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miércoles, septiembre 01, 2010

El 'Yamato' o la estupidez de la guerra

Maqueta del 'Yamato'. Jordi Juste
CRÓNICA DESDE KURE
Viernes, 20 de agosto del 2010
Jordi Juste Periodista
Hace cinco años abrió sus puertas en Kure, en la provincia de Hiroshima, el Museo Yamato. Dedicado en principio a contar la historia de la ciudad como principal base naval del Japón moderno, se centra en la construcción del barco de guerra Yamato y ofrece una narración excelente para comprender el discurrir del país desde su traumática apertura al mundo en la segunda mitad del siglo XVIII hasta su pacífica conversión en potencia económica mundial en la segunda mitad del siglo XX.
Información publicada en la página 14 de la sección de Mundo de la edición impresa del día 20 de agosto de 2010
La llegada de la flota americana, comandada por el comodoro Perry, en 1853 y su amenaza de atacar el país si no se facilitaba a los barcos de EEUU la posibilidad de avituallarse y hacer reparaciones en los puertos nipones, supuso el fin de dos siglos y medio en que los contactos con el exterior fueron muy limitados y se realizaron casi exclusivamente a través de la legación holandesa en Nagasaki. Japón cedió por necesidad y firmó acuerdos humillantes con las principales potencias mundiales, y también se dio cuenta de que las espadas de los samuráis no le servirían contra ellas, así que decidió modernizarse imitando lo más aprovechable de los países a los que temía.
Para ello, en 1889, se fundó la base naval de Kure, que concentró buena parte de los esfuerzos japoneses, primero para defenderse de una invasión extranjera y luego para construir su propio imperio a costa de sus vecinos asiáticos. En Kure se construyeron los barcos de guerra de la Armada Imperial que venció a China en 1895 y a Rusia en 1905. Y también de aquí salieron los navíos que ayudaron a Gran Bretaña en su lucha contra Alemania en China durante la primera guerra mundial. Kure sufrió un parón en su pujanza con la firma en 1922 del Tratado de Washington, que limitaba la fuerza naval de las grandes potencias. Pero en los años 30 los astilleros volvían a funcionar a toda capacidad.
De 1937 a 1941 se consagraron grandes esfuerzos a la construcción del Yamato, que con sus 263 metros de eslora y 72.800 toneladas de peso se convirtió en el mayor barco jamás construido y uno de los esfuerzos más absurdos de la historia, ya que en el momento de su botadura ya estaba claro que el arma decisiva en la guerra sería la aviación. El navío, cuyo nombre proviene del de la provincia que se considera el embrión de Japón, había adquirido una gran carga simbólica para los japoneses, ya que representaba su gran capacidad tecnológica. Tenía que proteger al país del enemigo, pero se convirtió en una carga y la Armada tuvo que dedicar grandes esfuerzos a protegerlo. Finalmente, el 7 de abril de 1945 fue hundido en un ataque aéreo cuando se dirigía a Okinawa para dificultar la invasión americana.
Hoy Kure es una ciudad industrial de más de 200.000 habitantes que produce básicamente navíos civiles y acoge una base de las llamadas Fuerzas de Autodefensa, que tienen muy limitada su acción fuera de las aguas territoriales niponas. En el Museo Yamato se puede ver una enorme maqueta del barco (escala 1:10), además de los planos de su construcción y objetos pertenecientes a algunos de los más de 2.000 tripulantes que perecieron a bordo.

jueves, agosto 12, 2010

Sesenta y cinco años como testimonio de la matanza

Crónica desde Hiroshima
Jordi Juste
Dos niños frente al cenotafio del Parque de la Paz. Foto Jordi Juste
El seis de agosto de 1945, a las ocho y cuarto de la mañana, la bomba atómica explotaba a 520 metros sobre el centro de Hiroshima, asolando gran parte de la ciudad y matando inmediatamente a unas setenta mil personas. Muchas más siguieron muriendo y sufriendo enfermedades en las décadas siguientes por las quemaduras y la radiación, y sirvieron para recordar al mundo el potencial destructivo del armamento nuclear.
Sesenta y cinco años después, la ciudad sigue volcada en su papel de testimonio del poder letal del átomo. El llamado milagro japonés también llegó a la capital de la región de Chugoku, en el oeste del país, y hoy en día en Hiroshima viven más de un millón de personas. Tiene industria y modernos edificios comerciales y de oficinas, pero su corazón sigue estando en el Parque Memorial de la Paz, a escasos metros del epicentro de la explosión. Ahí están el Domo de la Bomba Atómica, el cenotafio con la llama de la paz, el monumento a las víctimas infantiles y el Museo Memorial de la Paz, además de otros elementos que invitan a la reflexión.
El domo es el resto de un edificio público cuyo esqueleto quedó parcialmente en pie y que hoy en día se sostiene apuntalado junto al río, ofreciendo una estampa estremecedora. A pocos metros se encuentra el monumento construido por iniciativa de los compañeros de Sadako Suzuki, la niña que sobrevivió al bombardeo con dos años, pero murió una década después víctima de la leucemia que le había provocado. Es una de las paradas obligadas en las frecuentes visitas de los escolares de Hiroshima que, además, cada año, a finales de julio, antes de empezar las vacaciones, participan en sus colegios en actividades conmemorativas e interrumpen por un día el descanso estival para dedicar todo el seis de agosto a recordar la masacre.
El elemento central del parque es el cenotafio, un arco diseñado por Kenzo Tange que simboliza un techo para acoger las almas de las víctimas. A través se ven la llama de la paz y, al fondo, el domo. Frente al cenotafio se hacen las ofrendas florales durante todo el año, y los actos conmemorativos cada 6 de agosto. Ahí es donde muchos visitantes rezan, meditan o simplemente leen una inscripción simple y clara: “Descansad en paz, pues el error no se repetirá”.
Para que así sea, la ciudad ha asumido el liderazgo en la lucha contra las armas nucleares. Queda claro cada seis de agosto en el discurso de su alcalde, y el resto del año en el mensaje que ofrece, en el extremo del parque, el Museo. No es una visión demagógica, no esconde la responsabilidad japonesa en la guerra ni elude las preguntas claves para entender la matanza: ¿Por qué Estados Unidos fabricó la bomba? ¿Por qué la tiró ese día? ¿Por qué sobre Hiroshima? El centro da respuestas a esas preguntas, ayuda a hacerse una idea de la magnitud de la tragedia y termina invitando a unirse al movimiento para conseguir que nunca se repita.

miércoles, julio 04, 2007

Dimite el ministro nipón que justificó la bomba atómica


4/7/2007 CRISIS EN EL GOBIERNO JAPONÉS
• Kyuma, diputado por Nagasaki, dijo que el bombardeo aceleró el fin de la guerra
JORDI JUSTE.KIOTO
"Lamento que mis comentarios hayan causado problemas. Estoy muy arrepentido". Con esta frase dio por terminada su carrera política Fumio Kyuma, ministro de Defensa de Japón.Kyuma se vio forzado a dimitir ante la presión por haber justificado que Estados Unidos arrojara en 1945 dos bombas atómicas, una en Hiroshima y otra en Nagasaki. "Entiendo que los bombardeos terminaron la guerra y que no había más remedio", afirmó en una conferencia el sábado en Chiba, cerca de Tokio.

Además, Kyuma es diputado en representación de Nagasaki, donde murieron 200.000 personas. El ministro dijo que EEUU actuó de ese modo para intimidar a la antigua Unión Soviética y evitar que invadiera Japón. Estas opiniones son comunes entre los historiadores estadounidenses, pero en Japón suponen negarle al país su dignidad.

Las reacciones de repulsa fueron casi inmediatas en todo el país, pero especialmente en las ciudades víctimas de los bombardeos. "Esto es tan indignante que me resulta difícil responder con enojo. No puedo más que ridiculizar esos comentarios. ¿Diría él lo mismo si fuera una víctima de las bombas atómicas?", declaró al diario Asahi Shimbun Akihiko Takahashi, exdirector del Museo Memorial de la Paz de Hiroshima.

El propio Kyuma pidió disculpas por sus palabras el domingo, después de que el primer ministro, Shinzo Abe, lo desautorizara. Sin embargo, hasta el lunes Abe afirmaba que las afirmaciones no eran motivo suficiente para destituirlo. Finalmente, ayer aceptó su dimisión. "Dimitir es la forma más seria que tiene un político de asumir su responsabilidad, por lo que acepto el deseo de Kyuma", dijo Abe.

PRÓXIMAS ELECCIONES

La sustituta de Kyuma será la consejera nacional de seguridad Yuriko Koike, defensora de un papel más enérgico de Japón en sus relaciones internacionales. La dimisión se produce en un momento difícil para Abe, que afronta las elecciones para renovar la mitad del Senado el día 29 con un índice de popularidad del 28%, el más bajo desde que sucedió en septiembre a Junichiro Koizumi. La caída se debe a diversos escándalos, como el que llevó a suicidarse al ministro de Agricultura, y al caos del sistema de pensiones.