Tokio ve frustradas sus posibilidades de sanear las finanzas a corto plazo
El freno a la actividad en el noreste afectará a la producción en otras zonas del país
El primer ministro de Japón, Naoto Kan, discutía el viernes en el Parlamento la necesidad de un presupuesto austero para el año que viene cuando la tierra se puso a temblar bajo sus pies. Pocos minutos después, el tsunami que arrasó el noreste del país engulló las posibilidades de sanear a corto plazo sus finanzas públicas. Japón, que ya tiene una deuda de casi nueve billones de euros (más del 200% de su Producto Interior Bruto) necesitará ahora dedicar ingentes cantidades para reconstruir parte de su infraestructura.
El precedente histórico más inmediato, el terremoto de Kobe de 1995, supuso un coste de unos 70.000 millones de euros para el Estado nipón. Aún es pronto para establecer con precisión el coste económico del seísmo del viernes, el mayor de la historia del Japón contemporáneo. De momento, la empresa de cálculo de riesgos Air Worldwide hizo pública ayer la cifra de más de 34.000 millones de dólares (unos 25.000 millones de euros) como primera estimación de los gastos a los que tendrán que hacer frente las aseguradoras por los bienes dañados sobre los que existían pólizas de seguro.
La cuantía de los daños sobre el conjunto de la economía japonesa dependerá, en buena medida, de cómo se solucione la presente crisis nuclear y del tiempo que se requiera para devolver al máximo de su potencial la capacidad productiva del país. Los obligados cortes eléctricos que se sucederán durante algún tiempo afectan ya al área de Tokio, la más importante para la economía japonesa. Además, todos los grandes conglomerados industriales japoneses tenían plantas de producción en la región afectada más directamente por el terremoto, por lo que deberán derivar parte de sus presupuestos a la reconstrucción de instalaciones. También es de esperar que la paralización económica del noreste produzca problemas de suministros que afectarán la producción industrial en otras zonas del país.
El Gobierno reconoció ayer, por boca del jefe de gabinete, Yukio Edano, la necesidad de aprobar un paquete extraordinario de gasto para hacer frente a las consecuencias del desastre. «Es de esperar que el terremoto tenga un impacto considerable en un amplio abanico de las actividades económicas del país», declaró Edano. Por su parte, el líder de la oposición, Sadakazu Tanigaki, se mostró abierto a la posibilidad de apoyar la creación de impuestos especiales para financiar el esfuerzo. «El primer ministro debe tomar en consideración si la financiación puede obtenerse solo mediante la emisión de bonos gubernamentales», dijo Tanigaki.
ESTABILIZAR LOS MERCADOS / La elaboración de un presupuesto extraordinario y la fórmula para financiar el gasto suplementario tendrán que esperar a finales de mes, según explicó el ministro de Economía, Yoshihiko Noda. De momento, el Banco de Japón se dispone ya a inyectar cantidades suplementarias de dinero para estabilizar los mercados financieros. «Vamos a estudiar las condiciones de los mercados y tenemos previsto aportar liquidez desde primera hora de mañana», dijo ayer el gobernador Masaaki Shirakawa.
Además de la inundación pública de liquidez, es de esperar que empresas, bancos y fondos de inversión japoneses hagan desinversiones en el extranjero para poder repatriar fondos. Por eso es probable que el yen sufra una presión alcista a corto plazo, hecho que perjudicaría la capacidad exportadora de su industria pero supondría un alivio para lasoposición, Sadakazu Tanigaki, se mostró abierto a la posibilidad de apoyar la creación de impuestos especiales para financiar el esfuerzo. «El primer ministro debe tomar en consideración si la financiación puede obtenerse solo mediante la emisión de bonos gubernamentales», dijo Tanigaki.
ESTABILIZAR LOS MERCADOS / La elaboración de un presupuesto extraordinario y la fórmula para financiar el gasto suplementario tendrán que esperar a finales de mes, según explicó el ministro de Economía, Yoshihiko Noda. De momento, el Banco de Japón se dispone ya a inyectar cantidades suplementarias de dinero para estabilizar los mercados financieros. «Vamos a estudiar las condiciones de los mercados y tenemos previsto aportar liquidez desde primera hora de mañana», dijo ayer el gobernador Masaaki Shirakawa.
Además de la inundación pública de liquidez, es de esperar que empresas, bancos y fondos de inversión japoneses hagan desinversiones en el extranjero para poder repatriar fondos. Por eso es probable que el yen sufra una presión alcista a corto plazo, hecho que perjudicaría la capacidad exportadora de su industria pero supondría un alivio para las necesidades de importación de gas para la producción eléctrica que se derivarán de la paralización de algunas plantas nucleares.
[ +INFO ]
> El Gobierno nipón se verá obligado a modificar su política y reducir el gasto.
El Gobierno ya se encontraba antes del terremoto ante la hercúlea tarea de recortar el déficit y al mismo tiempo ampliar el estado del bienestar e impulsar la descentralización administrativa. Rebajas en las autopistas, ayudas directas a las familias, gratuidad del bachillerato y aumento de la autonomía presupuestaria de las provincias son algunas de las medidas y proyectos con los que el primer Gobierno de centroizquierda del Japón contemporáneo ha intentado ganarse el favor de la población. Ayer, muchos japoneses se mostraban escépticos sobre la posibilidad de mantener políticas de país sobrado cuando han surgido necesidades más perentorias.
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