• Los comicios anticipados se perfilan como solución al bloqueo político
El exministro de Asuntos Exteriores japonés Taro Aso es desde ayer el presidente del Partido Liberal Democrático (PLD), lo que le garantiza la elección mañana en el Parlamento como primer ministro, gracias a la mayoría con que cuenta la formación conservadora en la decisiva Cámara baja.Aso, que obtuvo los votos de 352 de los 525 parlamentarios y representantes provinciales del PLD, sustituye a Yasuo Fukuda, que dimitió el pasado día 1, tras menos de un año en el cargo, por las dificultades para superar el bloqueo de sus políticas en el Senado, donde la oposición, encabezada por el Partido Democrático de Japón (PDJ), tiene la mayoría.
CAMINO A LAS URNAS
"El PLD, como partido de Gobierno, tiene que enfrentarse con determinación al Partido Democrático en las próximas elecciones, y solo cuando hayamos ganado esas elecciones habré cumplido con mi destino", dijo Aso en su discurso de aceptación del cargo. Todavía queda un año para completar la actual legislatura, pero se espera que Aso aproveche el tirón de popularidad que le supondrá su toma de posesión para disolver la Cámara baja y convocar elecciones antes de fin de año.
Aso tiene 68 años, es católico, está casado y pertenece a una dinastía política en la que destaca su abuelo, el primer ministro Shigeru Yoshida, recordado como el forjador de la política según la cual Japón confía su seguridad a EEUU a cambio de servir como centro de las operaciones militares estadounidenses en Asia.
El nuevo líder japonés participó en los Juegos Olímpicos de Montreal (1976) en la modalidad de tiro y es conocido por su gran afición al manga, su carácter extrovertido y su propensión a las salidas de tono. Algunas de sus declaraciones le han hecho ganar fama de ultranacionalista, aunque sus posiciones en materia de relaciones internacionales y seguridad no se alejan de la línea principal de su partido, que defiende la necesidad de tener buenas relaciones con China pero manteniendo a EEUU como principal aliado.
Para reactivar la economía japonesa, que muchos expertos consideran al borde de la recesión, Taro Aso defiende la necesidad de aumentar el gasto público sin subir los impuestos. El sistema financiero nipón ha quedado relativamente a salvo de la crisis generada por las hipotecas basura estadounidenses, pero el frenazo del consumo en EEUU es un duro golpe a las exportaciones de la industria nacional.
En algún lugar leí que se desconocía cuál era exactamente la deuda pública total de Japón, pero que se estimaba en alrededor de los 200 y pico billones de pesetas o el 200 y pico % del PIB, no estoy muy seguro.
ResponderEliminarQue alguien me corrija si me equivoco, pero el señor Aso pretende aplicar Keynes y además sin subir la presión fiscal. Es una mezcla muy perturbadora de socialdemocracia y liberalismo que no puede terminar bien.