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miércoles, marzo 23, 2011

Tsunami. ¿Gobierno culpable?

Jordi Juste, El Periódico de Catalunya, 23 de marzo de 2011

El chiste habla de dos ciudadanos italianos que cuando ven que llueve exclaman “Porco goberno”. En Japón a nadie se le ocurrirá acusar al gobierno de la lluvia ni, mucho menos, de un terremoto de nueve grados, seguido de un tsunami devastador que arrasa pueblos enteros y deja una central nuclear de seis reactores tan dañados que se convierten en una amenaza internacional. Al actual gobierno ni siquiera se le puede acusar de no haber obligado a las compañías eléctricas a estar preparadas para lo peor, ya que la administración del Partido Demócrata no lleva ni dos años en el poder y solo han pasado ocho meses desde que Naoto Kan substituyera a su correligionario Yukio Hatoyama como primer ministro.

Otra cosa es la crítica a la gestión de la crisis. La primera semana de unidad nacional sin fisuras significativas ha terminado con la negativa del principal partido de la oposición a sumarse a un gobierno de concentración nacional para hacer frente a la hercúlea tarea de levantar el país. Aunque también dijo que colaboraría con el gobierno desde la oposición, el no del líder del Partido Liberal Democrático, Sadakazu Tanigaki, a convertirse en vice primer ministro y compartir responsabilidades con su principal adversario augura que pronto empezaremos a oír críticas a la acción de Kan. Ahora bien, tendrán que ser razonables y mesuradas para no ser vistas como anti patrióticas por la mayoría de la población, consciente de la necesidad de arrimar el hombro para salir del socavón.


Las palabras de algunos comentaristas políticos, los debates espontáneos en las redes sociales y la experiencia de otras crisis hacen pensar que las críticas al gobierno se centrarán en la falta de firmeza, transparencia y valor. Firmeza para obligar a Tepco, la compañía eléctrica propietaria de la central, a tomar medidas expeditivas más rápidamente para minimizar los daños a la población sin reparar en los perjuicios económicos que ello pudiera ocasionarle. Transparencia para dar a los ciudadanos todos los datos y dejar que fueran estos los que decidieran el grado de gravedad de la crisis y actuaran en consecuencia. Y valor para tomar medidas conservadoras de la seguridad de la población aún a riesgo de excederse.

En Fukushima parece que se ha evitado lo peor, pero aún habrá que dejar pasar algún tiempo para saber con certeza lo que ha pasado estos días y así poder evaluar justamente la acción del gobierno.

Cuando llegue el momento, habrá que ver si el ejecutivo ha dejado, en algún momento de la crisis, que Tepco ponderara sus intereses económicos al decidir las medidas a tomar con los reactores dañados, cuando lo que le tocaba era olvidarlos por una vez a favor del bien común. También necesitaremos averiguar si el gobierno ha dejado de informar a la población con la claridad y la celeridad oportunas, teniendo en cuenta la obligada necesidad de un margen de tiempo razonable para recoger los datos e interpretarlos antes de hacerlos públicos. Por último, querremos ver si realmente hemos estado al borde de una hecatombe, y por lo tanto lo correcto hubiera sido evacuar Tokio, o ha sido cierto en todo momento que la situación era grave pero no tanto como para organizar el éxodo de más de treinta millones de personas.


lunes, marzo 14, 2011

El tsunami asesta un golpe muy duro a la economía japonesa

Tokio ve frustradas sus posibilidades de sanear las finanzas a corto plazo
El freno a la actividad en el noreste afectará a la producción en otras zonas del país
El primer ministro de Japón, Naoto Kan, discutía el viernes en el Parlamento la necesidad de un presupuesto austero para el año que viene cuando la tierra se puso a temblar bajo sus pies. Pocos minutos después, el tsunami que arrasó el noreste del país engulló las posibilidades de sanear a corto plazo sus finanzas públicas. Japón, que ya tiene una deuda de casi nueve billones de euros (más del 200% de su Producto Interior Bruto) necesitará ahora dedicar ingentes cantidades para reconstruir parte de su infraestructura.
El precedente histórico más inmediato, el terremoto de Kobe de 1995, supuso un coste de unos 70.000 millones de euros para el Estado nipón. Aún es pronto para establecer con precisión el coste económico del seísmo del viernes, el mayor de la historia del Japón contemporáneo. De momento, la empresa de cálculo de riesgos Air Worldwide hizo pública ayer la cifra de más de 34.000 millones de dólares (unos 25.000 millones de euros) como primera estimación de los gastos a los que tendrán que hacer frente las aseguradoras por los bienes dañados sobre los que existían pólizas de seguro.
La cuantía de los daños sobre el conjunto de la economía japonesa dependerá, en buena medida, de cómo se solucione la presente crisis nuclear y del tiempo que se requiera para devolver al máximo de su potencial la capacidad productiva del país. Los obligados cortes eléctricos que se sucederán durante algún tiempo afectan ya al área de Tokio, la más importante para la economía japonesa. Además, todos los grandes conglomerados industriales japoneses tenían plantas de producción en la región afectada más directamente por el terremoto, por lo que deberán derivar parte de sus presupuestos a la reconstrucción de instalaciones. También es de esperar que la paralización económica del noreste produzca problemas de suministros que afectarán la producción industrial en otras zonas del país.
El Gobierno reconoció ayer, por boca del jefe de gabinete, Yukio Edano, la necesidad de aprobar un paquete extraordinario de gasto para hacer frente a las consecuencias del desastre. «Es de esperar que el terremoto tenga un impacto considerable en un amplio abanico de las actividades económicas del país», declaró Edano. Por su parte, el líder de la oposición, Sadakazu Tanigaki, se mostró abierto a la posibilidad de apoyar la creación de impuestos especiales para financiar el esfuerzo. «El primer ministro debe tomar en consideración si la financiación puede obtenerse solo mediante la emisión de bonos gubernamentales», dijo Tanigaki.
ESTABILIZAR LOS MERCADOS / La elaboración de un presupuesto extraordinario y la fórmula para financiar el gasto suplementario tendrán que esperar a finales de mes, según explicó el ministro de Economía, Yoshihiko Noda. De momento, el Banco de Japón se dispone ya a inyectar cantidades suplementarias de dinero para estabilizar los mercados financieros. «Vamos a estudiar las condiciones de los mercados y tenemos previsto aportar liquidez desde primera hora de mañana», dijo ayer el gobernador Masaaki Shirakawa.
Además de la inundación pública de liquidez, es de esperar que empresas, bancos y fondos de inversión japoneses hagan desinversiones en el extranjero para poder repatriar fondos. Por eso es probable que el yen sufra una presión alcista a corto plazo, hecho que perjudicaría la capacidad exportadora de su industria pero supondría un alivio para lasoposición, Sadakazu Tanigaki, se mostró abierto a la posibilidad de apoyar la creación de impuestos especiales para financiar el esfuerzo. «El primer ministro debe tomar en consideración si la financiación puede obtenerse solo mediante la emisión de bonos gubernamentales», dijo Tanigaki.
ESTABILIZAR LOS MERCADOS / La elaboración de un presupuesto extraordinario y la fórmula para financiar el gasto suplementario tendrán que esperar a finales de mes, según explicó el ministro de Economía, Yoshihiko Noda. De momento, el Banco de Japón se dispone ya a inyectar cantidades suplementarias de dinero para estabilizar los mercados financieros. «Vamos a estudiar las condiciones de los mercados y tenemos previsto aportar liquidez desde primera hora de mañana», dijo ayer el gobernador Masaaki Shirakawa.
Además de la inundación pública de liquidez, es de esperar que empresas, bancos y fondos de inversión japoneses hagan desinversiones en el extranjero para poder repatriar fondos. Por eso es probable que el yen sufra una presión alcista a corto plazo, hecho que perjudicaría la capacidad exportadora de su industria pero supondría un alivio para las necesidades de importación de gas para la producción eléctrica que se derivarán de la paralización de algunas plantas nucleares.
[ +INFO ]
> El Gobierno nipón se verá obligado a modificar su política y reducir el gasto.
El Gobierno ya se encontraba antes del terremoto ante la hercúlea tarea de recortar el déficit y al mismo tiempo ampliar el estado del bienestar e impulsar la descentralización administrativa. Rebajas en las autopistas, ayudas directas a las familias, gratuidad del bachillerato y aumento de la autonomía presupuestaria de las provincias son algunas de las medidas y proyectos con los que el primer Gobierno de centroizquierda del Japón contemporáneo ha intentado ganarse el favor de la población. Ayer, muchos japoneses se mostraban escépticos sobre la posibilidad de mantener políticas de país sobrado cuando han surgido necesidades más perentorias.

lunes, junio 07, 2010

La noria de los gobernantes

Entrada a la residencia oficial del Primer Ministro, en Tokyo. Jordi Juste
Información publicada en la página 12 de la sección de Mundo de la edición impresa de El Periódico del día 05 de junio de 2010

CAMBIO POLÍTICO EN la segunda economía del mundo Análisis
Sábado, 5 de junio del 2010
Jordi Juste Periodista
Naoto Kan es el sexto primer ministro que tiene Japón en los últimos cuatro años. Le han precedido en el cargo su correligionario Yukio Hatoyama, del Partido Demócrata y los liberales Taro Aso, Yasuo Fukuda, Shinzo Abe y Junichiro Koizumi. En la historia política contemporánea de Japón Hatoyama y Koizumi se sitúan en dos extremos por su duración en el cargo. Si es raro que Hatoyama haya abandonado tras solo ocho meses, también sorprendió Koizumi por gobernar cinco años y dejar el mando por propia voluntad con la popularidad prácticamente intacta.
Koizumi es una de las pocas excepciones a la norma de los jefes de Gobierno efímeros. Japón ha tenido ya 32 primeros ministros desde 1945. Esto, que en otro país sería síntoma de zozobra política, se vive allí como algo casi natural. La lógica es que los votantes no eligen al primer ministro sino a senadores y diputados que son los encargados de escoger al líder del Ejecutivo y de sustituirlo si renuncia al cargo o lo consideran incapaz de ejercerlo.
En los dos grandes partidos, el primer ministro es elegido después de ser nombrado presidente de su formación, a la que se supone que controla. Pero en la práctica no hay que olvidar que en Japón es más importante el grupo que el individuo y, por lo tanto, el líder ejerce una función más representativa que de mando. Si el grupo –el partido, en este caso– se da cuenta que el que da la cara por él es más un lastre que un activo para su popularidad, lo aparta y pone a otro en su lugar.