jueves, agosto 28, 2008

Cerveza y béisbol en la azotea

Hanshin Beer garden, Umeda, Osaka. JJuste
Entre junio y septiembre, en los grandes edificios de la región de Kansai (Osaka, Kioto, Kobe, Nara) proliferan los llamados beer garden, terrazas instaladas en las azoteas donde, por un precio fijo, se puede pasar un atardecer bebiendo y comiendo a placer. En el centro de Osaka el paisaje que se ve desde la mayoría de jardines cerveceros consiste en edificios y más edificios hasta donde alcanza la vista. En Kioto, en cambio, se puede ver el río Kamo, las montañas del este de la ciudad o, desde alguno de los hoteles que están justo delante, la muralla iluminada de Nijo-jo, el palacio del Shogun.
Pero la mayoría de los japoneses no van a los beer garden a ver el paisaje sino a comer, beber y ver béisbol en compañía de sus amigos. Como el verano coincide con el punto álgido de la temporada del deporte más popular de Japón, la tarde se remata muchos días en estos lugares viendo en una gran pantalla a los lanzadores y bateadores del equipo favorito de la región, los Hanshin Tigers. A diferencia del fútbol, en que se juega una o dos veces por semana, el béisbol se juega casi cada día, los partidos pueden durar más de tres horas y hay numerosas pausas, ideales para levantarse e ir a la barra a rellenar la jarra y el plato.
Los lectores que no hayan estado en el extremo oriente en verano tal vez se están imaginando la escena mecida por una suave brisa refrescante. La realidad es que, salvo algunos días de tregua, en casi todo el este de Asia el verano es sofocante tanto a ras de suelo como en los áticos. En Honshu, la isla principal de Japón, a las precipitaciones acumuladas durante el tsuyu, el mes de las lluvias que da paso al verano, se añaden repetidos frentes de aire cálido que llegan del océano y que hacen que la humedad atmosférica sea muchos días y muchas noches de más de un 90%.
Estas condiciones meteorológicas hacen que a menudo los beer garden de Kansai parezcan saunas al aire libre, especialmente los que sirven carne que el cliente asa en las planchas instaladas en cada mesa. En el resto hay aparadores surtidos con comida muy variada, como frutas, verduras, pollo frito, empanadillas chinas, bolas de pasta con pulpo (takoyaki), yakisoba y otros platos que en Japón se consideran buen acompañamiento para la cerveza. El precio suele estar alrededor de los 3.500 yenes (unos 20 euros) y están abiertos entre las seis y las diez.
Aunque en los beer garden también se sirven cócteles y bebidas no alcohólicas, la cerveza es la reina de las azoteas. No en vano, la mayoría de estas terrazas están gestionadas directamente por las principales cerveras niponas, Asahi, Kirin y Sapporo, que se disputan aquí parte del liderzago nacional de ventas. Los japoneses, a pesar de ser los más bebedores de Asia, no destacan en la liga cervera mundial, donde se sitúan en una posición intermedia con sus aproximadamente 50 litros anuales por habitante, lejos de los más de 80 de España o de los 150 del líder, la República Checa. Con todo, la cerveza es la bebida alcoholica más consumida en Japón, mucho más que el tradicional sake, que no ha dejado de languidecer en los últimos 60 años y ya está por debajo de los 10 litros per capita.

miércoles, agosto 27, 2008

El ensordecedor canto de la cigarra

Una cigarra posada sobre el tronco de un cerezo en Kioto. JJuste
Dicen las estadísticas que Japón es el país más ruidoso del mundo. La lista de ruidos es larga y depende de la sensibilidad de cada persona. Trenes y automóviles que pasan rozando las casas, camiones que avisan cuando van a girar, caravanas de ultraderechistas con altavoces, políticos en campaña anunciando promesas desde sus coches, bicicletas chirriantes, avisos para que la gente no se olvide cosas en los transportes públicos, bandas de motoristas nocturnos, alertas frente a las escaleras automáticas, ascensores, hornos o máquinas de cocer arroz que hablan y gravaciones para enmascarar los sonidos corporales en los servicios para mujeres son algunos ejemplos de ruidos causados por los japoneses. Pero ninguno de estos sonidos es comparable, ni en volumen ni en ubicuidad, al canto de las cigarras en verano.
El clima tórrido y la abundancia de árboles hacen de Japón un ecosistema ideal para estos insectos. Los omnipresentes cerezos, desnudos en invierno y efímeramente floridos en primavera, se pueblan en verano de cigarras que, a medida que avanza el calor, van dejando sus hojas verdes llenas de agujeros. Desde que termina la primavera empieza a aumentar su número hasta alcanzar su apogeo en plena canícula y luego disminuir lentamente para cesar con la llegada del otoño. Dicen que su existencia es muy beneficiosa para los vegetales porque los libera de algunas plagas. Pero para los oidos humanos su canto es ensordecedor.
Un problema añadido es que las cigarras cantan especialmente (aunque no exclusivamente) durante el día y en Japón el sol sale muy temprano. A primeros de agosto, en Tokio lo hace a las cinco menos diez minutos de la mañana y en Kioto quince minutos más tarde. Y poco después de que empiece a clarear comienza ya el concierto de las cigarras macho para atraer a las hembras. Yo vivo en un sexto piso y a partir de las seis se hace ya muy difícil mantener el sueño. Pero es que en una planta más baja, o a ras de suelo, a veces hay que hablar a gritos para hacerse entender entre el estridente chirri-chirri-chirri.
Para los japoneses las cigarras parecen ser un reto a su proverbial capacidad de soportar las adversidades. Además, desde antiguo se las ha considerado un ejemplo de la mutabilidad de las cosas y están muy presentes en diversas formas de arte, sobre todo en la poesía. “Negawakuba nembutsu wo nake natsu no semi” (si estás rezando reza al Buda Amida cigarra de verano), es sólo un ejemplo de las decenas de haikus que dedicó a este insecto el poeta Issa Kobayashi hace más de dos siglos.
Curiosamente, la fábula de Esopo sobre la cigarra y la hormiga es conocida en Japón en su versión centroeuropea, es decir con la festiva cigarra convertida en grillo. A los japoneses les encanta esta historia porque son conscientes de haber creado con su laboriosidad una civilización próspera en un medio ambiente a menudo hostil. Grillos o cigarras, los impertinentes insectos les recuerdan cada verano a gritos la sabiduría de la hormiga.

miércoles, agosto 06, 2008

La plaga de los cuervos

En las últimas décadas se han multiplicado gracias a la abundancia de basura
Las compañías de servicios entre las víctimas de los pájaros negros
Un cuervo posado sobre un arce en un parque de Kioto. JJuste
Nadie sabe exactamente el número de cuervos que hay en Japón, pero ornitólogos y responsables municipales coinciden en asegurar que en las últimas décadas se han multiplicado y no han dejado de causar problemas. Estos pájaros han sido siempre una amenaza para los agricultores nipones y sus cultivos, pero últimamente han proliferado también en las ciudades, donde su tétrico graznido se ha convertido ya en uno más de los sonidos típicos.
“La gran cantidad de parques, hileras de árboles en las calles, grandes árboles en las residencias y edificios altos, y como propina la facilidad de obtener basura orgánica” son las razones que aporta la profesora Michiyo Matsuda en su libro Karasu, naze Tokyo ga suki nanoka (Por qué a los cuervos les gusta Tokio) para explicar la gran presencia de estos pájaros en la capital de Japón.
A las causas apuntadas por Matsuda se añade que en las ciudades los cuervos se encuentran a salvo de sus depredadores naturales. Por eso ahora muchos ayuntamientos tienen planes para deshacerse de ellos. La medida más habitual es la captura y exterminación, así como la eliminación de sus nidos. Sin embargo, los cuervos urbanos están muy bien alimentados, lo que hace que su índice de reproducción sea muy alto y los esfuerzos para acabar con ellos consigan a penas mantener a raya su proliferación.
“Sólo queremos volver a la edad dorada de coexistencia”, explicaba recientemente un responsable del Departamento de Medio Ambiente del gobierno provincial de Tokio para justificar su campaña de eliminación de cuervos. Desde 2001 sólo en la capital se han exterminado con gas casi 100.000 de estos pájaros. Se dice que la campaña contra los cuervos en Tokio tomó nuevos bríos gracias a la ira de su gobernador, Shintaro Ishihara, conocido por su nacionalismo y por sus excesos verbales, que fue atacado en la cabeza por uno de ellos mientras jugaba al golf.
Sea o no cierta la anécdota, es verdad que es fácil oir historias de japoneses que han sufrido o visto directamente agresiones de cuervos. “Yo he visto como atacaban a una persona de edad e intentaban atacar a unos niños que movían un cuervo muerto. Son muy listos y es muy difícil deshacerse de sus nidos, primero hay que ahuyentarlos con humo”, explica el director de una escuela de Kioto.
La basura en la calle
“Ahora, con la unificación de bolsas y el uso de redes, hay menos basura, pero tenemos a una mujer que les deja comida a los gatos salvajes y los cuervos lo saben y van a cogerla”, cuenta un líder vecinal. Un caso parecido es el de la gente que acaba alimentando a los cuervos aunque su intención sea dar de comer a las palomas o a los patos en algunos parques, a pesar de los letreros que advierten contra esta práctica.
En Japón todavía hay muchas zonas urbanas en que no se usan contenedores y la basura se recoge dos o tres días por semana. Los vecinos dejan las bolsas por la noche en un montón en la calle para que los basureros las recojan por la mañana, pero a veces cuando estos llegan ya han pasado los cuervos y han esparcido desperdicios por toda la calle. Hasta hace unos años las bolsas eran opacas, pero se introdujeron las translúcidas para inducir a la gente a hacer correctamente la selección de desechos y con ello se les facilitó el trabajo a los cuervos.
Además de atacar a los humanos y diseminar despojos, los cuervos causan problemas a las compañías de servicios. En los últimos dos años, en Tokio se produjeron unos 1.500 casos de cortes de cables de fibra óptica por parte de los cuervos, que al parecer usan este material en la elaboración de sus nidos. El incidente más espectacular causó la breve interrupción del servicio de tren de alta velocidad.
La presencia urbana de los cuervos también causa problemas a otros pájaros, por la competencia que suponen o porque destruyen sus nidos y se comen sus huevos. En Tokio, para proteger de los cuervos a una pequeña ave migratoria se ha iniciado un experimento en el que se están usando más de 10.000 abejas cerca del aeropuerto de Haneda. Los insectos, que tienden a atacar todo lo que sea negro, mantienen alejados a los cuervos.
Mito y mala imagen
A pesar de la mala imagen de este pájaro, un cuervo negro de tres patas sosteniendo una pelota ocupa el centro del escudo de la Federación Japonesa de Fútbol, y es que en la mitología japonesa el cuervo conocido como yatagarasu tiene el papel de mensajero de la diosa Amaterasu, la principal deidad del panteón sintoísta. Pero entre los japoneses de hoy en día casi todo el mundo parece odiarlos. “Tienen una voz detestable. Y sólo de verlos me parece que alguien se va a morir”, explica una mujer de mediana edad.

Guerra a las barrigas en Japón

El objetivo es combatir el síndrome metabólico
Todos los mayores de 40 años deberán medirse el abdomen
Un grupo de hombres come gyudon (arroz con carne) en un restaurante de Kioto. JJuste
“Estos últimos años, debido al cambio de los hábitos de los japoneses y al envejecimiento de la población, han aumentado enfermedades como la diabetes y otras relacionadas con el estilo de vida; se calcula que son las causantes de un tercio de las muertes. Cada persona puede prevenirlas mediante una dieta equilibrada y un ejercicio adecuado.”
Así es como el Ministerio de Salud, Trabajo y Seguridad Social de Japón presenta su campaña para concienciar a la población de la necesidad de prevenir el llamado Síndrome Metabólico, caracterizado por la conjunción de diversos factores de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes. El síntoma más llamativo del síndrome metabólico es la concentración de grasa en el abdomen, por lo que los japoneses, siempre rápidos en acuñar nuevos términos, ya han adoptado la voz metabo como sinónimo de persona con exceso de peso.
El ministerio se ha marcado el objetivo de reducir la parte de la población con sobrepeso en un 25% en los próximos siete años y calcula que hasta el año 2025 puede ahorrar 2 billones de yenes (12.000 millones de euros) en gasto sanitario. Más que la necesidad de controlar los gastos sanitarios de una población cada vez más envejecida, hay quien ve en esta nueva política una forma de hacer crecer el negocio sanitario calificando a una parte sustancial de la población como “medio enferma”. Según un reciente editorial del diario Asahi Shinbun, el programa “está diseñado más para satisfacer los intereses del ministerio que para mejorar la salud de la gente”.
Un país de gente delgada
De hecho, cualquier persona que haya visitado Japón puede sorprenderse de leer que su gobierno ha emprendido una campaña para combatir el exceso de peso. En este país hay gordos, por supuesto, pero la mayoría de la población presenta unas figuras que a los ojos de los occidentales parecen extremamente delgadas. Sin embargo, la falta de ejercicio, el aumento de las comidas fuera de casa y la ingesta generalizada de platos ricos en grasas han hecho crecer el número de personas que llevan una vida considerada poco sana.
“Los japoneses parecemos delgados, pero a veces la grasa no se ve, se acumula en las entrañas”, comenta en un restaurante una mujer de 35 años que, por su flacura, posiblemente no podría desfilar en pasarelas de moda como Cibeles. Su compañera de mesa, algo mayor pero igualmente delgada, celebra la campaña del gobierno: “Está bien que animen a la gente a hacer más ejercicio”, asevera mientras da cuenta de un voluminoso plato de fideos chinos.
La campaña del gobierno no sólo anima a la gente a moverse más sino que contiene medidas obligatorias. De momento los más de 50 millones de personas de entre 40 y 74 años deben someterse a la medición de su circunferencia abdominal. Si ésta supera los 85 centímetros en los hombres o los 90 en las mujeres, el siguiente paso será hacerse un análisis de sangre para detectar si existen niveles demasiado altos de azucares o grasas. En caso de que los haya, será necesario ponerse en manos de un especialista. El gobierno prevé incentivos económicos para las empresas que logren reducciones significativas de sus trabajadores afectados y penalizaciones para las que no las consigan.

Dudas médicas sobre el plan

Para Takashi Doi, médico de familia en Kioto, no está clara la efectividad del procedimiento escogido para detectar a las personas que sufren el síndrome. “Se quieren hacer reconocimientos generalizados a la población, pero con los criterios actuales una gran parte de la ciudadanía será diagnosticada con el síndrome”, afirma el doctor Doi, que adopta una actiud escéptica sobre la política del Ministerio: “Está bien que la gente tome conciencia del problema pero, en muchos casos, uno de los principales causantes del exceso de masa corporal es que la gente hace demasiadas horas extras y cena tarde, aunque tampoco se puede pedir a todo el mundo que no haga horas extras. Son dos problemas que están bajo la tutela del mismo ministerio, así que tal vez también deberían hacer algo para resolver esta contradicción”.

miércoles, julio 30, 2008

La 'Rambla' japonesa del buen vestir

28/7/2008 CRÓNICA DESDE TOKIO
A veces se compara la calle Omotesando de Tokio con los Campos Elíseos de París, sobre todo por la presencia de las grandes marcas internacionales de la moda del vestir. Sin embargo, por sus dimensiones y su inclinación, Omotesando se parece más a la Rambla de Barcelona que a la gran avenida parisina. Además, si el paseo barcelonés tiene su calle Portaferrissa, el tokiota cuenta con Takeshita-dori, una estrecha vía afluente con numerosos comercios de ropa y accesorios que van desde lo desenfadado a lo marginal.
Omotesando une la avenida Aoyama con el santuario sintoísta Meiji, el más importante de la capital. A ambos lados de la calzada, hay amplias aceras donde están plantados unos grandes zelkova que contribuyen a dar a esta parte de Tokio un aire de ciudad europea.

La zona en la que se encuentra Omotesando es conocida como Harajuku y se encuentra a diez minutos a pie de Shibuya, el barrio comercial y de entretenimiento donde se generan muchas de las modas juveniles, sobre todo femeninas, que luego se expanden por el resto de Japón y de Asia. En Shibuya casi todo es chillón, mientras que en Harajuku domina un diseño más sutil.

En menos de medio kilómetro, se suceden tiendas de grandes marcas de lujo, como Bottega Veneta, Loewe, Cristian Dior, Issey Miyake y Gucci, aunque también se encuentran empresas textiles más orientadas al gran consumo, como la española Zara y la americana Gap. Además, se mantienen en pie clásicos del comercio local, como el Oriental Bazar, donde se pueden comprar desde suvenires asequibles hasta caras antigüedades, y empresas de otros sectores, como la telefonía móvil, que aprovechan la gran concentración consumista para presentar sus últimos productos.

La necesidad de llamar la atención en un ambiente tan cuajado de diseño ha provocado la aparición de edificios espectaculares en la calle Omotesando, como el centro comercial TOD'S, de Toyo Ito, o las sedes de Louis Vuitton y Prada. Pero una de las obras que más han dado que hablar son las galerías Omotesando Hills, diseñadas por Tadao Ando y ubicadas en el lugar que ocupaba hasta el 2005 el complejo de apartamentos Dojunkai Aoyama, construido en 1927 segun el estilo de la Bauhaus alemana.

Aunque el nuevo edificio ha conservado una porción de los antiguos apartamentos, su construcción sirvió para reactivar el debate sobre el carácter perecedero de las construcciones y la necesidad de conservar muestras de la historia contemporánea de la ciudad. En Japón eso siempre finaliza con la piqueta dejando lugar a un nuevo edificio más resistente a los terremotos y más rentable para sus propietarios.

La incertidumbre por la situación económica y la subida del precio de los carburantes han hecho caer las ventas de ropa y accesorios de lujo en Japón, donde parecían contar con una clientela a prueba de crisis. Ahora son menos que hace unos meses los que se aventuran a entrar en las tiendas a dejarse buena parte del sueldo, pero la afluencia de peatones en la calle Omotesando no cesa, en especial los fines de semana.

jueves, julio 17, 2008

Más de mil años de desfiles contra la peste

Un yamaboko. JORDI Juste
Cada verano se celebra en Kioto el Gion Matsuri, la gran fiesta de la ciudad. Desde el día 1 hasta el 31 de julio hay actos relacionados con el sintoísmo, la religión ancestral de Japón, pero es ahora, a mediados de mes, cuando más gente participa, y hoy es el día grande. Durante los días anteriores, en algunas calles del centro se han instalado numerosos puestos de comida y bebida a los que cientos de miles de personas acuden al atardecer, muchas vestidas con yukata (quimono de algodón para el verano), a pasear y a ver los yamaboko, auténticos protagonistas de la fiesta. Se trata de unas enormes carrozas de madera, de más de 20 metros de altura y 12 toneladas de peso, con sofisticados trabajos de tapicería y marquetería, en las que montan músicos que tocan el ritmo conocido como Gion-bayashi.
Hoy los yamaboko desfilan por el centro de la ciudad arrastrados por los miembros de las diferentes cofradías, que han pasado parte del año preparándose para la ocasión. El orden se decide por sorteo y en la carroza de cabeza, la Naginataboko, viaja el chigo, un niño elegido por los mercaderes de la ciudad que se encarga de abrir la ceremonia cortando de un solo golpe de catana una cuerda sagrada. El chigo viste ropas ceremoniales sintoístas y debe seguir durante semanas diversos ritos de purificación y evitar influencias consideradas contaminantes, como el contacto con el suelo o la presencia de mujeres. Algunas de estas costumbres tienen ya más de mil años.
En el 869 de nuestra era, Heian Kyo (la actual Kioto) sufría el azote de la peste. La corte se había trasladado desde Nara menos de un siglo antes, convirtiendo la ciudad en el principal núcleo de poder del país. La población había crecido rápidamente y sufría del mismo modo los estragos de la enfermedad, atribuida al dios Gozu Tenno, que en la época era el habitual sospechoso de causar los desastres que frenaban periódicamente la explosión demográfica. Para contrarrestar su poder, el emperador ordenó rezar a Susanoo-no-Mikoto, el dios del santuario de Yasaka, en Gion. Una de las formas elegidas de honrarle fue la construcción de 66 picas representando cada una de las provincias del país.
La práctica se hizo costumbre y se convirtió en la base del Gion Matsuri, y esas simples estructuras se fueron transformando en los yamaboko actuales, que conservan como elemento central unos largos palos que representan las antiguas lanzas. En la actualidad desfilan nueve grandes carrozas, llamadas hoko, acompañadas de 23 más pequeñas, conocidas como yama. Uno de los grandes atractivos de la fiesta es ver la habilidad de las cofradías para hacer girar estos enormes vehículos en las diferentes curvas del recorrido.
Kioto es hoy una ciudad de más de un millón de habitantes, con prestigiosas universidades y empresas de tecnología punta capaces de producir los recursos necesarios para luchar contra las enfermedades del siglo XXI sin necesidad de rogativas. Pero cada año cientos de miles de personas participan en rituales que tienen más de 10 siglos de antigüedad y que sirven para recordar que, en cuanto a tradiciones, Kioto sigue siendo la capital de Japón.

Un festín para olvidarse del hambre


Los líderes del G-8 disfrutaron de una comilona tras hablar del hambre en África
La opípara cena se preparó con ingredientes del país
Lunes 7 de julio, Tanabata, el romántico día en que, según la leyenda china, las estrellas Vega y Altaïr, condenadas a vivir separadas durante todo el año, se permiten cruzar la vía láctea para pasar unas horas juntas. En Japón es tradición colgar tiras de papeles de color con deseos escritos en ramas de bambú que se sitúan en muchos lugares públicos.
En un lujoso hotel, a orillas del lago Toya, en Hokkaido, la gran isla del norte de Japón, siguiendo el ejemplo de su anfitrión, el primer ministro japonés Yasuo Fukuda, los políticos más poderosos de la tierra anudan a un arbusto sus buenas voluntades. El presidente de Estados Unidos, George Bush, escribe: “Deseo un mundo libre de tiranía: de la tiranía del hambre y la enfermedad.”
Poco antes, los líderes de los países más industrializados de la tierra y Rusia se han reunido con un grupo de invitados africanos que les han reclamado acciones inmediatas para frenar la escalada de los precios de la energía y los alimentos, que están amenazando de hambre a millones de personas en sus países. Los mandatarios ricos los han obsequiado con buenas palabras y se han comprometido a ofrecer ayudas que en muchos casos beneficiarán a sus propias industrias.
Cumplidos los rituales de las buenas palabras, Fukuda, Bush, Merkel, Brown, Sarkozy, Harper, Berlusconi, Medevedev y Durao Barroso, acompañados algunos de ellos de sus cónyuges, se disponen a disfrutar de una opípara cena de 19 platos preparada con excelentes ingredientes de la región: sopa de marisco, bocadillos de salmón ahumado y erizo de mar, cordero lechal con trufas, ternera con algas o rollitos de anguila son algunos de los manjares que les han preparado los cocineros del hotel Windsor, sede de la cumbre, dirigidos por Katsuhiro Nakamura, de 64 años, que en 1979 se convirtió en el primer japonés en obtener una estrella Michelin cuando estaba al frente de la cocina del restaurante Le Bourddonnais, en París.
Mientras nos disponemos a escribir la crónica del día, el informativo de la NHK, la televisión pública japonesa, nos ofrece un extenso reportaje sobre los preparativos del banquete. Una sonriente presentadora nos muestra, desde algún lugar cercano al hotel, algunos de los productos que se están usando en la cocina. “Los chefs del hotel se han pasado más de medio año escogiendo cuidadosamente todos estos ingredientes”, dice con admiración, mientras muestra un gran centollo y un reluciente manojo de espárragos.
El reportaje nos enseña unos corderitos blancos, como los que se van a zampar Fukuda y sus colegas, brincando por un monte de Hokkaido. También nos ofrece imágenes de pescadores recogiendo erizos antes de pasar a la cocina, donde los cocineros están usando estos ingredientes para preparar las exquisiteces que se van a servir durante la cumbre.
“Vamos a hacer disfrutar a todos con unos platos en que hemos usado ingredientes seguros. Productos de calidad japoneses, por supuesto de Hokkaido, seleccionados con cuidado para esta ocasión que tenemos de mostrarlos”, declara el chef Nakamura.
Mientras en Gran Bretaña todavía resuenan las palabras del primer ministro británico instando a sus conciudanos a no malgastar la comida mientras el mundo vive una situación de carestía, Gordon Brown y sus compañeros del G-8 se disponen a sentarse a la mesa para degustar la cena.
En los alrededores del hotel, la periodista japonesa prosigue su emocionada presentación de los productos de la tierra: “Con estos platos, que extraen el máximo sabor de los ingredientes, se da una extraordinaria oportunidad de promocionar el encanto de los abundantes alimentos de Hokkaido. ¿Cómo los degustarán los líderes? En unos momentos la comida de la cena de gala estará frente a ellos”.


Las economías emergentes plantan cara al G-8

Piden que los ricos lideren la reducción de emisiones
Bush se va de Hokkaido satisfecho por la falta de medidas concretas
El último día de la cumbre del G-8 en el lago Toya (Hokkaido, norte de Japón) fue el de la foto de los países ricos con las cinco grandes economías emergentes (India, China, Brasil, México y Suráfrica) para mostrar el deseo común de reducir las emisiones de CO2 a la mitad hasta el año 2050, de acuerdo con la declaración de intenciones hecha el día anterior por los miembros del exclusivo grupo.
“Apoyamos la visión común para una actuación cooperativa a largo plazo, incluyendo un objetivo global para la reducción a largo plazo de las emisiones que asegure el crecimiento, la prosperidad y otros aspectos del desarrollo sostenible, incluyendo esfuerzos importantes hacia un consumo y una producción sostenibles, todo ello dirigido a conseguir una sociedad de bajo consumo de carbón”, afirma el comunicado de la Cumbre de Grandes Economías sobre Seguridad Energética y Cambio Climático.
A pesar de esta grandilocuente declaración, fruto sin duda de la buena disposición de los invitados (que también incluían a Indonesia, Corea del Sur y Australia), para no desairar a su anfitrión japonés no fue posible ocultar el desacuerdo básico existente entre los ricos y los que aspiran a serlo sobre quién debe asumir la mayor responsabilidad para solucionar el problema del calentamiento atmosférico. Antes de la gran reunión de ayer, el grupo de los cinco, integrado por los presidentes de México, Brasil, China y Suráfrica y por el primer ministro de India, dejó clara su postura al pedir que los países desarrollados lideren el proceso con objetivos concretos a medio plazo.
“Creo que hemos logrado grandes resultados”, declaró ayer el anfitrión de la cumbre, el primer ministro de Japón, Yasuo Fukuda. A pesar de la voluntad de Fukuda de presentar como un éxito la cumbre de Hokkaido, la reunión en el lago Toya será posiblemente recordada como la de las grandes palabras vacías, con el mundo preocupado por el encarecimiento de los alimentos y la energía y por la falta de acción contra el cambio climático, mientras los líderes hacían una vez más muestra de su falta de tacto malgastando enormes cantidades de recursos en transporte, seguridad, alojamiento y comida mientras pedían a los ciudadanos del mundo que se preparen para hacer grandes sacrificios.
Entre los que pueden volver a casa más satisfechos por los resultados de la reunión está el presidente de Estados Unidos George Bush, impulsor de la Cumbre de Grandes Economías y considerado por muchos el principal responsable político de los grandes problemas económicos que afectan al mundo. “Para solucionar el problema del cambio climático todas las grandes economías tienen que estar en la mesa, y eso es lo que ha sucedido hoy”, declaró el mandatario estadounidense, que parece haber acudido a Japón con la firme voluntad de que no se lograra ningún acuerdo multilateral concreto. Bush aprovechó su viaje a Japón para avanzar con el primer ministro de la India en la consecución de un acuerdo bilateral sobre uso civil de la energía nuclear.

El G-8 dice que quiere reducir a la mitad las emisiones de CO2 en 2050

Los ocho piden la cooperación de India y China
El precio del petróleo y los alimentos también preocupan en Hokkaido
Los líderes de los siete países más industrializados del mundo y Rusia acordaron ayer en el lago Toya (Hokkaido, norte de Japón) un compromiso para reducir las emisiones de CO2 a la mitad hasta el año 2050 y tomando como base el nivel actual. Sin embargo, por el momento el acuerdo no es más que una declaración de intenciones por parte de unos líderes en algunos casos (Bush, Brown, Fukuda) cuestionados en sus propios países y que en gran parte no vivirán para ver si el compromiso se cumple. “Este es un reto global y sólo se puede afrontar con una respuesta global, en concreto por parte de las grandes economías”, dice el comunicado hecho público ayer.
El texto habla de las Naciones Unidos como el marco para concretar los objetivos a corto y medio plazo. “Tenemos que construir un marco en el que todos los países puedan participar. El G-8 ha dado el primer paso y tenemos que estar juntos para hacer que los países en vías de desarrollo y los países emergentes se nos unan”, declaró ayer el primer ministro de Japón, Yasuo Fukuda.
La referencia a la ONU parece un alegato en favor del multilateralismo, pero es sobre todo la consecuencia de la incapacidad de llegar a un acuerdo para implementar medidas concretas y a la voluntad de Estados Unidos de obligar a China e India a reducir sus emisiones. “Siempre he defendido que debe haber un entendimiento común y que eso comienza por poner un objetivo. Y también soy suficientemente realista para decir que si China e India no comparten esa misma aspiración, no vamos a resolver el problema”, explicó George Bush el pasado domingo, antes de comenzar la cumbre de Hokkaido.
La declaración del G-8 incluye elementos de compromiso entre la posición americana de responsabilizar a los países emergentes y la postura de los que desan que los países ya desarrollados den ejemplo comprometiéndose primero y en un grado superior. “Reconocemos que las economías más desarrolladas difieren de las economías en desarrollo, por lo que pondremos en marcha objetivos ambiciosos a medio plazo para conseguir reducciones absolutas de emisiones y, cuando sea posible, paralizar el aumento de las emisiones según las circunstancias de cada país”, dice el comunicado.
Preocupación por la economía
Igual de ambiguas son las referencias del G-8 a la economía, en concreto a la preocupación por los precios de los alimentos y la energía. “Estamos profundamente preocupados por que el súbito aumento del precio de los alimentos, acompañado de problemas de disponibilidad en algunos países en vías de desarrollo, está amenazando la segruidad alimentaria global”, dice la declaración conjunta.
Los ocho líderes, que hoy se reunirán con los mandatarios de otros países como India y China, se muestran de acuerdo en la necesidad de combatir las presiones inflacionistas causadas por el alza del precio del petróleo. Para conseguirlo proponen una serie de medidas que parecen sacadas de un manual de sentido de común: aumentar las inversiones en producción y capacidad de refinado, mejorar la eficiencia energética, promover fuentes de energía alternativas y desarrollar nuevas tecnologías.

África y el precio de los alimentos acaparan la atención en Hokkaido

El G-8 se reune con 7 países africanos para tratar los problemas del continente
Múltiples reuniones bilaterales y una cena para estrechar lazos
La primera jornada de la cumbre del G-8 en el lago Toya, a unos 100 kilómetros de Sapporo, sirvió ayer para que los miembros de este exclusivo grupo se reunieran con los líderes de siete países africanos invitados. En la agenda estaba el compromiso de los países ricos para hacer posible que se cumplan los planes de desarrollo fijados por la ONU para combatir la pobreza y el hambre en África.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, urgió a los países ricos a respetar sus compromisos: “Cuando se trata del cambio climático… y de la crisis global de los alimentos, estas campañas deberían ser lideradas por los países industrializados. Ellos tienen la capacidad, tienen los recursos, y espero que los líderes muestren su voluntad política.
Por su parte, el primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, hizo votos para que el grupo muestre su unidad para hacer frente a los grandes problemas del momento. “Espero que esta cumbre del G-8, que tiene lugar con una gran cantidad de temas, como la economía mundial, el calentamiento global y los progresos para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio, manden un mensaje claro de que nosotros, como G-8, actuaremos juntos”, declaró ayer el anfitirón del encuentro.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos hizo referencia a la necesidad de medidas concretas para ayudar a África. “Me preocupa que la gente pase hambre. Seremos muy constructivos en el diálogo sobre el medio ambiente, pero hoy hay mucho sufrimiento en el continente africano. Ahora es el momento de que los países confortables se levanten y hagan algo”, declaró Bush.
Los representantes de Argelia, Etiopía, Ghana, Nigeria, Senegal y Suráfrica están en Japón en busca de algo más que buenas palabras. Ayer el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, anunció que la UE aportará mil millones de euros suplementarios en ayuda para comprar fertilizantes y semillas para los agricultores de los países pobres.
Sin embargo, los países africanos, además de ayudas al desarrollo de su infraestructura agrícola, reclaman una solución a corto plazo al alza de los precios de los alimentos, consecuencia en gran parte de la desviación de producción agrícola hacia el bioetanol, combustible obtenido de diversas plantas como el maiz.
Además de asistir a la reunión para tratar los problemas de África, los líderes del G-8 realizaron numerosas reuniones bilaterales para eliminar las diferencias que parecen existir todavía para alcanzar acuerdos que se reflejen en la declaración conjunta. El resultado de la cumbre, a la que también están invitados otros países como China, la India o Brasil debería servir para calmar las incertidumbres que amenazan a la economía global.

Japón sigue insistiendo en la necesidad de mantener el medio ambiente como elemento central de la acción conjunta de la comunidad internacional. El país anfitrión desea que se fijen objetivos concretos para la reducción de emisiones de CO2. En esta postura cuenta con el apoyo de la Comisión Europea, representada en el lago Toya por su presidente.
“Si en esta cumbre de Hokkaido conseguimos un comromiso a largo plazo para reducir en un 50% las emisiones hasta el 2050, y en el principio de un objetivo a medio plazo, creo que podremos hablar de un éxito”, declaró ayer Durao Barroso.
Al respecto, Estados Unidos, que presiona a favor de un mayor apoyo a la energía nuclear como solución para reducir las emisiones de CO2 y la dependencia del petróleo, pasa parte de la responsabilidad del problema a las dos economías emergentes de Asia: “Siempre he defendido que debe haber un entendimiento común y que eso comienza por poner un objetivo. Y también soy suficientemente realista para decir que si China y India no comparten esa misma aspiración, no vamos a resolver el problema”, explicó George Bush en Hokkaido.

viernes, julio 11, 2008

Japón consolida como tradición no llevar corbata en verano


• Los dos sucesores del exprimer ministro Koizumi, impulsor de la idea, la han mantenido
Dejar la corbata en el armario para poder así, con una vestimenta más informal, subir la temperatura en el lugar de trabajo y ahorrar con ello energía es una solución aún muy nueva en España (se estrenó tímidamente en el 2007 y ha cogido vuelo esta semana por la decisión de un ministro de predicar con el ejemplo). Pero en Japón, con solo cuatro años de historia, es ya una sólida tradición. Este es el cuarto verano en el que los japoneses, bajo el paraguas de una campaña conocida como cool bizz (en traducción libre, negocios a la última moda), trabajan en mangas de camisa y con los termostatos de las oficinas a 28 grados, según la recomendación oficial.
El padre del cool bizz fue, en el verano del 2005, el Ministerio de Medio Ambiente. Pretendía poner así un pequeño grano de arena a los compromisos medioambientales del protocolo de Kioto, pero la iniciativa adquirió pronto fama internacional por el respaldo personal que le brin-dó el entonces primer ministro Junichiro Koizumi, político de magné-tico carisma, al que de inmediato comenzaron a imitar sus compatriotas. De hasta qué punto Koizumi sentó las bases de una tradición da fe el hecho de que sus dos sucesores en el cargo, Shinzo Abe, primero, y el actual primer ministro, Yasuo Fukuda, han mantenido la medida.
Al parecer, una de las claves del éxito fue la inteligencia de Koizumi de dirigirse a las mujeres y presentarlas como víctimas de la corbata. "Las mujeres no llevan corbata y en general visten de forma más ligera que los hombres. Muchas tienen que pensar muy bien cada día qué se van a poner para no coger un resfriado en el tren o en el lugar de trabajo", explicó. Así, ya el primer verano más de un tercio de las oficinas japonesas ajustaron sus termostatos a una temperatura superior a la habitual. Se calcula que con ello se redujeron, durante el verano del 2005, en casi medio millón de toneladas las emisiones de CO2.
RETICENCIAS
La campaña cool bizz, sin embargo, no agradó a todo el mundo. Los fabricantes de corbatas vieron reducir las ventas el 10%, pero las tiendas especializadas en ropa para hombre se lanzaron a anunciar conjuntos ideales para ir a trabajar bien vestido sin corbata, con lo que lograron aumentar su negocio en más del 2%. Fueron los funcionarios los que más rápido se adaptaron al cambio. En el sector privado, sin embargo, el éxito dependió más de la actitud de los directivos.

domingo, julio 06, 2008

Genji cumple 1.000 años

Estatua de Murasaki Shikibu y cartel de la exposición Genji Monogatari Sen-nen Kinen. JJuste
Hace diez siglos, en la corte imperial, en Kioto, una noble que firmaba como Murasaki Shikibu escribía para las mujeres de su misma clase el libro que más ha marcado la cultura japonesa hasta nuestros días, Genji monogatari (que se puede traducir como “romance”, “cuento” o “historia” de Genji). Se trata del relato ficticio de la vida del príncipe Hikaru Genji, centrado en sus amores y desamores en la refinada corte de la era Heian (794-1185).
Muchas lenguas tienen su gran obra o su autor cumbre, como el Tirant, el Quijote o Shakespeare, que se han convertido en el canon de su literatura. Es también el caso de Genji Monogatari en la literatura japonesa, pero su importancia va más allá de las letras, es el gran referente estético clásico de Japón. Este año se celebra el milenio del nacimiento literario de Genji y se ha programado una gran cantidad de actos dedicados en su honor, especialmente en Kioto y sus alrededores, escenario de su vida.
Entre los eventos más pintorescos está la representación en forma de danza de diversos episodios de la vida de Genji por parte de las geisas de Gion. También se han organizado actividades para rememorar pasatiempos que aparecen en la obra, como un festival para contemplar la luna en Kobe. Pero quizás el acto más importante sea la gran exposición “Genji Monogatari Sen-nen Kinen” (El Milenio de la Historia de Genji), presentada en el Museo de Kioto. La muestra ha servido para repasar tanto la vida del Genji del relato como la de su autora en la corte imperial y la del propio libro durante sus mil años de existencia.
Una de las características fundamentales del libro es que no se conserva su original y existen numerosas versiones. La más antigua que se conserva es la copia dirigida por Teika Fujiwara cerca de doscientos años después de la fecha en la que se calcula que Murasaki Shikibu lo empezó a escribir. Se cree que las reproducciones a mano se multiplicaron desde sus primeros días, así como las versiones con ilustraciones y las obras gráficas basadas en episodios de la vida de Genji.
La llegada de la imprenta supuso la fijación de la obra, pero sólo hasta cierto punto, ya que la dificultad del lenguaje en el que está escrita ha provocado que hasta nuestros días se sucedan las adaptaciones. Entre las más célebres del siglo XX se cuenta la de Junichiro Tanizaki, el autor de El elogio de la sombra o Las hermanas Makioka. La versión más popular de nuestros días, con más de dos millones de copias vendidas, es la que terminó en 1998 Jakucho Setouchi, una escritora de vida agitada, convertida en monja budista y, posteriormente, en uno de los autores de mayor éxito de Japón, gracias en gran parte a sus apariciones en los medios de comunicación.
Mil años después de que comenzara a escribir su relato, se discute sobre si se puede considerar a Murasaki Shikibu la primera novelista del mundo, ya que muchos expertos dudan de que su obra pueda ser catalogada como tal. De lo que parece que no hay duda es de que es una de las primeras muestras de literatura femenina, en el doble sentido de estar escrita por una mujer y para mujeres, y una pieza imprescindible para comprender la estética japonesa.

miércoles, junio 25, 2008

Japón debate la necesidad de que sus niños tengan móvil

25/6/2008 POLÉMICA POR EL USO ABUSIVO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS EN JAPÓN

Unas niñas de primaria usan el móvil en un tren. JJuste

Aumenta el número de crímenes relacionados con su uso
Los padres lo ven como un instrumento para la seguridad
“No puedo pensar en una buena razón para dejar que los niños tengan teléfono. Me gustaría que todo el mundo se plateara si los móviles son realmente necesarios”, afirmó recientemente el primer ministro, Yasuo Fukuda, en relación con el incremento de crímenes con víctimas infantiles relacionados con los móviles. A pesar de la seriedad del problema, las declaraciones sorprenden por venir del jefe de un gobierno que dice querer implantar una sociedad en que todo el mundo pueda estar conectado a la red telemática a cualquier hora y desde cualquier lugar. Además, parecen llegar un poco tarde ya queel 96% de alumnos japoneses de bachillerato, el 58% de secundaria y el 31% de primaria ya tienen móvil.
Según los datos oficiales, el número de delitos relacionados con el uso de los teléfonos móviles por parte de los niños japoneses supera ya los 1.000 por año e incluye casos de distribución de pornografía, prostitución y hasta 43 violaciones después de citas concertadas en sitios de internet accesibles desde el móvil. Además, tambien han aumentado las páginas conocidas como gakko ura saito (o sitio trasero de la escuela), en que los niños a veces dedican crueles comentarios anónimos dedicados tanto a sus profesores como a sus compañeros.
El gran índice de penetración del teléfono entre los niños se debe a que los padres lo ven sobre todo como un instrumento casi imprescdindible para la seguridad. “Mi hija tiene teléfono desde cuarto de primaria y eso me permite estar más tranquila cuando estoy trabajando, porque puedo saber dónde está. La mayoría de sus amigas también tienen, sobre todo las que sus padres trabajan. No creo que sea necesario implantar restricciones, es suficiente con explicar bien a los niños cuáles son los peligros de los móviles”, explica Eri, madre de una niña de quinto de primaria.
El trabajo de los padres fuera de casa también parece ser la razón principal por la que a Toki, de 12 años, le compraron un móvil hace dos meses: “Normalmente, cuando llego a casa no hay nadie y muchas veces tengo que llamar a mi madre para saber qué tengo que preparar para comer. Aunque también lo uso para quedar con los amigos y para escuchar música. Y si voy a jugar hasta tarde, a veces mi madre me llama para decirme que ya tengo que volver”.
La opinión del primer ministro ha venido seguida de la presentación de un programa para conscienciar a padres y escuelas de la necesidad de limitar el uso de los móviles. “En Japón los móviles se han convertido en un juguete caro. Los padres japoneses están dando teléfonos a sus hijos sin pensar suficientemente”, explicó el experto Masaharu Kuba, durante la presentación de las recomendaciones.
La mayoría de niños japoneses acuden a las escuelas públicas de su barrio, es decir a poca distancia de sus domicilios, pero los que van a escuelas privadas a menudo lo hacen en lugares alejados y acuden usando los transportes públicos. Por eso es muy normal ver a niños de menos de diez años viajando en el metro o en el tren sin estar acompañados por adultos. Además, entre los que siguen en la escuela pública también hay muchos que por la noche y los fines de semana tienen actividades extraescolares o van a los juku, las escuelas de repaso para prepararse mejor para pasar los exámenes de ingreso a escuelas de élite. Para todos ellos el móvil es una forma de estar en contacto con la familia.
Es el caso de Taisei, de 12 años a quién sus padres le compraron el móvil hace un año para que pudiera ir solo en metro al entreno de fútbol. Su madre defiende la necesidad del teléfono, pero es partidaria de las restricciones públicas y familiares: “Me parecería bien que el filtraje de algunas páginas, para que no puedan acceder los niños, fuera obligatorio. A mi hijo mayor, que ahora tiene 17 años, nosotros se lo pusimos hasta que entró en bachillerato. Y es cierto que algunos niños abusan. Por ejemplo, según Taisei, hay compañeros que por la noche están despiertos hasta muy tarde mandando mensajes. Nosotros pusimos la norma de que el teléfono en casa hay que dejarlo siempre en el recibidor. Además hemos puesto un límite de horario y de cantidad de uso”.

viernes, junio 20, 2008

Un fuerte terremoto causa seis muertos en Japón

15/6/2008 LA SACUDIDA ATEMORIZA EL NORTE DEL PAÍS
• El seísmo, de 7,2 grados de intensidad, provocó numerosos corrimientos de tierras
• El temblor provocó una pequeña fuga radiactiva sin riesgo para la población
Un terremoto de una intensidad de 7,2 en la escala de Richter sacudió ayer el norte de Honshu, la isla principal de Japón, causando por lo menos seis muertos, 11 desaparecidos y unos 200 heridos, además de cuantiosos daños materiales. Durante todo el día se produjeron múltiples réplicas y el Gobierno alertó de la posibilidad de que se sigan sucediendo durante toda la próxima semana.
El epicentro del seísmo se situó en Kurihara, en la provincia de Miyagi, a unos 400 kilómetros al norte de Tokio, y afectó sobre todo a aquella ciudad y a las vecinas Iwate y Akita. Las tres provincias son muy montañosas, por lo que el temblor causó numerosos corrimientos de tierras y la ruptura de varios puentes que dejaron miles de hogares incomunicados o privados de electricidad.A pesar de que el Ejército y los bomberos desplazaron inmediatamente helicópteros a la zona, ayer por la noche todavía quedaban unas 200 personas incomunicadas. "La prioridad número uno es salvar vidas", declaró el primer ministro japonés Yasuo Fukuda antes de ordenar al Ejército que enviara refuerzos a la zona.
"Estaba al volante de mi coche cuando ocurrió el seísmo", explicó Makoto Katsurashima, de 72 años. "Me quedé pálido cuando vi la carretera desaparecer bajo mis ojos, a varios metros delante de mí", añadió.
ATRAPADOS
Entre las víctimas se encuentran tres obreros de la construcción que quedaron atrapados por un corrimiento en Kurihara. Dos de ellos pudieron ser rescatados pero después se informó de que habían muerto. El tercero está aún desaparecido. Otro trabajador murió por un desprendimiento de rocas en el lugar donde se está construyendo una presa, en Oshu, en la prefectura de Iwate.Otro corrimiento sepultó un autobús escolar con 20 personas, también en Oshu, pero todos pudieron ser rescatados. Seis de los niños y un maestro resultaron heridos.
Las compañías eléctricas informaron de que las diversas centrales nucleares de la zona seguían operando con total normalidad, aunque.se produjo un incidente menor: en el centro de almacenamiento de una central hubo una pequeña fuga de agua radiactiva que no ocasionó ningún peligro para la población.
REACCIÓN RÁPIDA
Japón se encuentra en una zona de gran actividad sísmica, por lo que los terremotos son algo frecuente y las medidas de reacción son rápidas y casi auto-máticas. Los canales de televisión suspenden casi inmediatamente sus programaciones para dar información útil y los equipos de rescate repartidos por todo el territorio se movilizan muy rápidamente.
En esta ocasión el temblor se produce poco después del gran terremoto de Sichuan, en China, que se ha seguido en Japón con un interés inusual, tratándose de un acontecimiento ocurrido en el extranjero, por lo que la reacción ante el terremoto de ayer fue, si cabe, más sensible que de costumbre.

jueves, junio 19, 2008

Japón ejecuta a su Hannibal Lecter

Tsutomu Miyazaki asesinó a cuatro niñas hace 20 años
“El asesino otaku” se comió partes de sus víctimas
El asesino durante una reconstrucción de los hechos en una imagen tomada de la televisión Asahi.
Jordi Juste
Tsutomu Miyazaki, de 45 años, fue ejecutado ayer en la horca por el asesinato hace veinte años de cuatro niñas de entre 4 y 7 años en los alrededores de Tokio. Ayer también se ahorcó a dos presos más condenados por asesinato, con lo que Japón lleva ya ejecutadas a diez personas en lo que va de año y se calcula que unas 100 más esperan la misma suerte.
Japón tiene uno de los índices de criminalidad más bajos del mundo, pero periódicamente se producen casos de asesinatos espectaculares o especialmente crueles que reciben una gran atención informativa. Hace sólo una semana un joven mató a siete personas en el centro de Tokio, primero arrollando a varias con un camión en una zona peatonal y luego apuñalando indiscriminadamente a cuantas encontró en su camino.
Detalles macabros
Hace dos décadas, el caso de Miyazaki conmovió a los japoneses, especialmente cuando supieron que había abusado sexualmente de los cadáveres, los había mutilado y se había comido algunas partes. Antes de ser arrestado, el asesino había mandado diversos mensajes a las familias de las niñas relatando sus muertes y en un caso mandó las cenizas de una de ellas.
La noticia de que Miyazaki guardaba una colección de más de cinco mil vídeos pornográficos y de terror le valió el apelativo de “El asesino otaku” (en referencia a los jóvenes que viven obsesionados por los manga) y abrió un debate sobre si el porno y los cómics podían estar creando una generación de japoneses insensibles al dolor ajeno.
Miyazaki fue arrestado en julio de 1989 después de ser atacado por el padre de una niña de la que estaba abusando en un parque. Al parecer confesó rápidamente los asesinatos y en ningún momento perdió la calma, aunque posteriormente explicó que cuando las niñas a las que había secuestrado lloraban aparecía un “hombre rata” que era quien las mataba.
En los años que duraron su juicio y las apelaciones de su condena no mostró nunca ninguna muestra de arrepentimiento por sus acciones, pero en varias ocasiones declaró sentirse como en medio de un sueño. Diversos forenses certificaron durante el proceso que Miyazaki sufría esquizofrenia, a pesar de lo cual los jueces lo consideraron responsable de sus acciones. “Los atroces asesinatos de cuatro niñas para satisfacer sus deseos sexuales no dejan espacio para la indulgencia”, dijo en 2006 Tokiyasu Fujita, magistrado del Tribunal Supremo, en la confirmación de la condena.
Ejecuciones sin aviso
En Japón las ejecuciones se hacen públicas a posteriori y se producen siempre por ahorcamiento. El propio ajusticiado es informado de que va a morir la misma mañana de su último día de vida y a sus familiares y representantes legales sólo se les comunica cuando ya es un hecho.
Según la ley, las ejecuciones se deben llevar a cabo, tras la orden del Ministro de Justicia, en el transcurso de medio año desde que la condena a morir es confirmada por el Tribunal Supremo. Sin embargo, hasta hace poco la media de espera en el corredor de la muerte era de más de ocho años.
Con el nombramiento de Kunio Hatoyama como ministro se ha producido una aceleración de las ejecuciones y Hatoyama ya se ha convertido en el ministro que más ha ordenado, exactamente trece desde que asumiera el cargo hace diez meses.
“Estamos llevando a cabo las ejecuciones después de escoger personas a las que podemos ejecutar con un sentimiento de confianza y reponsabilidad”, declaró ayer Hatoyama.
Por su parte, el primer ministro, Yasuo Fukuda, se mostró partidario de seguir con la actual política. “En Japón, la opinión mayoritaria es hay que mantener la pena capital, así que no veo ninguna necesidad de cambiar lo que hemos venido haciendo hasta ahora”, declaró Fukuda.
A pesar de que es cierto que la mayoría de japoneses no se oponen a la pena de muerte, el debate sobre su utilidad y la forma de llevarla a cabo se va haciendo cada vez más presente en los medios de comunicación. Ayer mismo, Ichiro Furutachi, presentador del informativo de mayor audiencia de la televisión japonesa, se preguntaba si era casualidad que cada vez que se produce un crimen que conmociona a Japón al cabo de unos días se autoriza una serie de ejecuciones.

El G-8 alerta sobre la inflación

Jordi Juste
Los ministros de economía del Grupo de los Ocho (formado por Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá, Italia y Rusia) cerraron ayer en Osaka dos días de reuniones con un comunicado conjunto en que expresan su preocupación por el precio de las materias primas, especialmente del petróleo y los alimentos.
“Los altos precios de las materias primas, especialmente del petróleo y de los alimentos, suponen un reto al crecimiento mundial estable, tienen graves implicaciones para los más débiles y pueden incrementar las presiones inflacionarias globales. Esta condiciones hacen nuestra elección de medidas políticas más complicada. Nos mantendremos vigilantes y tomaremos accciones apropiadas, individual y colectivamente, para asegurar la estabilidad y el crecimiento en nuestras economías y globalmente”, dice el anuncio.
A pesar de esta aparentente voluntad de reaccionar conjuntamente a la crisis, en las declaraciones posteriores a la presentación de los resultados de la cumbre se apreciaron sensibles diferencias entre los participantes en cuanto a la interpretacón de sus motivos.
El Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, destacó que estamos ante un problema de falta de acuerdo entre una gran demanda y una oferta insuficiente, y alertó de que “esto no es algo que se preste a soluciones a corto plazo”.
Por su parte, el Canciller británico, Alistair Darling, puso el acento en el hecho de que los ministros expresaran la necesidad de interpelar al Fondo Monetario Internacional y a la Agencia Internacional de la Energia sobre los factores financieros que se encuentran detrás de la crisis. “Hay visiones diferentes sobre los efectos que la especulación está teniendo sobre los precios”, aceptó Darling. A pesar de estas palabras, ningún país abogó durante la cumbre por medidas concretas contra la especualción.
La importancia del tipo de cambio
En los días anteriores a la reunión de Osaka, el ministro de economía de Japón, Fukushiro Nukaga, apuntó hacia el tipo de cambio de las principales divisas como uno de los motivos detrás de la actual crisis energética. Nukaga admitió haber hablado del tema con su homólogo estadounidense, aunque sin especificar los detalles de las dicusiones. Para muchos expertos, la debilidad del dólar ha contribuido a acelerar la escalada del precio del petróleo al empujar hacia las materias primas gran cantidad de capitales que antes se refugiaban en la divisa norteamericana.
Ayer, el ministro de economía japonés habló ante los medios de comunicación de la importancia de haber podido alcanzar una interpretación común de la crisis. “Hemos conseguido formular una comprensión común que será importante para alcanzar un crecimiento estable de la economía mundial”, explicó el anfitrión del encuentro, que sirvió para preparar la cumbre de jefes de estado y de gobierno que tendrá lugar del 7 al 9 de julio a orillas del lago Toya, en Hokkaido (norte de Japón).

Fondos de Inversión para el Clima
Una de las pocas acciones concretas visibles del G-8 en la cumbre de Osaka ha sido la presentación de unos fondos financieros diseñados para ayudar a los países en vías de desarrollo a luchar contra el cambio climático provocado por el calentamiento atmosférico.
“Nosotros, los ministros de finanzas del G8, damos la bienvenida y apoyamos el lanzamiento de los Fondos de Inversión sobre el Clima, incluido el Fondo de Tecnología Limpia y el Fondo Estratégico del Clima. Estamos comprometidos con la ayuda a los países en desarrollo para hacer frente a los retos del cambio climático de manera consistente con las necesidades de desarrollo de su población”, establece el comunicado de la cumbre.
“Estos fondos ofrecen una oportunidad para actuar sobre el cambio ahora. Son un paso concreto adelante para afrontar el reto del cambio climático global”, declaró el presidente del banco Mundial, Robert Zoellick, durante su presentación.
Por el momento Estados Unidos ha anunciado que aportará unos 1.500 millones de euros, el Reino Unido mil millones y Japón 800 a esta iniciativa, que se presenta como una medida provisional hasta que esté en acción la nueva política multilateral para afrontar el cambio climático, que debería sustituir en 2012 el Protocolo de Kioto.

Matanza en la meca de la electrónica

Un hombre mata a siete personas y hiere a diez más en el centro de Tokio
Jordi Juste
Siete muertos y 14 heridos es el resultado provisional del ataque perpetrado ayer por un hombre de 25 años en Akihabara, un barrio del distrito de Chiyoda, en Tokio, famoso por sus tiendas de electrónica y de productos relacionados con los cómics y los dibujos animados.
Poco después del mediodía, Tomohiro Kato irrumpió a gran velocidad y haciendo zigzag con un camión alquilado en la calle principal de Akihabara, convertida todos los fines de semana a esa hora en zona peatonal, y arrolló a por lo menos tres personas. Tras el atropello bajó del vehículo y, con un cuchillo de explorador con una hoja de trece centímetros, apuñaló a todos los que se interpusieron en su camino hasta que fue desarmado y detenido por la policía unos cinco minutos después.
“He venido a Akihabara porque quería matar a alguien. Estaba harto de vivir y quería matar, no importa a quien”, declaró el agresor a la policia. Sobre la vida y la personalidad de Kato, por el momento sólo se sabe que vivía en un apartamento de una sola habitación alquilado por una empresa de trabajo temporal en Susono, en la provincia de Shizuoka, al sur de Tokio. La mayoría de sus vecinos apenas lo habían visto entrar o salir, siempre solo, y lo consideraban una persona poco comunicativa. Según la policía, en el momento de la detención estaba lúcido y no parecía estar bajo los efectos ni del alcohol ni de ninguna otra droga.
Los testigos de la matanza explicaron que Kato atacó a sus víctimas indiscriminadamente mientras gritaba en tono amenazador con palabras incomprensibles. Uno de los heridos es un policía de tráfico que acudió para socorrer a uno de los atropellados y recibió una cuchillada en una pierna. La mayoría de los muertos y heridos son hombres jóvenes, aunque también hay dos mujeres y un hombre de 74 años que acudió a Akihabara junto a su hijo a comprar material informático.
Poco después de la irrupción de Kato con su camión la policía recibió la alerta en la comisaría cercana a la estación de tren de Akihabara. Varios agentes fueron en su persecución y uno de ellos trató de desarmarlo utilizando su porra como arma de esgrima, pero Kato sólo entregó el cuchillo tras ser encañonado con una pistola.
Mientras, el pánico se había apoderado del barrio. En Japón las zonas peatonales, abundantes los fines de semana en el centro de Tokio, son denominadas “paraísos de peatones”. El de Akihabara se había convertido en cinco minutos en un infierno poblado de grupos de personas dando primeros auxilios a las víctimas y esperando la llegada de las ambulancias.
Akihabara es considerada la meca de los aficionados a los ordenadores, los video-juegos, el manga (cómic japonés), el anime (dibujos animados) y el cosplay, o afición a disfrazarse, principalmente de algún personaje de estos dos géneros artísticos.
Los fines de semana sus calles están llenas de compradores y personas que acuden a presenciar alguno de los muchos eventos promocionales, a menudo protagonizados por las llamadas aidol, mujeres jóvenes convertidas en objeto de deseo de parte de los cientos de miles de hombres solteros que trabajan en la capital de Japón.
En Japón son muy raros los ataques perpetrados usando armas de fuego y casi siempre forman parte de las luchas entre bandas mafiosas. Sin embargo, en los últimos tiempos se han producido diversos apuñalamientos indiscriminados.
Ayer se cumplían siete años del más grave, la masacre de Ikeda, en que Mamoru Takuma mató a ocho niños e hirió a otros quince en una escuela primaria de Osaka. Takuma fue posteriormente condenado a muerte y ejecutado.
En enero de este año un chico de dieciséis años atacó con un cuchillo a cinco personas en unas galerías comerciales de Tokio, hiriendo a dos de ellas. Y en marzo, en la provincia de Ibaraki, un hombre buscado por asesinato atacó con arma blanca a diversos desconocidos, uno de los cuales murió posteriormente como consecuencia de las heridas sufridas.

Cui-daoré Taro dice sayonara

CRÓNICA DESDE OSAKA
Decenas de personas ante el Cui-daoré. JJuste
Que un restaurante cierre no suele ser una noticia que trascienda los breves de la sección local de algún periódico. Sin embargo, el anuncio de que Osaka Meibutsu Cui-daoré (que podría traducirse como “El Famoso Cui-daoré de Osaka”) abandona el negocio el próximo 8 de julio ha aparecido no sólo en los periódicos nacionales sino también en los principales informativos de la televisión japonesa. No en vano, el local es todo un símbolo de Osaka, uno de los lugares que aparecen en sus guías turísticas y uno de los marcos preferidos por los japoneses para inmortalizar fotográficamente su paso por la antigua Naniwa. Su condición de emblema de la segunda metrópolis japonesa se debe a su nombre y al autómata de latón que hay frente a su puerta.
El nombre Cui-daoré, viene de la expresión kuidaore, que puede traducirse como “gastarse la fortuna en comer y beber” y se considera representativa de los habitantes de Osaka, en contraposación a los de la vecina Kioto, cuyo espíritu se refleja en la palabra kidaore, que significa gastarse la fortuna en kimonos. Ambas se reúnen en el dicho popular “Kioto no kidaore, Osaka no kuidaore”, que contrapone el espíritu de refinamiento estético con que se identifican los habitantes de la antigua capital imperial al epicureismo de sus vecinos comerciantes del sur. No es que en Kioto no gasten en comida sino que los platos de su gastronomía, ejemplificados en la lujosa cocina kaiseki, son más apreciados por su apariencia que por su sabor, lo contrario de lo que pasa en Osaka.
En 1949, cuando Japón, todavía bajo la ocupación americana, luchaba por resurgir después de la guerra, Rokuro Yamada tuvo el acierto de ponerle a su restaurante el nombre de Osaka Meibutsu Cui-daoré, convirtiéndolo así en símbolo de los deseos populares de recuperar los placeres perdidos durante la contienda. Además, en 1950, para atraer a la clientela infantil, puso frente a la puerta a Cui-daoré Taro, un autómata que representa un payaso con un vestido a rayas rojas y blancas tocando el tambor. Dicen que de inmediato se convirtió en un gran éxito y así empezó el desfile diario para sacarse fotos a su lado, que dura hasta la fecha.
Cui-daoré está en la calle Dotombori, un bulevar donde se suceden restaurantes, teatros, salas de juegos, karaokes y otros negocios de entretenimiento en Shinsaibashi, en el centro de Osaka. Cualquier día pasan por la zona cientos de miles de personas, que se pueden convertir en millones los fines de semana. Ahora la empresa ha decidido arrojar la toalla aduciendo la incapacidad de mantenerse como un negocio familiar y por el envejecimiento del edificio de ocho pisos que lo alberga. Sin embargo, es fácil suponer que tras la decisión se encuentre la voluntad de rentabilizar mejor la extraordinaria situación del inmueble.
El anuncio del cierre y la incertidumbre del futuro paradero del muñeco han hecho incrementar todavía más la peregrinación al Cui-daoré. Además, muchos de los que no van aposta para el retrato, si pasan por la zona, no dejan escapar la ocasión de sacar una foto con el móvil, así que los fines de semana se forman aglomeraciones de personas esperando turno para inmortalizarse en compañía de Taro.

miércoles, mayo 28, 2008

Lentejas con chorizo en el corazón de la ciudad

Vicente García en El Castellano. JJuste
En los últimos años, la cocina española en Japón ha sido noticia por las estrellas Michelin logradas por los restaurantes Sant Pau y Ogasawara en Tokio, o por los proyectos gastronómicos del cocinero catalán Josep Barahona. Sin embargo, paralelamente a los triunfos de la cocina de autor, se ha ido consolidando un mercado para la gastronomía española tradicional, los vinos españoles se han ganado un espacio y el jamón ibérico ocupa ya un lugar en el vocabulario culinario de muchos japoneses. Además, desde hace tres décadas, no han dejado de multiplicarse por todo el país los restaurantes con cocineros japoneses o españoles y con el sabor más o menos adaptado al paladar japonés; Jamón-Jamón, El Poniente, Sábado Sabadete o Casa7 son ya clásicos entre los aficionados locales.
Pero, entre todos los restaurantes de cocina tradicional española, destaca por su solera El Castellano, que hace 31 años se convirtió en el primero regentado por un español. Corría el año 1977, España acababa de salir de la dictadura y todavía faltaba mucho para que se produjera el boom de lo español, que llegaría a su máxima expansión en 1992. Vicente García, un joven profesional de la restauración salido de Santa Cruz de la Zarza (Toledo), decidió desafiar a los que no veían futuro a los pucheros castizos en Japón.
"Me dijeron que no iba a tener éxito porque los japoneses no comían garbanzos, ni lentejas, ni conejo..., y yo dije que perfecto, que así no tendría competencia. La verdad es que los japoneses no comían nada de eso porque no había. Se trataba de ir educando su gusto", explica Vicente, que se toma tan en serio su empeño pedagógico que se niega a servir whisky con agua o café durante la comida.En cuanto a los ingredientes, él nunca ha tenido problemas. Dice que todo es cuestión de relacionarse y saber negociar con los proveedores y si de algo no hay, se crea, como hizo con un socio japonés cuando decidieron producir jamón serrano, chistorra, morcilla o salchichón, aquí, en Japón.
"La clave del éxito es ser tú mismo y ofrecer lo que podría encontrar un japonés que fuera a comer a casa de un amigo en España", añade antes de declararse a años luz de la comida que ofrecen el Sant Pau, el Ogasawara o Barahona, de quien lamenta que siguiera la estela de Ferran Adrià en lugar de mantenerse fiel a la cocina tradicional catalana que ofrecía en sus primeros años en Japón.
El Castellano es un mesón decorado con muchos de los atributos de la iconografía típica española, donde no pueden faltar el flamenco, los toros, ni la tuna. Está en un segundo piso de un pequeño edificio de oficinas, en una de las zonas más apreciadas de Tokio, entre Shibuya, la meca de la moda juvenil asiática, y la calle Omotesando, donde se suceden las tiendas de las marcas más prestigiosas del mundo. Según Vicente, entre sus clientes hay extranjeros residentes en la capital, aunque la mayoría son japoneses (sobre todo mujeres) y famosos de paso, como el bailarín Antonio, el escritor Fernando Sánchez Dragó, el levantador de piedras Iñaki Perurena o el expresident Jordi Pujol.
Vicente García con un cocinero. JJuste

martes, mayo 20, 2008

Sushi bajo los cerezos en flor

Picnic en un parque de Kioto. JJuste
El símbolo indiscutible de la primavera japonesa es la sakura, o flor del cerezo. Los japoneses sienten verdadera devoción por ella. Por eso, todo el país está repleto de diferentes clases de cerezos, cuya finalidad principal es ofrecerles durante unos días la oportunidad de reunirse con los amigos y disfrutar de su belleza efímera mientras degustan alguna delicia alimentaria y, a menudo, beben alcohol en grandes cantidades.
Como Japón es un país con una gran variedad de latitudes, desde el norte de Hokaido hasta el sur de Okinawa, y una variada orografía, los cerezos van floreciendo sucesivamente en las distintas partes del país. Para saber cuándo se producirá la eclosión cerca de casa y poder programar el picnic, no es necesario ni ser ingeniero agrónomo ni comprarse un almanaque. Basta con leer el periódico o ver las noticias de la televisión que informan con detalle de los días exactos en que las flores se van abrir. Cuando se produce el fenómeno en una zona, esta se tiñe de blanco, y uno se da cuenta de la enorme cantidad de cerezos que llega a albergar el país.
En Kioto, por ejemplo, es impresionante pasear por la orilla del Kamo, donde kilómetros y kilómetros de cerezos de la misma especie florecen simultáneamente a primeros de abril. En Osaka, quizá el sitio más popular para ir a ver los cerezos sea el parque del castillo. Y en Tokio, destacan los jardines del santuario de Yasukuni, así como los del palacio imperial para los privilegiados que acuden a la recepción oficial que ofrece el emperador.
En todo el país hay miles de lugares reputados por sus cerezos. El problema es que en Japón también hay mucha gente y el tiempo para ir a ver las sakura es muy limitado. Si hoy están en su máxima eclosión, mañana sus pétalos empezarán a desprenderse y, especialmente si aparece la lluvia, en cuestión de horas, las copas pasarán del blanco al verde. Por eso, los lugares donde es fácil extender un lienzo bajo los árboles están disputadísimos. En muchos casos, varios miembros de un grupo se levantan de madrugada para ir a coger sitio, e incluso hay profesionales que se dedican a guardar el espacio a cambio de una propina. En los jardines de Yoyogi, en Tokio, o en el parque Maruyama, en Kioto, a primera hora de la mañana ya casi no queda espacio libre.
A menudo, la fiesta bajo el cerezo se celebra sobre un horroroso plástico azul. Es un ejemplo más de la necesidad de focalizar la vista para disfrutar de la sutil belleza japonesa, muchas veces rodeada de la más basta fealdad. Las cubiertas azules sobre las que muchos comensales se sientan, siempre descalzos, a comer y beber se venden en cualquier gran superficie y son las mismas que se usan para tapar provisionalmente los tejados estropeados o que los sin techo utilizan durante todo el año para proteger sus enseres en los parques donde habitan. Son baratos, prácticos y resistentes, pero no pegan con los cerezos en flor, así que, para dejar gozar al espíritu, no queda más remedio que anestesiarlo con mucho alcohol, o elevar la mirada hacia las copas emblanquecidas y el cielo, que a veces también es de color azul.

lunes, mayo 12, 2008

La gasolina vuelve por las nubes

Una gasolinera de Kioto la noche del 30 de abril. JJuste
Los japoneses afrontan con preocupación y medidas alternativas la reciente subida del precio del combustible
• El impuesto pone contra las cuerdas al Gobierno de Fukuda
"Apago el letrero, porque dentro de poco se nos va a terminar la gasolina", le decía, a las siete de la tarde del 30 de abril, un empleado a otro en una estación de servicio. Cuando se apagaba la luz, la gasolina normal estaba a 127 yenes (80 céntimos) el litro y cuando volvía a encenderse, en la madrugada del 1 de mayo, ya estaba a 157 yenes (98 céntimos) como consecuencia de la reinstauración del impuesto especial sobre la gasolina. El gravamen se impuso hace 30 años, supuestamente con carácter temporal, y la ley estipula que debe dedicarse solo a la construcción y mantenimiento de carreteras.
Durante todo el día 30, la actividad en las estaciones de servicio del país fue frenética, y en algunos puntos se llegaron a superar volúmenes de venta ocho veces superiores a los habituales. Muchos japoneses apuraron las últimas horas de gasolina barata llenando sus depósitos para afrontar el largo puente de primavera de primeros de mayo. En cambio, el día 1 las gasolineras estaban casi vacías, e hicieron solo el 10% del negocio.

El fantasma de la inflación

El regreso de la gasolina cara, unido al aumento del precio de la mayoría de materias primas y al efecto que han tenido los escándalos relacionados con los alimentos importados de China, hacen prever un inminente aumento de la inflación y un enfriamiento del consumo. Muchos ciudadanos han empezado los recortes precisamente por la gasolina. "Yo voy a usar la bicicleta tanto como pueda; hasta ahora iba en coche o en tren al trabajo pero, a partir de ahora, voy a pedalear. Cuando uso el coche, hago una conducción ecológica, sin dar acelerones", explica una agente de seguros.

Con la gasolina por las nubes, no solo sufren las cuentas domésticas sino también las de muchos negocios familiares que no se atreven a repercutir el alza en los precios que cobran a sus clientes. Uno de los sectores más afectados ha sido el de los baños públicos, establecimientos que se mantienen abiertos todavía por la afición de muchos japoneses al baño como práctica de limpieza y ritual de socialización. El coste del combustible para calentar el agua se ha añadido a una clientela que mengua por el envejecimiento de la población. Así las cosas, muchos han tenido que cerrar, cambiar a fuentes de energía más baratas o inventarse sistemas para tapar las bañeras y mantener el calor durante su cierre.
Algunas compañías de transporte ya han adoptado en invierno diversas medidas para reducir la factura por combustible, como obligar a los conductores a apagar los motores de los camiones en las operaciones de carga y usar mantas eléctricas para mantener el calor.
Mientras muchos japoneses de a pie pasaban las últimas horas de abril sufriendo por sus bolsillos y sus estómagos, en Tokio, unos 100 diputados de la oposición montaron un piquete delante del despacho del presidente de la Cámara de Diputados, Yohei Kono. Llevaban pancartas que decían Abuso de poder; escuchad la voz del pueblo, y querían evitar que Kono llegara al pleno y se aprobase la ley impositiva sobre la gasolina. La norma caducó en marzo gracias al bloqueo en el Senado, donde la oposición tiene mayoría absoluta.
Horas de tensión
Tras horas de tensión, Kono logró burlar el cerco y llegar al hemiciclo, donde la ley se aprobó sin problemas, pese a su gran impopularidad. "En lugar de gastar tanto dinero en proyectos inútiles, podrían dedicar más a la educación. En nuestro colegio podríamos financiar más viajes de estudios al extranjero", se queja el responsable de un centro educativo.
El primer ministro, Yasuo Fukuda, intentó convencer a los japoneses. "En un momento en que cada ciudadano hace grandes esfuerzos para llegar a fin de mes, es una decisión muy dura. Sin embargo, he considerado que debemos parar esta situación irresponsable, en que nos encontramos con unos ingresos insuficientes", explica Fukuda.
El primer ministro se encuentra en sus horas más bajas, con un índice de popularidad inferior al 20%. Ahora dice que impulsará una ley para que el impuesto sobre la gasolina no se convierta solo en asfalto y sirva también para financiar necesidades más urgentes, como la mejora de la enseñanza y la asistencia sanitaria. Sin embargo, parece casi imposible que un político tan impopular pueda enfrentarse a poderosos grupos de interés que resisten el cambio.

jueves, mayo 08, 2008

Hu visita Japón en un clima de desconfianza


El emperador Akihito i el presidente Hu en la portada del Kyoto Shinbun
Es la primera visita de un máximo líder chino en 10 años
Tibet, las intoxicaciones alimentarias y el gas del mar del sur, principales obstáculos
El presidente chino Hu Jintao inició el miércoles 6 de mayo una visita de 5 días a Japón con la que quiere mejorar las relaciones diplomáticas entre las dos potencias del noreste de Asia. “Espero que durante esta visita podamos incrementar la confianza común, profundizar la cooperación, planear el futuro y abrir la vía para un nuevo estadio para el desarrollo global de una relación estratégica sino-japonesa mútuamente beneficiosa”, declaró Hu a su llegada al centro de la capital japonesa, donde se podía percibir una gran presencia de fuerzas especiales de la policía. Mientras comenzaba el programa de actos del mandatario chino, en diferentes zonas de la ciudad se manifestaban los habituales grupos de ultraderechistas anti-chinos, con sus camiones con altavoces, y unos mil simpatizantes de la causa independentista tibetana.
Las esperanzas generadas por el viaje de Hu a Japón se refieren más a aspectos simbólicos que a la resolución de problemas concretos. En estos momentos la historia no se interpone especialmente entre Pekín y Tokio como lo hizo en el pasado. Hace 10 años la visita del entonces líder Jiang Zemin terminó en fracaso por su dureza al recordar, en un encuentro protocolario con el emperador, las atrocidades del ejército imperial japonés en la primera mitad del siglo XX. Posteriormente, entre 2001 y 2006, los años en que el primer ministro japonés era Junichiro Koizumi, los sufrimientos chinos por el pasado imperialista japonés volvieron a ser el principal tema de intercambio, gracias sobre todo a las visitas del mandatario nipón al santuario sintoísta de Yasukuni, donde se rinde homenaje a más de dos millones de combatientes japoneses y a 14 criminales de guerra.
Hace dos años, con un liderazgo mucho más joven en China y con el relevo de Koizumi por Shinzo Abe en Japón, se inició un deshielo diplomático que culminó con la visita del primer ministro chino Wen Jiabao. El actual primer ministro, Yasuo Fukuda, es un conocido defensor de la mejora de relaciones con China.
Mirar hacia el futuro
Ahora los dos gobiernos dicen que hay que mirar hacia el futuro, pero cuando intentan concretar su anhelado entendimiento se encuentran con asuntos sobre los que no se ponen de acuerdo, como la explotación conjunta de los campos de gas del sur del mar de China, en aguas que ambos países consideran parte de su territorio, o la resolución en falso del problema de las empanadillas intoxicadas importadas a Japón desde China, un asunto que ha creado un clima de desconfianza de los consumidores japoneses hacia los productos que llegan del país vecino.
Además, el último levantamiento en Tíbet y la represión ordenada desde Pekín han servido para aumentar la presión sobre el primer ministro nipón por parte de los sectores que desean una actitud más firme ante una China que perciben como un peligro creciente debido a su poderío económico y militar. “En lugar de cálidas expectativas de un salto hacia delate en los lazos bilaterales, una desilusión enfriante está surgiendo ahora entre los dos países”, decía el editorial del diario Asahi Shimbun ante la visita de Hu.
La estancia del presidente chino en Japón incluye diversos encuentros con el emperador Akihito y el primer ministro Fukuda, así como una conferencia en la universidad Waseda y una visita cultural a Nara. Se espera que culmine con la presentación de una declaración conjunta que podría incluir algún acuerdo sobre medidas para evitar el calentamiento atmosférico global.
Unas relaciones muy importantes
Japón estableció relaciones diplomáticas con China en 1972 siguiendo el camino marcado desde Washington por Richard Nixon. En 1978, bajo el mandato del primer ministro Takeo Fukuda (padre del actual jefe de gobierno), se firmó un tratado de paz y reconciliación entre los dos países. Veinte años más tarde, en 1998, Jiang Zemin se convirtió en el primer presidente de la República Popular China en visitar Japón. Las relaciones contemporáneas entre Pekín y Tokio se han visto marcadas a menudo por las luchas internas por el poder en ambas capitales.
A pesar de diversos altibajos en los intercambios políticos, desde los años 70 no ha dejado de aumentar la dependencia económica mútua. Japón ha aportado ingentes cantidades de dinero al desarrollo chino en forma de ayuda oficial y en inversiones privadas de empresas que deseaban tener una base de producción barata y abrir a sus productos un mercado muy prometedor. En estos momentos, la estabilidad de la economía japonesa depende en buena medida de la salud económica china.

lunes, abril 28, 2008

Un signo de la globalización

Un momento del discurso. Foto: Jin Juste
CRÓNICA DESDE KIOTO
Este año me ha tocado asistir a la ceremonia de ingreso de la escuela primaria de mi barrio en calidad de padre de uno de los nuevos alumnos y como presidente de la AMPA. Dicen que es la primera vez que un extranjero preside una institución de este tipo en Kioto y posiblemente una de las primeras en todo el país. Un signo de la globalización que, por el momento, no ha encontrado ningún reparo y sí muchas reacciones de alivio por parte de los que saben que, si este año yo presido, no tienen que hacerlo ellos.
El cargo es más bien protocolario y las que trabajan de verdad son las madres que integran la junta, todas japonesas. Ellas están dispuestas a dar el callo por la escuela, pero no la cara, así que mi primer trabajo importante ha sido subirme al estrado del gimnasio y leer, ante niños, padres y autoridades locales, un discurso lleno de expresiones honoríficas y frases hechas. Con poco margen para la creatividad y un gran miedo a salirme ni siquiera un milímetro del guión. Solo quien haya pasado por semejante trago será capaz de imaginarse cómo pueden bailar los caracteres japoneses sobre el papel.
Además de en una lectura correcta, el éxito de la actuación en la ceremonia radica en tener muy claro cuándo y hacia dónde hay que saludar, con la inclinación adecuada del tronco. Según mis cuentas, en mi caso son ocho reverencias desde que me levanto tembloroso de mi silla en la zona de autoridades hasta que regreso aliviado a ella.
Si uno no tiene un papel protagonista, estas celebraciones son un espectáculo interesante, que puede llegar a ser divertido. El decorado presenta mínimas variaciones: siempre lo presiden la bandera nacional y la local, hay un gran jarrón con flores y muchas veces un biombo dorado. Uno de los momentos más emotivos es el canto del himno nacional, esa canción que en muchos sitios de Asia recuerdan como símbolo de atrocidades. Para la mayoría de los japoneses el Kimigayo es hoy en día solo una muestra de su sentimiento de pertenencia, aunque queda una minoría que se resiste a mostrarle un respeto que cree que no merece. Normalmente, todos los congregados se ponen en pie y la mayoría lo entonan con una maestría que prueba, tanto como su patriotismo, la buena formación musical.
Otro de los puntos importantes es el discurso del director. El nuestro es un hombre entrañable, amante de Europa y devoto de su trabajo. Tiene cierto aire cómico, vestido con frac y dirigiéndose a niños de 6 años, gesticulando y vocalizando. Les habla de las tres semillas que a partir de hoy tendrán que hacer crecer: valentía, ganas de hacer y buena salud.
Los verdaderos protagonistas, los aproximadamente 60 nuevos alumnos de la escuela, lo escuchan intentando ver esas semillas en la palma del profesor. Van vestidos todos muy elegantemente y representan su papel a la perfección. Entran, se sientan, se levantan, hacen reverencias, se sientan de nuevo, se vuelven a levantar... Todo en un orden que ya han tenido oportunidad de ensayar en la gran cantidad de ceremonias que han vivido en el parvulario y que perfeccionarán en las que les aguardan en su vida en Japón.