Mostrando entradas con la etiqueta Tokio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Tokio. Mostrar todas las entradas

viernes, marzo 16, 2012

Uniqlo abre megatienda multilingüe en Ginza.


La cadena de ropa Uniqlo ha abierto hoy una tienda de 12 pisos y casi 5.000 metros cuadrados de superficie en Tokio, concretamente en la calle principal del barrio de Ginza, conocido por ser sede de los establecimientos más sofisticados y lujosos del país. Será la tienda más grande de la cadena y tendrá personal capaz de hablar en inglés, coreano, chino, español y francés.
La empresa tiene su origen en los años 80 en Yamaguchi, cerca de Hiroshima, a unos 800 kilómetros de Tokio. Su éxito se ha basado en la producción barata de sus productos en China pero con diseño y control de calidad japoneses. Mientras en Japón muchas tiendas y grandes almacenes seguían apostando por multitud de marcas a precios exclusivistas, las tiendas de Uniqlo solo vendían ropa de su marca con una muy buena relación entre precio y calidad.
En 1994 contaba con 100 tiendas en Japón. Hoy son unas 800, y 200 más en el resto del mundo (más  de la mitad en Corea del Sur y China). Y con perspectivas de seguir creciendo y convertirse en una empresa global. La apertura de la súper tienda multilingüe en el barrio del lujo de Tokio es significativa. Se diseña en Japón, se produce en China y se vende al mundo, con tiendas repartidas en cada vez más países y ahora también en Japón mismo. ¿Por qué? Porque, hasta la chapuza de Fukushima, el número de turistas extranjeros no había dejado de aumentar.
Con el yuan chino revalorizado y el yen a la baja es fácil que se recupere la tendencia.

miércoles, mayo 28, 2008

Lentejas con chorizo en el corazón de la ciudad

Vicente García en El Castellano. JJuste
En los últimos años, la cocina española en Japón ha sido noticia por las estrellas Michelin logradas por los restaurantes Sant Pau y Ogasawara en Tokio, o por los proyectos gastronómicos del cocinero catalán Josep Barahona. Sin embargo, paralelamente a los triunfos de la cocina de autor, se ha ido consolidando un mercado para la gastronomía española tradicional, los vinos españoles se han ganado un espacio y el jamón ibérico ocupa ya un lugar en el vocabulario culinario de muchos japoneses. Además, desde hace tres décadas, no han dejado de multiplicarse por todo el país los restaurantes con cocineros japoneses o españoles y con el sabor más o menos adaptado al paladar japonés; Jamón-Jamón, El Poniente, Sábado Sabadete o Casa7 son ya clásicos entre los aficionados locales.
Pero, entre todos los restaurantes de cocina tradicional española, destaca por su solera El Castellano, que hace 31 años se convirtió en el primero regentado por un español. Corría el año 1977, España acababa de salir de la dictadura y todavía faltaba mucho para que se produjera el boom de lo español, que llegaría a su máxima expansión en 1992. Vicente García, un joven profesional de la restauración salido de Santa Cruz de la Zarza (Toledo), decidió desafiar a los que no veían futuro a los pucheros castizos en Japón.
"Me dijeron que no iba a tener éxito porque los japoneses no comían garbanzos, ni lentejas, ni conejo..., y yo dije que perfecto, que así no tendría competencia. La verdad es que los japoneses no comían nada de eso porque no había. Se trataba de ir educando su gusto", explica Vicente, que se toma tan en serio su empeño pedagógico que se niega a servir whisky con agua o café durante la comida.En cuanto a los ingredientes, él nunca ha tenido problemas. Dice que todo es cuestión de relacionarse y saber negociar con los proveedores y si de algo no hay, se crea, como hizo con un socio japonés cuando decidieron producir jamón serrano, chistorra, morcilla o salchichón, aquí, en Japón.
"La clave del éxito es ser tú mismo y ofrecer lo que podría encontrar un japonés que fuera a comer a casa de un amigo en España", añade antes de declararse a años luz de la comida que ofrecen el Sant Pau, el Ogasawara o Barahona, de quien lamenta que siguiera la estela de Ferran Adrià en lugar de mantenerse fiel a la cocina tradicional catalana que ofrecía en sus primeros años en Japón.
El Castellano es un mesón decorado con muchos de los atributos de la iconografía típica española, donde no pueden faltar el flamenco, los toros, ni la tuna. Está en un segundo piso de un pequeño edificio de oficinas, en una de las zonas más apreciadas de Tokio, entre Shibuya, la meca de la moda juvenil asiática, y la calle Omotesando, donde se suceden las tiendas de las marcas más prestigiosas del mundo. Según Vicente, entre sus clientes hay extranjeros residentes en la capital, aunque la mayoría son japoneses (sobre todo mujeres) y famosos de paso, como el bailarín Antonio, el escritor Fernando Sánchez Dragó, el levantador de piedras Iñaki Perurena o el expresident Jordi Pujol.
Vicente García con un cocinero. JJuste

martes, noviembre 20, 2007

Ruscalleda logra dos estrellas por su restaurante de Tokio

20/11/2007 EL AUGE DE LA COCINA ESPAÑOLA
• La chef ya tiene otras tres distinciones por el establecimiento de Sant Pol de Mar
• La capital nipona se convierte en el epicentro mundial de la gastronomía
JORDI JUSTE.TOKIO
El restaurante Sant Pau de Tokio, clon del establecimiento que regenta Carme Ruscalleda en Sant Pol de Mar, aparece con dos estrellas en la guía Michelin de la capital japonesa, la primera que la multinacional francesa de neumáticos edita en Asia. Las dos estrellas anunciadas ayer se suman a las tres que ya posee el establecimiento de Sant Pol desde 2006.
La presentación del nuevo capítulo de la que para muchos es la "biblia de la gastronomía" certificó lo que muchos aficionados ya sabían: que Tokio es una de las ciudades con más restaurantes de alta calidad. Michelin ha concedido 191 estrellas en la capital japonesa, lo que la convierten en la ciudad con más astros del mundo de la restauración, muy por encima de las 97 de París y las 54 de Nueva York.
"Estamos muy contentos, no nos lo esperábamos. Obtener una estrella ya hubiera sido una muy buena calificación. Ahora nos conocerá más gente. Nos han puesto una nota muy buena y tenemos que corresponder y justificarla", explicaba ayer exultante Carme Ruscalleda, desplazada expresamente a Tokio para asistir a la fiesta de presentación de la guía. Desde el 2004, cuando abrió su restaurante en el corazón financiero de Tokio, asociada con el empresario nipón Yuji Shimoyama, la catalana se desplaza dos veces al año a la capital japonesa para supervisar el trabajo, que coordinan el chef Jerome Quilbeuf y la directora Rie Yasui, formados en Sant Pol.
Las dos estrellas a la primera para el Sant Pau de Tokio se pueden considerar un gran éxito en una guía que aprecia sobre todo la gastronomía japonesa y, en segundo término, la francesa. En la categoría máxima, tres estrellas, hay ocho restaurantes, cinco de cocina japonesa (Hamadaya, Koju, Kanda, Sushi Mizutani y Sukibayashi Jiro) y tres franceses (Joel Robuchon, L'Osier y Quintessence). Entre los que han recibido dos estrellas, además del Sant Pau, hay un restaurante italiano, uno chino, seis franceses y 16 japoneses. Entre los 117 establecimientos que aparecerán con una estrella en la guía también son mayoría los japoneses, seguidos a distancia de franceses, italianos y chinos. Ha conseguido entrar el Ogasawara Hakushakutei, que ofrece una selección de cocina española contemporánea.
"Tokio es una estrella brillante en el firmamento de la gastronomía. Los restaurantes de la ciudad nos han parecido excelentes, usando los mejores ingredientes, talento y una tradición transmitida de generación en generación y refinada por los chefs actuales", explicó el editor Jean-Luc Naret, que insistió en demostrar que la guía no pecaba de preferencia por la cocina francesa, algo de lo que se acusó en su día al volumen dedicado a Nueva York.
Desde el anuncio de la aparición de la guía Michelin de Tokio se había generado cierta polémica sobre la capacidad de los gastrónomos franceses para apreciar las sutilezas de la cocina japonesa. Entre los críticos se encontraba el reputado cocinero de sushi Jiro Ono, que ayer, tras saber que le habían otorgado tres estrellas, no podía ocultar su felicidad a pesar de escudarse en su incredulidad. Su establecimiento, Sukibayashi Jiro, al que se accede desde una estación de metro y no cuenta ni con aseo propio, ha logrado tres estrellas, una prueba de la gran importancia que ha tenido la calidad de la comida a la hora de calificar los restaurantes.

viernes, junio 22, 2007

Carme Ruscalleda en Tokio







Jordi Juste
Hace tres años abrió en Nihonbashi, en el corazón de Tokio, el Sant Pau, hermano casi clónico del restaurante de Carme Ruscalleda en Sant Pol de Mar. En este período ella y su marido, Toni Balam, han viajado regularmente a Japón para supervisar el trabajo en el restaurante. Las visitas son cortas y la agenda intensa, pero siempre les queda tiempo para salir a descubrir lugares o probar nuevos sabores. Su último viaje les ha permitido disfrutar de los alrededores del palacio imperial, conocer el ambiente popular de Asakusa y probar uno de los bocados más polémicos de la cocina japonesa.
Un amor difícil
La primera visita de Carme y Toni a Japón fue con la idea de que tal vez sería la última. Llevaban tiempo rechazando las invitaciones del empresario restaurador Yuji Shimoyama para que abrieran una sucursal en su país. Ninguno de los dos veía claro cómo podían teledirigir un negocio en un lugar situado a miles de kilómetros de Sant Pol y separado por una distancia cultural enorme.
Sin embargo, la estrategia de Shimoyama pudo con sus defensas. El convincente emprendedor les llevó una maqueta del Sant Pau en su futuro emplazamiento y, ante la visión del proyecto como algo real, decidieron desplazarse y ver con sus propios ojos si aquello era algo más que el desvarío de un quijote japonés. Una vez en Nihonbashi se dieron cuenta de que los invitaban a ofrecer su arte en el corazón de un país donde la seriedad en el trabajo es casi sagrada, y ya no pudieron negarse.
Balance positivo
Tres años después de la inauguración, y a dos de que expire su contrato, Carme Ruscalleda valora muy positivamente la experiencia: “El restaurante va creciendo con clientes repetidores. Estamos contentos de esa gente que viene preparada y con ilusión. Eso es lo que quieres, y no el cliente que pasa por casualidad. Tenemos japoneses, occidentales que viven en Tokio, personas de otros países de Asia y hasta catalanes que están por aquí. Hay japoneses que nos dicen que nuestra comida tiene un concepto parecido a su tradicional kaiseki. Por ejemplo, nosotros tampoco repetimos en una misma comida ninguna técnica ni ningún ingrediente”.
Sobre la Guía Michelín de Tokio, que aparecerá en octubre, Carme se muestra ilusionada pero realista: “Trabajamos para tener una buena calificación. Si no la obtenemos no nos arrugaremos, pero sería muy bueno que nos dieran alguna estrella. Querer tres sería no tocar con los pies en el suelo”. “El problema para Michelín es que en Japón se come muy bien y por eso tendrán problemas para escoger. Esto no es como Estados Unidos, aquí hay una gran cocina francesa e italiana, pero también japonesa y china”, tercia Toni.
Sutileza y buen gusto
Los días que el trabajo no les permite alejarse demasiado, Carme y Toni aprovechan para disfrutar de comercios del barrio, como la casa de tés Yamamotoyama o la papelería Haibara. “Nos encanta el té, el servicio, la atmósfera... El único problema es que ahí nadie habla inglés. Pero es un sitio encantador. Con la papelería pasa lo mismo. Los papeles japoneses me emocionan. Los tactos, los colores... Es una tienda preciosa”, explica Ruscalleda, que también rememora con pasión sus visitas al mercado central de Tsukiji, que se encuentra a pocos minutos del Sant Pau: “Es espectacular ver la subasta de los atunes, todavía con el sistema tradicional. Y, además, sorprende que con todos esos pescados el mercado no apesta”.
Precisamente, entre las cosas que destaca Carme de Japón están la limpieza y la cortesía. “Nosotros, cuando despedimos a un cliente, salimos a la puerta, le deseamos un buen día, le decimos adiós y cerramos. Los japoneses no, ellos se quedan hasta que el cliente se pierde de vista. Nosotros somos más chapuceros”, explica antes de contar que una vez vino cuando los cerezos estaban en flor, y se quedó asombrada, no sólo de la belleza natural, sino sobre todo de que los parques estaban llenos de gente bebiendo, pero cuando se levantaban todo quedaba perfectamente limpio, como si nadie hubiera estado allí.
Jornada de trabajo
La conversación con Carme y Toni en el Sant Pau se ve interrumpida repetidas veces por sus quehaceres. Toni ayuda a planchar manteles o da instrucciones a la directora, Rie Yasui, formada en Sant Pol. Mientras, en la planta baja, Carme supervisa el trabajo en la cocina, donde tiene también a una persona de su confianza, el francés Jérôme Quilbeuf, con el que se comunica a diario durante todo el año para asegurarse de que las adaptaciones del menú se llevan a cabo sin perjuicio de la calidad. El principal problema son los ingredientes. Muchos se importan expresamente, pero los productos frescos hay que comprarlos aquí, y a veces no es fácil, como explica Carme: “Por ejemplo, no hay merluza, por eso tuvimos que usar un pescado que se llama amadai, que nos dió ese sabor, esa textura suave, esa piel frágil...”.
Imperial y popular
La conversación sigue por la tarde por las calles de Ginza, el barrio con el terreno comercial más caro del mundo. Toni aprovecha para ver accesorios para la nueva cámara que se ha comprado para fotografiar platos, mientras Carme se dedica a observar a los viandantes y se interesa por los expositores de comida que hay a la puerta de los restaurantes más populares.
El paseo prosigue por la parte exterior de los jardines del palacio imperial. Comentan la belleza de los recortados pinos, del foso con sus cisnes, de la muralla..., pero Carme hace también alarde de su capacidad para la observación del detalle admirando la textura de unas enormes piedras que hacen de parapeto para impedir el acceso de coches.
Desde el centro tomamos el metro para ir a Asakusa, junto al río Sumida, donde hasta el siglo XIX se encontraba el barrio del placer de la antigua Edo. Hoy en día el comercio carnal está concentrado lejos de Asakusa, que sí ha mantenido un aire popular marcado por los millones de peregrinos y turistas que acuden a su templo budista pasando por kaminarimon (la puerta del relámpago), famosa por su enorme lámpara roja de papel. A parte del templo, a Carme le llaman la atención la atención los rickshaw para pasear turistas y los puestos de comida, especialmente uno donde preparan okonomiyaki.
Ballena
A la caída de la tarde un taxi nos lleva a través de la ciudad hasta Shibuya, donde nos esperan en el Kujiraya, un restaurante especializado en ballena, animal cuya caza Japón sigue practicando con el pretexto de la investigación científica. El menú consiste en una gran cantidad de platos a base del cetáceo, como beicon de ballena, sashimi, ballena frita, lengua de ballena, piel de ballena, cazuela de ballena... Llegados los postres, el camarero se presenta con la broma de la casa, anunciando que el helado no es de ballena sino de té verde. La verdad es que es todo un alivio.
Para Carme ha sido interesante comprobar como la ballena recuerda mucho al cerdo. Se ha pasado la cena observando con detalle, haciendo preguntas y tomando notas, y se ha llevado como recuerdo un trozo de piel que parece más un retal de traje de buzo que algo comestible. Por su parte, Toni se muestra abiertamente decepcionado. Ambos coinciden en que lo mejor de la cena ha sido la cazuela, pero no por los trozos de ballena que contiene sino por el caldo dashi, las excelentes verduras, las exquisitas setas shitake y los famosos fideos udon de la provincia de Akita.
La cena ha sido temprano porque ellos tienen que volver al Sant Pau. El viaje de vuelta a Nihonbashi sirve para recordar lo mucho que les queda por ver de esta gran ciudad. Comentan que todavía no han subido a Tokyo Tower, la réplica de la Tour Eiffel, pero que quizás sea mejor ir a la Mori Tower, de Roppongi Hills, que es ahora la principal atalaya de la ciudad. De momento aprovecharán los dos años que les quedan de contrato para seguir viniendo a enseñar y a aprender. Pasado ese tiempo se plantearán si el esfuerzo merece la pena. Decidan lo que decidan, está claro que Tokio ha dejado en ellos una huella indeleble.

jueves, mayo 31, 2007

Revuelo de almas en Japón







31/5/2007 HONORES PARA CRIMINALES DE GUERRA JAPONESES
• Un exlíder de Taiwán provoca que se recuerde nuevamente que el santuario de Yasukuni es una afrenta para los países vecinos
JORDI JUSTE.TOKIO
El santuario sintoísta de Yasukuni, situado en el centro de Tokio, parece condenado a estar también en el centro de la discusión política en Asia. La última ocasión la facilitó ayer el expresidente de Taiwán Lee Teng-hui al anunciar su intención de acudir al recinto religioso durante la visita privada que comenzó a Japón. "Voy a reunirme con mi hermano por primera vez en 60 años", declaró Lee en el aeropuerto de Narita.



El hermano mayor de Lee murió en Filipinas en 1945, defendiendo la bandera nipona, igual que muchos de sus compatriotas, mientras Formosa (1890-1945) era colonia japonesa. En 1945, China asumió la soberanía y, en 1949, la isla se convirtió en refugio de las fuerzas del Kuomintang que huían del avance comunista. Desde entonces hasta el 2000, los nacionalistas ostentaron el poder. Ahora, el anuncio de la visita del expresidente a Yasukuni pone nuevamente el dedo en la llaga de la historia de las relaciones entre Japón y sus vecinos.



Honrar a los combatientes



El santuario de Yasukuni (Yasukuni-jinja) fue establecido a finales del siglo XIX para honrar a los japoneses muertos en combate, muchos de ellos en los enfrentamientos civiles que se produjeron en las postrimerías del régimen feudal y los inicios de la era Meiji (1868-1912), y posteriormente en las guerras con las que Japón construyó su imperio en Asia.



En el recinto del santuario se encuentra el Yushukan, un museo con más de 20 salas dedicadas a embellecer el militarismo japonés y a justificar el imperialismo mediante su contextualización internacional. Sala tras sala, sus explicaciones en japonés y en inglés tratan de convencer al visitante de que Japón no tenía más remedio que armarse y construir su propio imperio para protegerse de las ambiciones de las potencias occidentales y del nacionalismo chino. El espíritu de sacrificio del guerrero es elevado a la categoría de sagrado y no hay ni una sola muestra de arrepentimiento por los sufrimientos causados tanto en los países vecinos como entre los propios japoneses.



El sintoísmo, que es la religión ancestral del Japón, da gran importancia al culto a los antepasados y concibe el país como una gran familia, con el emperador a la cabeza. Desde el siglo VII convivía con el budismo, pero en las décadas que condujeron a la segunda guerra mundial fue separado y utilizado como religión de Estado, al servicio del militarismo. Los soldados que perecían creían hacerlo por el emperador, considerado un semidios, y era común que se despidieran antes del combate, con un "nos vemos en Yasukuni".



Durante su mandato como primer ministro, las visitas de Junichiro Koizumi a Yasukuni fueron una de las causas del deterioro de las relaciones con China. Su sucesor, Shinzo Abe, que llegó a la jefatura del Gobierno en el 2006 con fama de ser más nacionalista, ha intentado rehacer el diálogo. Su primer viaje al extranjero fue a Pekín y, hasta el momento, ha evitado ir a Yasukuni, aunque a finales de abril mandó una planta como ofrenda, lo que provocó una comedida crítica desde China. "Quiero seguir mostrando respeto a los que lucharon por el país y murieron, y rogar por sus almas", declaró Abe para justificar su acción. Hasta el momento, la ambigua postura de Abe ha hecho posible que a principios de abril se produjera la visita del primer ministro chino, Wen Jiaobao, y que se hable del viaje del presidente Hu Jintao.



Documentos públicos



Las autoridades niponas no consiguen hacer desaparecer Yasukuni de la agenda política. Recientemente, la biblioteca del Parlamento hizo públicos unos documentos que demuestran que, en 1969, el Ministerio de Sanidad entabló conversaciones con el santuario, que es una entidad privada, para tratar la inclusión, entre los espíritus a los que rinde homenaje, de los condenados como criminales de guerra de clase A por el Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente, que juzgó a las autoridades civiles y militares japonesas tras la segunda guerra mundial."No creo que sea un problema. Fue el santuario el que los incluyó. El antiguo Ministerio de Sanidad facilitó información solo porque fue requerido", declaró Abe. La ceremonia para sumar las almas de los criminales de guerra a las de millones de caídos japoneses se celebró en 1978 y provocó las protestas de China y Corea, los dos países que más sufrieron el imperialismo japonés durante la primera mitad del siglo XX.

martes, mayo 08, 2007

¡Qué hermoso puede ser el hormigón!




/5/2007 CRÓNICA DESDE TOKIO// JORDI JUSTE
Al este del gran complejo arquitectónico Tokio Midtown, inaugurado recientemente en la capital de Japón, hay un bonito parque con extensas superficies de césped, que sirven de verde contraste a una estructura gris que hace pensar en dos alas asimétricas de una extraña nave voladora ultramoderna. Se trata del edificio del 21-21 Design Sight, nacido a finales de marzo de la mano de Tadao Ando, el arquitecto que ha convertido el hormigón en un material bello gracias a su capacidad de usar la desnudez de la superficie para realzar la calidad de las formas.


Desde el exterior, lo que destaca del edificio son las dos grandes planchas de acero que le sirven de techo. Como en muchas de las construcciones de Ando, la fachada tiene el don de pacificar el paisaje urbano gracias a su minimalismo formal. Es lo más parecido al silencio que puede existir en arquitectura. En un principio parece una construcción de dimensiones modestas, pero una vez en el interior el visitante se da cuenta de que se trata de un imponente edificio subterráneo. Es gris y está bajo tierra, pero en lugar de crear angustia relaja e invita a la reflexión. "Deseo fervientemente que este lugar inspire a sus visitantes a descubrir las potencialidades de cada individuo", afirma el autor.


Tadao Ando, nacido en Osaka en 1941, es un arquitecto de fama en todo el mundo, lo que le ha permitido construir edificios en muchos países. Sin embargo, es en Japón donde se encuentra buena parte de su producción más significativa. Recientemente, en Tokio ha inaugurado, además del 21-21 Design Sight, las galerías comerciales Omotesando Hills, en la calle más moderna de la ciudad.Entre sus obras anteriores más celebradas se encuentran el complejo Rokko Housing, en Kobe, el edificio Times Gallery, en la calle Kiyamachi de Kioto y la Iglesia de la Luz, en Ibaraki (provincia de Osaka), con su impresionante crucifijo de luz formado tras el altar por el espacio que queda en la pared entre las masas de hormigón que la forman.


El 21-21 Design Sight es un proyecto liderado por otro gran creador japonés, el diseñador de moda Issey Miyake. En un principio Miyake quería construir un museo que albergara muestras excelentes del diseño japonés, pero finalmente optó por el presente en lugar del pasado y creó, junto a Tadao Ando, al diseñador gráfico Taku Satoh y al diseñador industrial Naoto Fukasawa, un espacio para reflexionar sobre los problemas actuales a través del diseño. "El diseño siempre existe donde los humanos están presentes, y a mí me gustaría compartir la noción de que la vida en sí misma es un acto de diseño", afirma Miyake.


El efecto buscado por Miyake lo logra ya por sí solo el edificio de Ando, pero los responsables pretenden asegurarlo a base de dos grandes exposiciones anuales. La primera, Un Duro Proceso, fue una especie de prólogo dedicado al propio proceso creativo del edificio e incluía desde bocetos y planos del arquitecto hasta andamios de los utilizados por los albañiles. La segunda, titulada Chocolate, presenta creaciones artísticas de 30 individuos y grupos que usan como soporte material esta comida.

viernes, febrero 16, 2007

Un suicidio sella la paz en el seno de la mafia japonesa


16/2/2007 SUCESOS
• Un jefe del segundo grupo 'yakuza' del paíseshalladomuerto en su piso de Tokio
• En los últimos días se había recrudecido la lucha por el control de las actividades ilegales
JORDI JUSTE
El jefe de un importante grupo de la yakuza, la mafia japonesa, fue encontrado muerto ayer por la mañana en su apartamento de Tokio, en lo que parece tratarse de un suicidio. Kazuyoshi Kudo, de 70 años, era dirigente de la Kokusui-kai, que representa en Tokio a la Yamaguchi-gumi, la segunda organización criminal más importante de Japón, un grupo que tiene su base principal en Kobe (oeste del país) y que en los últimos meses se ha visto involucrado en diversos incidentes con su principal rival, la Sumiyoshi-kai, por el control de la capital.

La guerra entre bandas tuvo su punto álgido el pasado 5 de febrero con el asesinato a tiros, a las diez de la mañana y en plena calle del centro de Tokio, de Ryoichi Sugiura, de 43 años y jefe de la Kobayashi-kai, afiliada a la Sumiyoshi-kai. Durante toda la semana pasada, siguieron varios tiroteos entre miembros de las organizaciones rivales, también en Tokio. Sin embargo, en los últimos días habían aparecido informaciones que apuntaban a un acuerdo para poner fin a las hostilidades, iniciadas por el control de las actividades ilegales en el barrio de Roppongi, una de las zonas de entretenimiento de la capital japonesa.

REPARTO DEL NEGOCIO

Según publicó hace unos días el diario Asahi Shimbun, el jueves pasado, dirigentes de la Yamaguchi-gumi y de la Sumiyoshi-kai se reunieron para aclarar los términos del reparto del negocio de protección en Roppongi. "El pacto original establecía el pago mensual de un porcentaje de los beneficios a la Kokusui-kai, pero últimamente se hacían entregas únicas de sumas, aunque solo durante las épocas tradicionales de regalos, en verano y fin de año", explicó una fuente de la policía al Asahi Shimbun. En la reunión con la Sumiyoshi-kai, los jefes de la Yamaguchi-gumi habrían admitido la responsabilidad de sus afiliados en el asesinato de Sugiura y, en consecuencia, habrían aceptado pagar una indemnización.

DISCIPLINA INTERNA

El suicidio de ayer podría ser parte del acuerdo entre bandas criminales o un acto de asunción de responsabilidad por parte del jefe de la Kobayashi-kai ante sus superiores de la Yamaguchi-gumi. De hecho, los distintos grupos de la yakuza se caracterizan por una fuerte disciplina interna y por muestras de fidelidad y contrición en forma de sacrificios, como el corte de partes de los dedos.Hasta fechas recientes, la Yamaguchi-gumi se había mantenido en su feudo del oeste de Japón, pero en el 2005 llegó a un acuerdo de afiliación con la Kokusai-kai y empezó a exigir una parte mayor de los ingresos por las actividades criminales en Tokio y unos pagos más regulares. Por su parte, la Sumiyoshi-kai y otros grupos de la zona de Tokio ven con gran recelo los intentos de la Yamaguchi-gumi por establecerse en su región.

jueves, enero 25, 2007

El Nihonbashi, historia bajo la autopista


25/1/2007 CRÒNICA DESDE TOKIO // JORDI JUSTE

¿Se imaginan que sobre el kilómetro cero de la Puerta del Sol pasara una autopista? Pues algo así sucede en Tokio, donde se encuentra el Nihonbashi (literalmente, el puente de Japón), construido a principios del siglo XVII y considerado el centro neurálgico del país durante la época de Edo (1600-1868). De ahí partían las rutas principales, entre ellas el Tokaido, que conectaba la principal metrópolis de Japón con la capital de la época, Kioto.

En 1907 se colocó una placa indicando el lugar exacto desde donde se debía calcular el kilometraje de las calzadas japonesas, y todavía hoy los mojones de autopistas y carreteras indican la distancia que los separa del puente. La estructura de madera original fue sustituida en 1911 por la construcción renacentista de granito actual, que sobrevivió al gran terremoto de 1923 y a los bombardeos de 1945.

Sin embargo, en 1964 Japón se preparaba para confirmar al mundo su renacimiento con la organización en Tokio de los Juegos Olímpicos. Eran los años del crecimiento económico acelerado en que había que construir infraestructuras, aunque fuera a costa de derribar o arrinconar pedazos de historia. Y una de las víctimas fue el Nihonbashi, que quedó debajo de la autopista en el centro de la ciudad, a escasos metros de las sedes del Banco de Japón, la bolsa de Tokio y los grandes almacenes Mitsukoshi. Además, desde hace un año, a cinco minutos del histórico puente se encuentra el Sant Pau, gemelo del restaurante de Sant Pol de Mar, de la cocinera catalana Carme Ruscalleda.

Desde finales de los 60, grupos de vecinos han reivindicado la necesidad de devolver la dignidad al Nihonbashi, pero fue en el 2006 cuando el asunto fue objeto de debate público por la demanda del exprimer ministro, Junichiro Koizumi: "Quiero ver el Nihonbashi convertido en el lugar más fascinante del mundo", afirmó.En septiembre se presentó una propuesta para soterrar dos kilómetros de autopista al paso por el puente y construir un parque y un paseo. El problema es que el coste se calcula en cerca de medio billón de yenes (más de 3.000 millones de euros), por las dificultades técnicas de salvar los diversos túneles del metro y galerías de servicios que cruzan el subsuelo de la zona.

Tokio ha sido declarada la candidata oficial de Japón para celebrar los Juegos Olímpicos del 2016, por lo que se ha señalado ya la oportunidad para deshacer un error urbanístico motivado por los Juegos celebrados medio siglo antes. Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con la idea: el profesor de ingeniería Taro Igarashi, de la Universidad de Tohoku, señala que el país debería estar más orgulloso de la autopista metropolitana, que representa la capacidad técnica del Japón del siglo XX, que del viejo puente, que no es más que una imitación de tantos otros que cruzan los ríos de Europa.Para Igarashi, la actual combinación debe ser preservada porque permite "sentir la composición dinámica de las ciudades japonesas desde el mismo acto violento de construir un puente sobre un puente".