, por detrás de Rusia. La cifra supone una reducción de 397 respecto al año anterior, posiblemente gracias a la mejora de la situación económica, pero también representa que se rebasa la cifra de los 30.000 suicidios por noveno año consecutivo. Según los datos de la OMS, la proporción de suicidas en Japón es del 25 por 100.000, el triple de la española.
Al ejecutivo presidido por Shinzo Abe le toca enfrentarse al problema del suicidio pocos días después de que el ministro de agricultura Toshikatsu Matsuoka, involucrado en diversos casos de corrupción, se quitara la vida en su apartamento de Tokio.“Tenemos que crear una sociedad que dé a la gente una segunda oportunidad. Todos deberiamos ayudar en los esfuerzos por salvar a la gente que contempla la idea del suicidio y crear una sociedad donde sea más agradable vivir”, dijo Sanae Takaichi, ministra encargada de coordinar el plan de prevención de suicidios.
Suicidios de estudiantes
Preocupan especialmente los 886 estudiantes que se quitaron la vida el año pasado, de los cuales 91 citaron en sus notas de despedida el acoso escolar o las malas notas como razones principales. A pesar de los repetidos esfuerzos por reformar la educación, en el sentido de dar a los niños la oportunidad de aprender sin estar sometidos a la presión de los resultados, muchas familias japonesas siguen imponiendo a sus hijos largas horas de estudios, que incluyen la asistencia a escuelas de repaso por las tardes y durante los fines de semana, para asegurarse buenas notas en los exámenes de ingreso a escuelas secundarias, institutos de bachillerato o universidades de prestigio, como forma de garantizarse el futuro profesional.
La presión en los estudios y la pérdida de la percepción de la gravedad de la muerte, causada por su ausencia en la vida cotidiana y por la sensación errónea que ofrecen los video-juegos, son algunos de los motivos citados por diversos expertos para explicar el aumento de los suicididos de jóvenes.
Con todo, el mayor número de suicidios por grupos de edad sigue correspondiendo, con una tercera parte, a los que tienen más de 60 años. Por sexos, dos terceras partes corresponden a varones, mientras que la división profesional refleja que la mitad son desempleados, grupo que incluye a parados y jubilados. En cuanto a los motivos para quitarse la vida, 4.000 de los 10.000 que dejaron notas de suicidio citaron problemas de salud, mientras que unos 3.010 mencionaron dificultades económicas.
Sitios para suicidas en Internet
Entre las medidas que anunció ayer el gobierno se encuentra el filtrado de los sitios de Internet en que se hace apología del suicidio y se dan instrucciones sobre las formas más efectivas de quitarse la vida. En los últimos años se han multiplicado los casos de grupos de personas que se han quitado la vida juntas, generalmente mediante la inhalación de gases en el interior de vehículos, después de conocerse a través de internet. Sin embargo, algunos expertos afirman que los sitios en la red sirven para salvar vidas, ya que poder compartir un deseo, aunque sea el de morir, puede devolver las ganas de vivir.
Hace pocos días, en las páginas del diario Asahi Shimbun, Yukiko Nishihara, fundadora en Tokio de un centro para la prevención del suicidio, defendía la necesidad de incrementar las posibilidades de comunicación de las personas con problemas. “Lo que importa en la prevención de suicididos es aumentar el número de personas que pueden escuchar los problemas de los otros, de forma que estos se puedan abrir y comunicarse. Necesitamos crear urgentemente un ambiente en el que la gente con problemas se sienta libre de mostrar su debilidad”, afirmaba Nishihara, que comenzó a dedicarse a la prevención hace 40 años, tras ser incapaz de darse cuenta de la voluntad suicida de un amigo.
Arraigado en la cultura
Una dificultad con la que se encuentra la prevención de suicidios en Japón es que estos están muy arrraigados en la cultura, como forma de evitar lo que se considera una vida indigna, ya que no hay una prohibición religiosa expresa. A los suicidios rituales de los samuráis, tan presentes en la literatura, se suman muchos casos de suicidas célebres, como los del premio Nobel de literatura, Yasunari Kawabata, en 1972, el cineasta Itami Juzo, en 1997, o la vocalista del grupo de música pop Zard, Izumi Sakai, el mes pasado.
El gobierno de Japón anunció recientemente un plan destinado a reducir en un 20 por ciento el número de suicidios en los próximos diez años. Según los últimos datos, en 2006 se quitaron la vida 32.155 japoneses, cifra que mantiene al país como el segundo desarrollado con más suicidios, por detrás de Rusia. La cifra supone una reducción de 397 respecto al año anterior, posiblemente gracias a la mejora de la situación económica, pero también representa que se rebasa la cifra de los 30.000 suicidios por noveno año consecutivo. Según los datos de la OMS, la proporción de suicidas en Japón es del 25 por 100.000, el triple de la española.
Al ejecutivo presidido por Shinzo Abe le toca enfrentarse al problema del suicidio pocos días después de que el ministro de agricultura Toshikatsu Matsuoka, involucrado en diversos casos de corrupción, se quitara la vida en su apartamento de Tokio.“Tenemos que crear una sociedad que dé a la gente una segunda oportunidad. Todos deberiamos ayudar en los esfuerzos por salvar a la gente que contempla la idea del suicidio y crear una sociedad donde sea más agradable vivir”, dijo Sanae Takaichi, ministra encargada de coordinar el plan de prevención de suicidios.
Suicidios de estudiantes
Preocupan especialmente los 886 estudiantes que se quitaron la vida el año pasado, de los cuales 91 citaron en sus notas de despedida el acoso escolar o las malas notas como razones principales. A pesar de los repetidos esfuerzos por reformar la educación, en el sentido de dar a los niños la oportunidad de aprender sin estar sometidos a la presión de los resultados, muchas familias japonesas siguen imponiendo a sus hijos largas horas de estudios, que incluyen la asistencia a escuelas de repaso por las tardes y durante los fines de semana, para asegurarse buenas notas en los exámenes de ingreso a escuelas secundarias, institutos de bachillerato o universidades de prestigio, como forma de garantizarse el futuro profesional.
La presión en los estudios y la pérdida de la percepción de la gravedad de la muerte, causada por su ausencia en la vida cotidiana y por la sensación errónea que ofrecen los video-juegos, son algunos de los motivos citados por diversos expertos para explicar el aumento de los suicididos de jóvenes.
Con todo, el mayor número de suicidios por grupos de edad sigue correspondiendo, con una tercera parte, a los que tienen más de 60 años. Por sexos, dos terceras partes corresponden a varones, mientras que la división profesional refleja que la mitad son desempleados, grupo que incluye a parados y jubilados. En cuanto a los motivos para quitarse la vida, 4.000 de los 10.000 que dejaron notas de suicidio citaron problemas de salud, mientras que unos 3.010 mencionaron dificultades económicas.
Sitios para suicidas en Internet
Entre las medidas que anunció ayer el gobierno se encuentra el filtrado de los sitios de Internet en que se hace apología del suicidio y se dan instrucciones sobre las formas más efectivas de quitarse la vida. En los últimos años se han multiplicado los casos de grupos de personas que se han quitado la vida juntas, generalmente mediante la inhalación de gases en el interior de vehículos, después de conocerse a través de internet. Sin embargo, algunos expertos afirman que los sitios en la red sirven para salvar vidas, ya que poder compartir un deseo, aunque sea el de morir, puede devolver las ganas de vivir.
Hace pocos días, en las páginas del diario Asahi Shimbun, Yukiko Nishihara, fundadora en Tokio de un centro para la prevención del suicidio, defendía la necesidad de incrementar las posibilidades de comunicación de las personas con problemas. “Lo que importa en la prevención de suicididos es aumentar el número de personas que pueden escuchar los problemas de los otros, de forma que estos se puedan abrir y comunicarse. Necesitamos crear urgentemente un ambiente en el que la gente con problemas se sienta libre de mostrar su debilidad”, afirmaba Nishihara, que comenzó a dedicarse a la prevención hace 40 años, tras ser incapaz de darse cuenta de la voluntad suicida de un amigo.
Arraigado en la cultura
Una dificultad con la que se encuentra la prevención de suicidios en Japón es que estos están muy arrraigados en la cultura, como forma de evitar lo que se considera una vida indigna, ya que no hay una prohibición religiosa expresa. A los suicidios rituales de los samuráis, tan presentes en la literatura, se suman muchos casos de suicidas célebres, como los del premio Nobel de literatura, Yasunari Kawabata, en 1972, el cineasta Itami Juzo, en 1997, o la vocalista del grupo de música pop Zard, Izumi Sakai, el mes pasado.
Izumi Sakai que yo sepa no se suicidó. Murió de un accidente
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